Bioparc Fuengirola (Málaga) ha acogido el nacimiento de dos polluelos de faisán de Edwards, una especie extinta en su hábitat. La última vez que se vio con vida a un faisán de Edwards, también conocido como de Vietnam, en un lugar que no fuera un centro de conservación, fue en un mercado local de este país asiático, hace más de veinte años.
Desde entonces, esta especie de faisán ha sido clasificada como ‘En Peligro Critico’ por la Lista Roja de la UICN, una categoría reservada solo para las especies más amenazadas del mundo, si bien es cierto que de seguir así en breve debiera de ser modificada esta clasificación a EW (Extint in the wild/Extinto en la naturaleza).
Esta situación y la falta total de registros sugiere que la población podría estar extinta en la naturaleza, por lo que el trabajo que desarrollan parques de animales como Bioparc Fuengirola es esencial para conservar y proteger a la especie, de la que se contabilizan menos de 450 ejemplares registrados en centros de conservación.
Estos individuos son la esperanza de la especie en el caso de poner en marcha una posible reintroducción en su hábitat natural. Ahora, a esta población se suman 2 nuevos faisanes de Edwards, los nacidos hace unos días en Bioparc Fuengirola. Dos polluelos en perfecto estado de salud que ahora caminan junto a sus padres por su aviario.
«Para todos los que trabajamos con animales salvajes, saber que estamos reproduciendo una especie que, de no ser por centros como Bioparc y el trabajo de gente como nosotros, estarían extintas para siempre, es lo que da sentido a un trabajo duro y pasional. La recompensa es ver crecer a pequeños como estos faisanes que ahora tienen un papel clave en el futuro de la especie», ha explicado Antonio Garrucho, responsable de Zoología y coordinador de Aves de Bioparc Fuengirola.
Los padres de estos pequeños son jóvenes y desde que llegaron a Bioparc Fuengirola, hace más de un año, el equipo de Zoología ha trabajado para adaptar el entorno y garantizar que hubiera una buena relación entre ambos ejemplares.
Se trata de una especie en la que existe dimorfismo sexual, es decir, la fisonomía externa entre machos y hembras es diferente. Existen variaciones en la coloración de su plumaje y tamaño. Los machos son de color azul metalizado, muy brillantes y con algunas plumas de tonos verdosos en el ala. Les diferencia con el sexo contrario no solo el color, sino también una cresta blanca y una especie de careta roja que rodea sus ojos, además de patas del mismo color.
Las hembras, por el contrario, son menos coloridas, marrones o grisáceas, con la cola más oscura, y carecen de cresta; aunque poseen el mismo color rojo en las patas y alrededor del ojo.
El centro malagueño trabaja para mantener viva esta especie Desde que en 2001 recibiera la primera pareja de faisanes de Edwards, Bioparc Fuengirola ha trabajado de forma coordinada con decenas de centros europeos pertenecientes a la EAZA para garantizar su supervivencia.
Hoy día, los dos adultos y padres de los polluelos, procedentes de Praga y Alemania, se encuentran junto a los pequeños en el aviario del centro, conviviendo con otros animales como la paloma coronada occidental, el Shama Malabar, la avefría militar o la paloma de Nicobar.
Se trata de una especie muy sensible a los cambios en su hábitat. La mayor parte de los bosques donde vivían fueron destruidos durante la guerra de Vietnam. Este es uno de los principales motivos que han causado su desaparición, a los que se suman el tráfico ilegal de estos animales y su caza.
El riesgo que representa la desaparición de su entorno natural hace que centros como el de Bioparc Fuengirola, desarrollen y participen en programas centrados en la reproducción del faisán de Edwards y en proyectos de restauración de su hábitat originario.