En el Gobierno no ocultan que viven tiempos difíciles y que están a expensas de las decisiones en los tribunales, de los informes de la UCO e incluso de las investigaciones periodísticas. Pero este miércoles, tras el Pleno en el Congreso, en La Moncloa pudieron coger algo de aire.
El PP además se ha encargado de cambiar el foco: del serial de escándalos que se le acumulan en la mesa a Pedro Sánchez -Santos Cerdán en la cárcel, el juez investigando las cuentas del PSOE y las de José Luis Ábalos, destituciones forzadas por supuestos abusos- , para ponerlo en los negocios del suegro del presidente.
En las filas populares han hecho de eso su estrategia -registrando preguntas en las Cortes- y van a ir a “por todas”. Han vencido los que arengaban a Feijóo para que apostara por esa línea de ahí la euforia que se vio en algunos rostros en el Hemiciclo.
Una nueva línea roja contra el PSOE que no servirá, dicen en las filas socialistas, para “tapar el desastre” de la intervención de Feijóo y de su soledad parlamentaria. “Los suyos llevan tal travesía del desierto que cualquier exabrupto les parece un gol”, comparten en Ferraz.
Cuestión de Estado, con May Mariño / El Periódico
Pero también hay quien azuza a Pedro Sánchez para que “vaya con todo” y, si es necesario, “agarre al árbitro de la camiseta” con tal de defenderse él y su Gobierno.
Si toda esa energía la dedicaran a otras materias, quizás no llevaríamos 22 mujeres y tres niños asesinados por violencia de género este año; el acceso a la vivienda dejaría de ser un problema y los jóvenes no necesitarían una media de 12 años de ahorro para comprar una casa, y se reducirían las listas de espera para la dependencia, que en algunas regiones ya rondan los 570 días.
Suscríbete para seguir leyendo