Puig vuelve a repetir hito y rompe, por segundo año consecutivo, su récord de ventas y beneficios. La compañía familiar de perfumería y cosmética termina 2022 con un volumen de ventas de 3.600 millones de euros, lo que supone un avance del 30% (sin tener en cuenta la llegada de tres nuevas marcas a su cartera) que relacionan tanto con el crecimiento natural de ventas, como con el efecto, aún, de la salida del covid. “Esa experiencia de estar tres meses encerrados en casa y no poder socializar ha dejado una huella, y nuestra lectura es que todavía estamos viviendo bajo ese fenómeno”, ha explicado este jueves el presidente ejecutivo del grupo, Marc Puig, en la presentación de estos resultados.
El directivo ha hablado de unos resultados “extraordinarios” que también incluyen un aumento del 71% de los beneficios que, si bien se explican en parte porque el año anterior sus ganancias recibieron el impacto negativo de determinadas procesos regulatorios en Inglaterra, también son históricos. Puig, empresa propietaria de marcas como Carolina Herrera, Paco Rabanne o Nina Ricci, ganó 400 millones de euros netos en 2022.
Según la lectura de su primer ejecutivo, la compañía está recogiendo los frutos sembrados en los últimas décadas: el principal, haber decidido apostar hace 20 años por «la moda y la perfumería selectiva”, un mercado del que la empresa controla ya el 10% a nivel mundial, de acuerdo con cálculos propios puestos encima de la mesa este lunes. Además, la firma tribuye también su buen momento a haber priorizado la marca propia por encima de las licencias de terceros, a haber entrado en el sector de la perfumería de nicho, a haber diversificado en otras categorías más allá del perfume y a haberlo hecho todo desde Barcelona.
Sin ir más lejos, pese a que las fragancias siguen suponiendo un 73% de las ventas, el maquillaje es la categoría que más crece, y la dermocosmética, el campo en el que ven más posibilidad de avance. “Es la categoría más importante a nivel mundial, y nosotros es en la que tenemos menos presencia, eso nos da posibilidad de crecimiento en el futuro”, ha asegurado Puig.
Plan de futuro En cuanto al futuro, la compañía dice estar centrada en digerir las grandes adquisiciones de los últimos años (solo en 2022 incorporó a Byredo, Kama Ayurveda y Loto del Sur a su cartera) y no buscar activamente nuevas incorporaciones, aunque no cierran la puerta si la oportunidad es lo suficientemente golosa. Sea como sea, la previsión es crecer a doble dígito el año que viene.
En este sentido, Puig no teme ni lo que pase una vez caduque el fenómeno ‘postcovid’ ni que sus ventas se resientan si la inflación sigue apretando el poder adquisitivo del cliente. Por ahora, ha argumentado el presidente de la compañía, no han detectado una reducción del consumo, “y la sensación es que además, cuando el consumidor o consumidora tenga que priorizar sus gastos, defenderá este gasto que le da confianza, antes que otros”. “Somos optimistas respecto a las perspectivas del sector en los próximos años”, ha sostenido.
A nivel interno, razones no les faltan. Con estos 3.600 millones de euros de facturación, la empresa supera el objetivo planteado para 2023 y se acerca a la meta de los 4.500 millones de euros de volumen de negocio en 2025. De hecho, el directivo ha asegurado que está trabajando en un nuevo plan estratégico que prevé presentar públicamente a final de año.