Su breve comunicado saltó a mitad de la última sesión plenaria en las Cortes de Aragón. Pilar Alegría anunciaba su desembarco, de nuevo, en el día a día de la política aragonesa. En esta ocasión, su objetivo es la secretaría general de un PSOE necesitado de capitán que marque el rumbo para recuperar el Gobierno autonómico en 2027.
La apuesta de Ferraz, de Pedro Sánchez, es la única persona que sabe lo que es ganarle a Jorge Azcón, actual presidente del Ejecutivo autonómico. Alegría pudo con el popular en 2019, sacando dos escaños más que él en el consistorio. Pero los pactos también actuaron entonces y el acuerdo global del Ciudadanos de Albert Rivera y el PP de Pablo Casado echó por tierra una coalición de Cs y el PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza cuando casi estaba todo listo en la plaza del Pilar.
En el camino a ese duelo a nivel municipal comenzó el camino de espinas de la ahora candidata a liderar el PSOE en Aragón. Alegría requirió el apoyo de Ferraz para confeccionar su lista electoral al Ayuntamiento de Zaragoza, con nombres de su confianza frente al intento de la federación zaragozana de incluir sus propios perfiles. Y Ferraz resolvió a favor de la alcaldable.
Así comenzó una relación más que complicada en el seno del socialismo aragonés, en particular, con el todavía secretario general, Javier Lambán. Ello a pesar de que la propia Alegría ya lo había sido casi todo en el partido durante los primeros años del expresidente autonómico como máximo representante del PSOE en la comunidad. Alegría fue secretaria de Organización del propio Lambán y consejera de Universidades en su primer gobierno, el que comenzó en 2015; además de adjunta al secretario de Organización del partido, Marcelino Iglesias, en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general.
La ministra no pudo hacerse con la alcaldía de Zaragoza por el pacto global de PP y CsTras perder el bastón de mando a pesar de haber ganado las elecciones, Alegría aguantó apenas siete meses en el sillón de líder de la oposición, que después tuvo que asumir Lola Ranera, la concejala con más experiencia del consistorio. Pedro Sánchez nombró a Pilar Alegría Delegada del Gobierno en Aragón en febrero de 2020, donde continuó hasta el verano de 2021, cuando asumió la cartera de Educación. Como representante del Gobierno de España en la comunidad le sustituyó Rosa Serrano y ahora lo es Fernando Beltrán, declarado apoyo de Alegría para liderar el partido en la comunidad desde que el nombre de la ministra se barajó en las primeras quinielas.
Después, también fue la portavoz del partido durante más de un año y medio, antes de asumir la portavocía del Gobierno de España (en noviembre de 2023) en una carrera política que en los últimos tiempos aglutina varios de los cargos de mayor relevancia en el país.
La relación con el secretario general del PSOE Aragón se tensó con las listas para 2019Uno de los rostros del PSOE más asociados a Pedro Sánchez en la actualidad, Alegría es una más de las piezas que Ferraz pretende instalar en las federaciones de todo el territorio. El objetivo es lograr barones afines a Sánchez y evitar discursos contrarios desde las autonomías. Precisamente, un giro absoluto de relación en Aragón, ya que Lambán se destapó desde hace días como uno de los pocos secretarios generales autonómicos que se enfrentaba a la dirección nacional del partido.
El aterrizaje de Alegría en la política autonómica, el regreso al origen de la hoy ministra de Educación, es el primer movimiento de una carrera que tiene como objetivo vencer al PP en las elecciones autonómicas de 2027. Antes de volver a debatir con Jorge Azcón, Alegría deberá asegurar apoyos por la comunidad para superar al candidato que el lambanismo deberá presentar más pronto que tarde.