La marca Palomo Spain hizo subir al cielo a Nueva York este sábado en un desfile en la Semana de la Moda en el que el diseñador español indagó en los placeres considerados pecaminosos a través de prendas excéntricas y la evocación de la religión católica.
Alejandro Gómez Palomo, de 32 años, presentó hoy en la Gran Manzana su colección de primavera-verano ‘All of Heaven’s Parties’ (‘Todas las fiestas del cielo’), una amalgama de colores y formas que no dejó indiferente al público, en el que se encontraban celebridades españolas como las cantantes Amaia Romero o Judeline, que vestían conjuntos del diseñador.
La ubicación del evento, una iglesia de Manhattan, no era casualidad, pues la colección explora la culpa que se asocia a “todo lo que nos hace sentir placer y que está relacionado con el pecado”, explicó a EFE el modisto antes del desfile. No contó, sin embargo, que esta iglesia concreta se considera una de las más ‘progres’ de Manhattan, combativa por los derechos LGTB o los de los inmigrantes.
“Siempre hemos asociado lo que nos da placer con el infierno cuando también puede ser una fiesta en el cielo, ¿no?”-reflexiona Gómez- “(En la colección) nosotros recreamos una especie de fiesta donde todo es posible”.
Fue así como Palomo transformó el infierno en cielo con más de 60 modelos y un centenar de prendas caracterizadas por la variedad de colores y, como siempre, la ambigüedad de género, pues en la marca no existe la ropa para mujeres u hombres.
Al ritmo de una ópera de tono solemne, los primeros maniquíes aparecieron en el escenario enseñando prendas negras y blancas que les tapaban gran parte del cuerpo, aunque conforme avanzaba el ‘show’ los conjuntos se volvían más llamativos e incluían colores naranjas, morados y marrones.
Destacaron en la colección los trajes de chaqueta -algunos con tachuelas o con flecos al estilo ‘cowboy’-, los pantalones cortos tipo ‘boxer’, las transparencias, los grandes abrigos de plumas, los vestidos largos de leopardo y los accesorios extravagantes, que los modelos llevaban conjuntados con pelucas de colores o peinados ultrapulidos.
También fueron protagonistas los grandes bolsos de la colección «Bimba y Palomo», una nueva colaboración de Palomo Spain con la marca Bimba y Lola.
Una colección «autobiográfica»La culpa y el pecado que Palomo plasma en su colección tienen mucho que ver con la sexualidad y con los sentimientos que el propio diseñador ha experimentado: “He estado en sitios oscuros donde yo pensaba ’Si el infierno tuviera un sitio en la Tierra sería como esto’”, comentó.
De nuevo, el mensaje de esta colección es «disruptivo», como ya es común en sus prendas, una intención que nace también de sus propias experiencias y de su visión de la moda.
«Esta es mi interpretación de la moda, la masculinidad y la feminidad. Nosotros intentamos todo el rato jugar con eso que está dentro de nosotros y que a veces tenemos escondido. Eso es lo que me gusta de este tipo de mensajes, que incomodan un poco», aseguró al respecto.
Aunque al principio el diseñador era un «incomprendido» en el mundo de la moda, reconoció que ahora las cosas han cambiado gracias, en parte, a la existencia de celebridades que visten prendas asociadas a lo femenino, como los cantantes Troye Sivan o Harry Styles.
Este cambio en la mentalidad de la sociedad se apreció hoy en el desfile, donde unas 40 personas vieron con atención los diseños de Palomo y aplaudieron eufóricos cuando, al final del ‘show’, el español salió a saludar.
Precisamente, aunque el diseñador ha visto sus prendas en el Museo Metropolitano de Arte, ha acudido a múltiples Semanas de la Moda a lo largo del mundo e incluso ha recibido el prestigioso Premio Nacional de Diseño de Moda, considera que sus mayores logros son haber obtenido el favor del público y haber podido inspirar a toda una generación.
«Uno de mis mayores logros ha sido haber podido inspirar y cambiar a la gente, a las generaciones más jóvenes… Creo que más allá de la ropa lo más bonito de mi trabajo es crear un universo para esa gente que quizá crecía sin esa referencia», afirmó con orgullo.