Macarena Olona lo admite. Si siguiera siendo una diputada de Vox no la veríamos sentada este domingo ante las preguntas de Jordi Évole en La Sexta. Es un paso más de la que posiblemente sea la conversión política más veloz y prodigiosa de los últimos años en España.
El próximo domingo: Macarena Olona a través del espejo. pic.twitter.com/kuCwF9Snqx
— Lo de Évole (@LoDeEvole) 12 de febrero de 2023 La gran pregunta es qué hay detrás. Nadie lo sabe. Los expertos en Ciencia y Comunicación Política aseguran que todo puede ser. El profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Pablo Simón analiza que en ese cambio de 180 grados puede haber una calculada estrategia política para asimilarse a la extrema derecha de países como Francia o Países Bajos muy diferente a la ultraderecha de Hungría o Polonia en la que se mira Vox, negacionista de la violencia de género y contra los homosexuales. “En los países laicos o de tradición protestante hay dos partidos de extrema derecha que compiten por el espacio político. En Francia, Le Pen disputó la batalla a (Éric) Zemmour, en Países Bajos ocurre igual. Hay una extrema derecha que se distingue por su defensa de los derechos sociales, de la mujer, de los homosexuales, que sí defiende la violencia de género y alimenta la islamofobia solo desde el convencimiento de que la cultura musulmana impone un retroceso en los derechos conquistados por la mujer. En ese discurso se podría ahora mismo enmarcar Olona”, advierte Simón.
“Claro que esto es si queremos hacer un análisis desde el punto de vista racional”, desliza, porque si es irracional, es decir si solo hay un componente emocional, si Olona se mueve por sus sentimientos y sus impulsos, sería otra cosa. En Italia, también hay dos extremas derechas, la de Matteo Salvini y la de Giorgia Meloni, pero en este caso, como en España, el país de tradición católica no se cumple la premisa de los países protestantes. Olona siempre ha confesado su admiración por la primera presidenta de Italia pero hace tiempo que no la menciona. Ha pasado en sus redes de idolatrar a la líder de ‘Hermanos de Italia’ a ensalzar a la cantante colombiana Shakira y su ‘Una loba como yo no está pa’novatos’.
Lo que parece, es “En política siempre funciona la ley de Ockham”, recuerda la politóloga Verónica Fumanal, es decir la explicación más simple suele ser la más probable. “Si Olona tiene financiación detrás y maneja encuestas habrá podido ver qué tipo de nicho político le queda y podría estar en ese conservadurismo más liberal que ahora mismo deja huérfano Ciudadanos”, reflexiona Fumanal. Quizás todo sea fruto de una inestabilidad emocional y, de ahí, esos cambios tan repentinos en sus opiniones y emociones. “En política, muchas cosas solo pasan por como son las personas, por como son sus rasgos de personalidad, por impulsos y no por una estrategia racional”, apunta Fumanal.
El estudio postelectoral del CIS señaló que el voto de las mujeres funcionaba como un muro de contención de Vox en España, con un 3,2% de electoras cogiendo esta papeleta, la mitad que los varones (6,4%). Una brecha que lejos de achicarse ha ido agrandándose y que Olona, que ha sido la principal referente mujer de esa formación hasta su salida el pasado junio, conoce de primera mano. El gran ejemplo es el de Marine Le Pen en Francia, que consiguió que en las últimas elecciones la votaran más mujeres que hombres con un feminismo de corte xenófobo. El llamado femonacionalismo. Un ‘purplewashing’ (un lavado de imagen del feminismo) que querría conseguir Olona para imponerse a Vox.
El viaje político Olona ha iniciado un viaje político en el que deja atrás el partido que abandonó el pasado julio, tras no cumplir las expectativas en las andaluzas. Desde entonces, siete meses, han pasado muchas cosas. Tras una breve retirada en silencio, Olona volvió a los ruedos, hizo el camino de Santiago aclamada por sus fieles, se fue a hacer una gira por Latinoamérica para montar una plataforma de mujeres, Fundación Igualdad Iberoamericana, protagonizó varias conferencias en España, dio entrevistas para sacar a relucir algunos de los trapos sucios de su expartido y se reenganchó a su carrera profesional, abogada del Estado, con una nómina mostrada en redes de 7.850,94 euros netos al mes.
Ya de vuelta a su vida de funcionaria, Olona no sale del foco. Sin duda, la entrevista en el programa ‘Lo de Évole’ la devuelve al primer plano de la actualidad. Han trascendido algunos fragmentos de un encuentro en el que arremete, ya lo ha hecho públicamente antes, contra Javier Ortega Smith, relevado en Vox tras su pulso con Olona y el motivo por el que la excandidata en Andalucía dio un portazo a la política. Hablará de las divisiones de Vox, de “las limitaciones” de Santiago Abascal, de un partido donde hay “nazis” y comportamientos mafiosos.
