En un contexto internacional marcado por la volatilidad y la polarización social, la construcción de legitimidad, la reputación corporativa y la licencia social para operar se han convertido en activos estratégicos fundamentales.
Con este telón de fondo, Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y Moeve han organizado hoy en Madrid la jornada “Reputación y sostenibilidad: claves para la licencia social”, que ha reunido a directivos de compañías, instituciones y organizaciones sociales en el Auditorio Torre Moeve.
La bienvenida ha estado a cargo de Juan Llobell, director de Corporate Affairs de Moeve, quién ha recordado que la licencia social no puede entenderse como un elemento pasajero o cosmético, sino como una condición permanente que debe sostener la toma de decisiones en cualquier compañía. “Las empresas no pueden funcionar de espaldas a la realidad social, la confianza es hoy su principal activo, pero para ello, es necesario trabajar diariamente la licencia social, creando valor compartido entre todos tus grupos de interés”, señaló.
El directivo destacó que Moeve se encuentra en pleno proceso de transformación hacia un modelo energético sostenible, en el que ya ha vendido el 70% de sus activos de exploración y producción de petróleo y avanza en la puesta en marcha de la mayor planta de hidrógeno verde en Europa y la construcción del mayor complejo de biocombustibles 2G del sur de Europa, “logros que hubiesen sido imposibles sin el respaldo de la sociedad y de las administraciones”.
Incidencia pública: el poder en el siglo XXILa primera mesa redonda, moderada por la periodista Laura Vilamor, contó con la participación de Adrián Jofre Bosch y Nacho Corredor, socios fundadores de beBartlet y autores del libro Incidencia Pública: El poder en el siglo XXI.
Jofre señaló que la hipertransparencia multiplica el impacto de cualquier error corporativo, mientras que Corredor defendió que el poder actual se ejerce de manera distribuida y exige capacidad para tejer alianzas reputacionales y sociales. Ambos coincidieron en que las empresas están llamadas a desempeñar un rol activo en la generación de confianza y en la construcción de consensos sociales.
Empresas en transformación: del permiso al “acuerdo social”El segundo bloque estuvo moderado por Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence, quien recordó que la licencia social encuentra en la reputación su herramienta de gestión más eficaz: “un intangible que no deja de ganar peso financiero y que actúa como palanca de confianza y legitimidad”.
Enrique Rodríguez Perezagua, director de Comunicación Externa y Reputación de Moeve, propuso redefinir la licencia social como “acuerdo social” ya que “no se trata solo de un permiso unidireccional, sino de un diálogo y la consecución de consensos con las comunidades”. “Si queremos ser agentes del cambio debemos impulsar un activismo positivo, que genere oportunidades gracias a la suma de alianzas”, concluyó.
Por su parte, Felisa Martín Villán, directora general de Comunicación, Relaciones Institucionales e Inversores de Enagás, sostuvo que la licencia social y la reputación “son hoy dos caras de la misma moneda, inseparables para medir la viabilidad de un proyecto”. Como ejemplo, destacó el plan de participación pública que la compañía desarrolla para desplegar la red de hidrógeno en España, con presencia en 543 municipios y un proceso de escucha iniciado dos años antes de tomar la decisión de inversión final.
Además, Ignacio Rodríguez-Solano, director de Relaciones Institucionales de Renault Group, señaló que “debemos fomentar el contrato social europeo a largo plazo que desarrolle la competitividad frente a otros actores”. En otro lado, Silvia Agulló, directora de Negocio Responsable y Reputación de DKV, recalcó que “no hay licencia social sin reputación, por lo que no basta con mostrar, hay que demostrar. La sostenibilidad debe aportar valor a la sociedad y a la empresa a la vez”.
Por último, Pedro Alonso, director de Comunicación de Sacyr, insistió en que la licencia social es un asunto de liderazgo y confianza. “Debemos demostrar trayectoria confiable, culminar con éxito los proyectos que emprendemos y garantizar integridad en todas las actuaciones”.
Entidades e instituciones: confianza y participaciónLa tercera mesa puso el foco en el ámbito institucional y social. Manuel Larrasa Rodríguez, secretario general de Energía de la Junta de Andalucía, destacó que “el territorio es esencial en la viabilidad de los proyectos” y que la reputación de las empresas es determinante para la acogida de nuevas iniciativas. Recordó que los proyectos solo prosperan si generan un beneficio compartido. Por su parte, Raquel Saiz, responsable de Incidencia e Impacto en COTEC, subrayó la importancia de “crear espacios de confianza y conversaciones que no se darían en otros foros”, contribuyendo así a construir la licencia social como un contrato compartido entre agentes del sistema.
Desde ECODES, Mario Rodríguez Vargas recalcó la necesidad de transparencia en la transición energética y advirtió contra la aplicación de “estrategias de otros tiempos que hoy ya no encajan”. Recalcó que no existe un manual único: cada territorio requiere un proceso propio de construcción de confianza.
Por último, Rafael Llamas, presidente de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR), incidió en la relevancia del mundo rural como escenario clave de reputación para las empresas. “La sostenibilidad pasa por un beneficio conjunto entre empresa y territorio, reforzando tanto la cohesión social como el cuidado medioambiental”, aseguró.
El cierre del encuentro corrió a cargo de Ángel Alloza, quien recordó que ya no basta con cumplir la ley: “Las empresas deben demostrar coherencia, responsabilidad y propósito en todas sus actuaciones. Solo así podrán consolidar la confianza de sus grupos de interés y garantizar su sostenibilidad a largo plazo”.