Marc Ros, cantante y guitarrista de Sidonie, una banda que está grabando ahora el que será su primer disco íntegramente en catalán, asegura que se ha ido «acostumbrando» y ya no le «molesta nada» que les llamen «indie», una palabra con la que se ha ido «encontrando más cómodo».
«El indie viene de la época de los R.E.M., que empezaron a hacer su música al margen de las grandes multinacionales, y nos aplicaron esa etiqueta, que se asoció a un determinado tipo de música, algo que no es para nada verdad, porque ahí cada uno es hijo de su padre y de su madre», afirma Ros en una entrevista con EFE.
«Al final, para mí el indie se refiere a los que no sonamos en Los 40, la música que no está en la corriente principal. Al principio me daba rabia, porque cuando eres joven no te gusta nada que te etiqueten», añade el cantante, que este jueves ofrece un concierto al frente de Sidonie en el Selvatic Málaga Fest.
Pero, aclara, ser indie no significa no tener una vocación mayoritaria. «Lo que no se acaba de entender es que lo que los Beatles consiguieron es gustar a todo el mundo haciendo la música en la que ellos creían, transgresora y experimental».
Música muy segmentada«Se entiende que, en España, o suenas en Radio 3 o suenas en Los 40, parece que no se puedan mezclar, y es una pena», lamenta.
Ros espera que con el anunciado regreso de Oasis «quizás las guitarras vuelvan a estar en primer plano y la cosa cambie». «A lo mejor es muy naif por mi parte pensar esto, pero me gustaría que la música no estuviera tan segmentada y la gente fuera libre de escoger lo que le gusta».
También se puede ser indie trabajando con la discográfica Sony. «Lo hemos demostrado. Sony es un equipo humano de poquitas personas que, desde el primer momento, han entendido que no somos un artista manejable ni un producto prefabricado, sino un grupo con carácter propio».
Las influencias británicas de Sidonie vienen de su infancia, cuando sus padres tenían discos «de Raimon, Serrat o Mari Trini», pero él eligió escuchar ‘The Beatles at the Hollywood Bowl’, «un concierto muy loco, en plena beatlemanía», con el que le «explotó la cabeza».
«Cuando empecé a hacer mis propias canciones, me salían en inglés, por escuchar tanto ese disco y otra música en inglés, que para mí era el idioma de las canciones».
El paso al castellanoLa transición de Sidonie al castellano fue «dura y traumática», ya que cuando publicaron ‘Fascinado’ y fueron de gira iba a verle «la mitad de gente que venía en inglés» y mucho público «dejó de seguir» a la banda.
«Pensamos que fue un error y estábamos expectantes de qué pasaría en el próximo disco, pero insistimos y empezó a funcionar», recuerda Ros, que admite que el paso al castellano fue «una cosa pensada». «Lo que queremos es llegar al máximo público posible y vivir de ello sin traicionarnos».
«Ahora estamos grabando el próximo disco, que será totalmente en catalán. Tenemos unas cuantas canciones grabadas, la segunda parte de la grabación será a partir de octubre y pensamos sacarlo en 2025, antes del verano», avanza Ros.
Al preguntarle por posibles errores en estos veintisiete años de Sidonie, reconoce que publicaron ‘El fluido García’, un disco «bastante oscuro y extraño», tras un álbum anterior, ‘El incendio’, que «había sonado en las radios comerciales».
«Venían adolescentes a los conciertos y era un fenómeno que un grupo que venía del ‘underground’ y del indie tuviera tanto público, no al nivel de Pereza pero un poco así. De repente nos empeñamos en sacar un disco que era todo lo contrario, y quizás nos pasamos. ‘El incendio 2’ no habría estado mal para afianzar un poquito».
Marc Ros se imagina habiendo nacido «en el 67 de Londres o en el 66 de San Francisco». «Mis amigos habrían sido los Jefferson Airplane o los Kinks, pero me ha tocado vivir al lado del Mediterráneo escuchando música inglesa, y el producto es esto que tanto me gusta que es Sidonie».
Nervios en el escenarioSufre todavía «casi miedo escénico», que no le permite «estar relajado al subir a un escenario, sea el que sea». «Siempre me pongo muy nervioso y ansioso grabando un disco, y dejo de dormir y de comer bien».
No siente nostalgia del soporte físico de la música porque sigue comprando vinilos, cedés y casetes. «No es una pose, te lo aseguro, es un ejercicio de memoria para evitar el alzheimer que me provocan las plataformas».
«A veces, me atiborro de escuchar música en Spotify y al día siguiente no recuerdo nada de lo que escuché. Spotify me ayuda para mi trabajo, pero cuando tengo que escuchar un disco en casa es un cedé, un vinilo o un casete».
Los tres tienen su atractivo: «La profundidad de un vinilo es sensacional, como la seguridad del cedé, que nunca se raya, y el casete, si bien no tiene la misma definición, me recuerda a cuando descubrí la música comprando Europe o Dire Straits».
Sobre la convivencia en las giras, admite que con los compañeros de Sidonie a veces «saltan chispas y roces». «Pero tenemos que funcionar como una pareja en la que valen el respeto, la admiración y cierto grado de erotismo. No tenemos relaciones carnales entre nosotros, pero sí que tiene que haber una cosa sexy, porque, si no, no podríamos subir a un escenario».
Marc Ros, que ha cumplido 50 años en este 2024, intenta «no pensar demasiado en el futuro». «Pensaba, después del primer disco, que la cosa se acabaría en un par de discos, pero después de diez u once seguimos aquí, porque a la gente le interesa y tenemos la misma inquietud que el primer día. Mi sueño es llegar a ser muy mayor en un escenario».