Tras el lavado de imagen de la que fue uno de los voces más duras de la extrema derecha en el Congreso puede haber rabia, ira y pena, sufrimiento personal, o una estrategia perfectamente diseñada para lanzar un nuevo partido si Vox se hunde en las municipales y autonómicas. Unos días ha descartado volver a ser candidata en unas elecciones y, otros, directamente esquiva la pregunta y da largas, sin dar ningún portazo. Esa actitud consigue no solo poner nervioso a Vox sino también disparar las especulaciones y elucubraciones en el resto de partidos políticos.
Olona alude a ‘American History X’, una película americana que hace apología de la reconciliación, el cambio personal y la huida de una vida regida por el odio. Tampoco ignora que desde su partido, según ella misma sostiene, deslizan que su problema es un trastorno mental y que no está bien psicológicamente. “¿Qué le parece cuando le llaman a usted Maca Loca?”, le pregunta Évole sin rodeos. “No se puede salir del partido del macho alfa sin pedir permiso ni autorización, conmigo se han equivocado profundamente, se han equivocado de cojones”, advierte en ‘Lo de Évole’.
Desconfianza y malestar en Vox En la dirección nacional de Vox acogen con mucha desconfianza la intervención televisiva de quien fue uno de sus grandes fichajes en 2019. Esperan que “dé munición” al PP y a la izquierda para lanzar nuevos ataques y que hará gala de exponer datos sensibles sobre el partido. Sin embargo, también insisten en que a pesar de “las amenazas”, la exdiputada nunca formó parte de la cúpula orgánica del partido y, por tanto, “desconoce por completo” las tripas de la formación. Incluso especulan con la incapacidad de que dé detalles sobre la organización que se ajusten a la realidad. “No creo ni que conozca bien la sede, ya que dice que tiene planos”, ironiza uno de los principales cargos.
La orden principal es la de «mostrar indiferencia» y «no alimentar» el foco que busca la exdiputada. Pero algunos compañeros de escaño reconocían que «podría haber alguna reacción» teniendo en cuenta que hablará con nombres propios y apellidos.
En el entorno de Santiago Abascal dan por amortizadas las opciones de Olona de dañarles más allá de «titulares de un día» porque creen que su imagen se ha deteriorado mucho, que ya no resulta creíble y que si hace meses tenía “una imagen propia con cierto tirón”, en este momento “las decepciones han sido enormes” incluso entre personas que la defendieron. Algunos dirigentes que la apreciaban le recomendaron entonces que en vez de aventurarse en un proyecto propio, “tomara distancia”, volviera a la abogacía del Estado y dejara pasar un tiempo para volver a la política si finalmente quería. Entendían que incluso había una ventana de oportunidad en Vox tras el fiasco andaluz.
Pero, en ningún caso, recuerdan, le recomendaron hacer lo que ha terminado haciendo. El partido ultra pone de ejemplo el caso de Borja Sémper, que ha estado casi tres años fuera del ruedo político y ha vuelto al PP por la puerta grande, como portavoz del partido. Insisten en que Olona “habría tenido opciones” pero, al final, “se las ha cargado todas”.
Una nueva persona En realidad, son tantos los cambios en tan poco tiempo que no se sabe qué Olona se vería si volviese a la política. Cuesta pensar que la exdirigente es la misma persona que hizo la campaña de las elecciones andaluzas. Ahora la religión carnavalera tiene una nueva conversa, sigue cada sesión del Teatro Falla en Cádiz y su discurso abraza la violencia machista, lamentando haber dado alas a “la caverna” y a los discursos negacionistas. “La violencia no tiene género. La violencia machista existe”, asegura. La exportavoz de Vox defiende el derecho de la mujer al aborto libre, defiende que “el feminismo combate al machismo” y “no al hombre”. Se afana en defender al colectivo homosexual y transexual, a las mujeres prostitutas.
Su discurso es mucho más liberal. Mientras que el líder de Vox en Andalucía, Manuel Gavira, se iba a Algeciras a dar una rueda de prensa a horas del asesinato de un sacristán a manos de un joven marroquí ahora en prisión provisional y detenido por terrorismo yihadista, ella evitaba dar alas a cualquier discurso xenófobo, alertando contra cualquier tipo de fundamentalismo. Incluso ha defendido a Yolanda Díaz, su gran rival en el Congreso, alabando su oratoria y defendiéndola cuando difundieron una foto de la ministra de Trabajo haciéndose la pedicura. Si Vox calló frente a los levantamientos en Brasil tras la victoria de Lula Da Silva, ella dejó claro que era “golpismo”.