El actor decano de España en activo, con una larga trayectoria que alcanza ya los 65 años -¡y lo que le queda!-, se crió en la calle San Juan y se llama Lucio Romero.
Siguiendo el consejo del que considera su «maestro», José Sazatornil Saza, Romero se niega a revelar su edad aunque sí que presume con orgullo de las más de seis décadas que ha vivido entregado a su pasión, la interpretación, un oficio por el que abandonó Málaga para probar suerte en Madrid y que ha desarrollado tanto en el teatro, como en el cine y la publicidad.
Lejos de querer retirarse, sostiene que tiene «muchas ganas de trabajar» y, sin vacilaciones, se dirige directamente a los directores: «Aquí tenéis a Lucio Romero, con muchas ganas de trabajar. ¡Llamadme, no olvidadme!». Eso sí, aunque en los horizontes de Lucio Romero no se otea la jubilación, su longeva experiencia ya le permite hacer balance de su carrera artística que, confiesa, arroja un 50% de éxitos y un 50% de «desengaños, no fracasos».
El actor malagueño, Lucio Romero, en el homenaje de la Fundación Aisge. / Álex Zea
En esos términos se expresó esta tarde el actor ante un nutrido público -con amplia presencia de familiares y amigos- que lo acompañó durante el acto de homenaje organizado por la Fundación Aisge (Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual) en el salón de actos de la Sociedad Económica Amigos del País.
Los asistentes disfrutaron de la proyección del documental ‘Mucha vida que contar’ dirigido por Asia Martín y con guion del periodista Juan Antonio Carbajo, en el que se recorre la trepidante vida del actor, desde sus primeros pinitos en el antiguo Teatro Alcázar de Málaga hasta sus papeles en cintas archiconocidas como ‘Marcelino, pan y vino’ o ‘El camino de los ingleses’.
Por y para la actuación«Lucio representa lo que es para nosotros un auténtico autor que ha nacido por y para la actuación», señaló el director general de Aisge, Abel Martín, que reconoció que fue Lucio Romero quien «empujó» a la Fundación hacia a Málaga.
Lucio Romero, junto al director de Aisge, Abel García (izquierda) y el presidente de la Sociedad Económica Amigos del País, José María Ruiz (derecha). / Álex Zea
De hecho, esta entidad está impulsando un proyecto para rehabilitar la antigua fábrica Fiat Lux donde ubicarán un centro cultural dedicado a las artes escénicas. Este espacio se convertirá, además, en el museo permanente para exponer la colección de más de 3.000 carteles de cine que el actor malagueño lleva nutriendo desde hace años. Un proyecto para que el Lucio tiene una única condición:
«Yo no creo que llegue a verlo, así que si no estoy, acordaros de mí y, como soy muy religioso, un actor católico, cuando vengáis a la inauguración, ¡rezad un padre nuestro por mí!».