Masorange amplía una semana el plazo para que sus empleados puedan sumarse al ERE, tras no haber conseguido cubrir con bajas voluntarias el recorte de plantilla planeado, con el objetivo de reducir la ejecución de despidos forzosos para completar el ajuste. La dirección del nuevo gigante de las telecos españolas, nacido de la fusión de Orange y MásMóvil, ha recibido 424 peticiones para acogerse de manera voluntaria al expediente de regulación de empleo (ERE), apenas un 65% de las 650 salidas planteadas, según confirman fuentes sindicales.
Una vez expirado el plazo de adhesión voluntaria, la compañía ha logrado peticiones para 147 prejubilaciones y para 277 salidas con indemnización. Y sin adscripciones voluntarias suficientes mediante bajas incentivadas o prejubilaciones, el grupo puede ejecutar despidos forzosos para cubrir todo el ajuste de plantilla, hasta un total de 226 salidas forzadas. Con el objetivo de sumar más adhesiones voluntarias y minimizar así el número de despidos forzosos, la teleco ha abierto un nuevo plazo de inscripción hasta el próximo 13 de noviembre.
La dirección de Masorange consiguió pactar con un respaldo suficiente de la plantilla las condiciones del ERE para 650 empleados, a pesar del choque entre sindicatos en la recta final de la negociación (UGT y Fetico respaldaron el acuerdo, mientras que CCOO votó en contra) . Los trabajadores de Masorange podían apuntarse voluntariamente al ERE desde el pasado 22 de octubre y hasta este miércoles.
Masorange, según los términos del acuerdo con una mayoría de sindicatos, podrá recurrir a unos 226 despidos forzosos para reducir su plantilla. En los últimos días las adhesiones voluntarias se han disparado, duplicándose desde las 217 solicitudes de baja alcanzadas el lunes, pero no han sido suficientes para cubrir todo el recorte planteado por la cúpula de la compañía.
Los sindicatos no consiguieron durante de la negociación del ERE uno de sus grandes objetivos, que era que la oferta de la compañía contemplara que todas las salidas tuvieran que ser totalmente voluntarias. La dirección de Masorange ha venido defendiendo que la voluntariedad sería el criterio fundamental para las salidas de los empleados, pero siempre ha reconocido (lo sigue haciendo ahora) su intención de poder vetar algunas peticiones de acogimiento al ERE y de ejecutar despidos forzosos si no se cubrían con bajas voluntarias todo el recorte de 650 empleos previsto.
Choque frontal entre sindicatosLas negociaciones de las condiciones del ERE acabaron con un choque entre sindicatos que ahora está recrudeciéndose y convirtiéndose en una guerra abierta, con acusaciones cruzadas de estar realizando maniobras sucias y de desinformación para aprovecharse la situación de cara a las próximas elecciones sindicales en la compañía.
UGT y Fetico respaldaron la firma del acuerdo, mientras que CCOO y USO votaron en contra del acuerdo Ahora, desde UGT se denuncia una “traición a la plantilla” y se desvela que al menos cuatro de los representantes de CCOO y USO en la mesa de negociación se han adscrito al ERE de manera voluntaria pese a mostrar públicamente su rechazo a las condiciones pactadas y pedir a la plantilla que no lo respalden.
Asimismo, desde UGT se critica que ha habido una «campaña de desinformación» y «bulos de todo tipo» para evitar que más empleados se sumaran de manera voluntaria al ERE. En paralelo, desde CCOO se ha venido denunciando que la compañía ha estado presionando a algunos empleados para se inscribieran a las bajas voluntarias del ERE, bajo la amenaza de incluirles entre la lista de despidos forzosos si no lo hacían.
Las condiciones del ERELa última propuesta de la dirección del nuevo gigante de las telecos españolas finalmente redujo el impacto del ERE con menos salidas y con mejoras en las condiciones para los afectados. Masorange aplicará un ERE que supondrá la salida de 650 trabajadores (un 18% menos que las 795 salidas planteadas al inicio del proceso).
A última hora la compañía mejoró algunas de las condiciones, ampliando la garantía de empleo para no ejecutar nuevos despidos colectivos seis meses más de lo que ofrecía, hasta el 30 de junio de 2026. Y también retiró la cláusula de no competencia, que prohibía a los trabajadores que abandonen el grupo trabajar en otras telecos rivales (durante 6 meses en el caso de los empleados que salgan de la compañía y durante todo el tiempo en que siguen percibiendo rentas en el caso de los prejubilados).
Las indemnizaciones propuestas para los afectados son de entre 34 y 47 días por año trabajado para los empleados que se inscriban de manera voluntaria al ERE, con un máximo de 24 mensualidades. Si no se cubren con bajas voluntarias todo el recorte previsto, la compañía ejecutará despidos forzosos. Para los despedidos la indemnización baja con carácter general hasta entre 33 y 45 días por año, también con un límite de 24 mensualidades, pero para mayores de 63 años sería de 20 días por año y un límite de 12 mensualidades.
La compañía también ha pactado una prima extra de 3.000 euros para los afectados con una antigüedad de menos de 8 años en el grupo, de 8.000 euros para entre 9 y 12 de antigüedad y de 15.000 euros para los trabajadores con más de 12 años en la compañía. La suma de todos los conceptos no puede superar un tope máximo de 300.000 euros.
La dirección de la teleco también permite prejubilaciones a los trabajadores mayores de entre 56 y 57 años de edad si tienen una antigüedad de más de 9 años y para personas de entre 58 y 62 años con más de 5 años de antigüedad, que recibirían un complemento del 80% de su salario regulador (que incluye todo el salario fijo, la mitad del variable y los complementos que no se consideren retribución en especie) hasta que cumplan 63 años, con un tope máximo de 300.000 euros. La compañía también mantendrá a los empleados afectados la prima del seguro médico durante dos años o hasta que cumplan 63 años.