«Respeto a Trump, lo invito a dialogar. Ojalá recapacite». El presidente venezolano Nicolás Maduro tendió una mano a su colega de Estados Unidos. Lo hizo vestido de uniforme, en medio de una escalada que parece no haber tocado su techo. Maduro se abrió a una negociación cuyo horizonte de posibilidad no es visible para los analistas. Advirtió en ese sentido que el país se encuentra en condiciones de pasar «a una etapa armada y planificada con todo el pueblo» que se basa en la participación de 4,5 millones de milicianos. «Hoy es el primer día de activación operativa organizativa de toda la milicia nacional bolivariana ya estructurada de los ciudadanos y ciudadanas que se alistaron en las primeras dos jornadas», dijo con tono marcial, acompañado de la cúpula militar y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. El país se prepara para «la lucha armada». El concepto de «guerra de todo el pueblo» es de los vietnamitas, pero los venezolanos lo aprendieron de los militares cubanos.
El anuncio se escuchó después de que la administración de Donald Trump declarara en alerta a sus unidades militares en en la zona del Caribe. El magnate republicano autorizó al flamante Departamento de Guerra a responder ante cualquier «amenaza» venezolana.
La semana que concluye ha marcado un punto de inflexión en la historia de las malas relaciones entre ambos países desde que cambió el siglo. El hundimiento de una lancha que partió del caribe venezolano con el supuesto propósito de ingresar drogas en Estados Unidos ha encendido las alarmas de la región. Estados Unidos insiste en calificar de «narcotraficante» a Maduro. El presidente insistió este viernes en que Venezuela «es hoy por hoy un territorio libre de producción de hoja de coca, libre de procesamiento de droga en el país y muy pronto seremos 100% libre de cualquier intento de meter ni siquiera un grano de esa droga en el territorio nacional». Acusó a su vez a Washington de haber violado el derecho internacional al atacar una pequeña embarcación provocando la muerte de 11 personas, de acuerdo con el propio Trump. «No hemos agredido ni agrediremos jamás a ningún pueblo del planeta y menos de nuestra región. Es la gran diferencia ética, moral, política, ideológica, humana y militar con los ejércitos imperialistas que hemos conocido ayer y que conocemos hoy».
Por último, Maduro advirtió sobre las posibles analogías entre lo que sucedió con Irak en 2003 cuando fue invadido bajo el argumento falaz de que contaba con armas de destrucción masiva. Lo que experimenta el país sudamericano en el presente es «similar al que le hicieron a Saddam Hussein. El invento de una narrativa que se propaga sin fundamento».
La ONU y PetroEn este contexto, la portavoz de la ONU, Ravina Shamdasani, dijo en Ginebra que el tráfico de drogas no justifica el uso de fuerza letal que reivindica la Casa Blanca como posible método para enfrentar al llamado narcoterrorismo. «No se debe matar a las personas por consumir, traficar, vender o poseer drogas”. El combate contra el flagelo del narcotráfico debe cumplir con los principios de legalidad, y los funcionarios son responsables de su aplicación. «El uso intencional de la fuerza letal solo se permite como último recurso contra una amenaza inminente para la vida».
En tanto, el presidente colombiano Gustavo Petro volvió a rechazar el hundimiento de la embarcación en el Caribe. «Es un asesinato en cualquier parte del mundo. La colaboración del Gobierno colombiano en la lucha contra el narcotráfico es profunda (…), pero se supedita al derecho internacional», dijo a través de X. «Si al Gobierno de EEUU no le importa la ONU y el derecho internacional, a mí», señaló el mandatario, quien se encuentra de visita en Japón. «El gobierno de EEUU, si respeta el derecho internacional, tiene todo mi apoyo, pero si lo rompe, toca rehacer nuestra colaboración».
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