Yamandu Costa lleva 23 años girando alrededor del mundo con su guitarra de siete cuerdas. «Más de 85 países y 120 conciertos al año. Es la mayor locura de agenda que he visto en mi vida», nos cuentan desde la agencia que lo representa en España. Ganó un Grammy Latino hace dos ediciones por su disco junto a Toquinho y le acaban de nominar a otro por su más reciente álbum en solitario. Hasta Paco de Lucía asistió a uno de sus conciertos para verlo en acción. Por su parte, António Zambujo es una de las grandes voces de la Portugal actual, que ha logrado hacer progresar el fado, sin perder el fervor popular ni la admiración de los grandes (Caetano Veloso es fan). Juntos, Yamandu y António, forman una dupla sencilla y natural; ambos se complementan y enriquecen a la perfección y dialogan, cuerdas y garganta, con la sencillez de la que sólo son capaces los virtuosos con corazón. Así que cita ineludible para los amantes de la música emocionante este 9 de octubre en el Teatro Cervantes.
¿Quién acompaña a quien en esta dupla: Yamandu a António o António a Yamandu?
Yamandu Costa: Nosotros no tenemos esta cosa jerárquica; sentimos la música y vemos lo que es necesario para que la música esté por encima de nosotros. Acompaño a Zambujo de la mejor manera que puedo y él, cuando me escucha, creo que también lo hace de la mejor manera posible. Es una manera de hacer música con mucha generosidad.
António Zambujo: Simplemente somos dos personas juntas sobre el escenario haciendo música.
Sobre el escenario, son presencias muy diferentes: Yamandu es más volcánico; António, más discreto y formal. ¿Será que los dúos a veces funcionan más por contraposición, por una especie de lógica de los opuestos?
Y.C.: No hay una premeditación en este dúo, no hay ningún concepto pensado, ensayado o armado. Somos de la manera que somos y eso se ve muy, muy claro en el escenario.
A.Z.: [Sonríe] Yo soy muy tímido, Yamandu creo que un poco menos… Pero, no crea, dentro yo soy un volcán.
António Zambujo / Wikipedia
En las fotos siempre se les ve sonrientes. Pero seguro que alguna que otra noche han tocado peleados o enfadados el uno con el otro. ¿Me equivoco?
Y.C.: Es que precisamente tenemos estas ganas de colaborar por la buena relación personal que tenemos. Nos conocemos desde hace casi 20 años y siempre nos hemos llevado muy bien; nos encanta estar juntos, hacer fiestas, disfrutar de la vida, estar con los amigos, pero tratando de respetar el tiempo y el espacio del otro. Por eso la convivencia es muy, muy buena.
A.Z.: Algún día pasará [que una noche toquen enfadados el uno con el otro]pero aún no. Estamos muy sonrientes en las fotos porque estamos felices haciendo lo que más nos gusta, y sin peleas… Por ahora.
También se presentan en el escenario con la ropa de calle sin trajes ni atrezzo. ¿Lo hacen para no distraer de la esencia de la canción o simplemente es que no son hombres demasiado preocupados por el look?
Y.C.: Ambos venimos del sur, yo del sur de Brasil y António viene del sur de Portugal. Yo en las ropas que llevo siempre hay alusiones a mi región: bombachas, alpargatas… Ropas típicas de mi provincia. Zambujo también es muy sencillo de vestirse, sí.
A.Z.: Nunca me ha importado la imagen; lo que me importa es la música que tengo para enseñar. por Si hay en algún momento, en alguna fecha de la gira, tengo que ir de corbata y de traje, lo haré, sin problema. La música es lo que me preocupa.
Yamandu Costa / L.O.
Yamandu, quiero preguntarle por su relación con Paco de Lucía. ¿Como era el vínculo que les unía?
Y.C.: Siento mucha, mucha admiración por él. Un poco antes de su partida, de su muerte, tuve la felicidad de recibir su visita en un concierto mío en el sur de Brasil. Ahí le pude conocer en persona y ver que era una persona muy sencilla, un hombre muy inteligente. Es un farol para nosotros los guitarristas este señor que llevó la música de España para todo el mundo. Dentro de mis proporciones trato de hacer lo mismo que él con mi cultura brasileña y sudamericana.
António, dice que siempre ha querido ser como Joao Gilberto y algunos discos suyos tienen poco, muy poco fado. ¿Se lo han recriminado en su país, hay allí, como en España con el flamenco, una ortodoxia que vigila las esencias del fado?
A.Z.: No me importa lo que dicen. Lo que me importa es la música que quiero hacer y si hay gente que me quiere escucharla. El resto, los críticos, no me importan. Na-da [lo recalca].
Parece que últimamente las musicas de Brasil y Portugal están cada vez más cercanas. Su alianza es la prueba. Sin embargo, España sigue estando igual de lejos, especialmente de un país tan cercano geográficamente con Portugal. ¿Cómo trazar un puente musical con España como lo han hecho ustedes con sus países?
Y.C.: La música de Brasil, de alguna manera, es la continuación de la música portuguesa. Está claro que siempre hemos tenido mucha conexión por el idioma, que ha hecho que las culturas brasileña y portuguesa hayan estado muy mecladas, no sólo a través de la música, también por las telenovelas. Pero es verdad que en los últimos 10 años hay una cantidad enorme de brasileños que se han ido a vivir a Portugal y eso está aumentando la conexión más.
A.Z.: Sí, lo que nos facilita el acercamiento es la lengua y que hay algunos músicos con gustos parecidos. Sobre España yo hace tiempo que escucho eso, la necesidad de hacer ese puente musical, cultural, pero tendrá que ser algo natural. Yo he hecho algunos puentes, con colaboraciones con amigos gallegos como Uxía, con Santiago Auserón, con Sílvia Pérez Cruz… Son amigos con los que me gusta estar y compartir música. A ver si logramos hacer un poco más por eso, por esos puentes, pero siempre de forma natural. n
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