Pedro Carrillo y su equipo llevan ya tres jornadas de rodaje de su primer largometraje en Irlanda, una aventura nacida y desarrollada en la más absoluta independencia, por su cuenta y riesgo, con las ganas de contar historias por delante y la ilusión de medrar en el complicado mundo de expresarse a través de imágenes y sonidos. Secretos de Dublín se titulará el debut.
«He trabajado algunos años como actor, moviéndome también en el ambiente técnico y siempre me ha llamado la atención el set de rodaje como tal. Llegó un punto en mi vida en que me planteé qué quería ser: actor, guionista, productor… Y decidí hacer una película: tengo 27 años, me veo preparado y capacitado», asegura Carrillo, quien escribe, produce y protagoniza el proyecto. Le ayudan unos cuantos de quienes fueron sus alumnos de la Escuela de Cine de Málaga (Pedro ha sido profesor de en el centro) y entre todos asumen las labores de dirección (tenían a un director pero «por circunstancias personales» abandonó el barco un mes antes de la filmación).
Primeros frutos del rodaje irlandés de Secretos de Dublín. / Pedro Carrillo
En principio, la película se iba a rodar íntegramente en Andalucía, pero un viaje a Dublín lo cambió todo… hasta el propio género del filme: «El atractivo visual, las localizaciones y las posibilidades laborales que ofrece la ciudad me convencieron de trasladar aquí la acción y el rodaje. Y hasta cambié el guión, para pasar de la comedia inicial al drama que es ahora», asegura Carrillo. Y es que Irlanda es la nueva patria del malagueño: «Este país me ha brindado la oportunidad de conseguir ciertos objetivos vitales como puede ser pagar un alquiler sin depender de mi familia o ahorrar, lo cual en mi ciudad natal es algo excesivamente difícil para las personas de mi edad».
IlusiónAsí que un puñado de malaguitas con más ilusión que billetes están contando una historia en Irlanda. Carrillo ha puesto toda la carne en el asador y costea el desplazamiento, alojamiento y dietas del equipo: «Me gusta que valoren mi trabajo así que intento valorar el de los demás; el hecho de remunerar, aunque sea mínimamente, con un salario para que a los técnicos y actores al menos no les cueste el dinero el rodaje me parece muy importante». Les apoyan otros locos del cine, de múltiples nacionales, bastantes españoles, que han ido conociendo en Dublín: «Se han volcado de una manera increíble y me están llevando en volandas. Estos primeros días de rodaje en Dublín están saliendo bastante bien, la verdad es que me siento muy arropado», declara Pedro.
Locos malagueños por el cine en Dublín
HistoriasCuando se le pregunta a Pedro Carrillo, que a participado en películas como Hombre muerto no sabe vivir, de Ezekiel Montes, y en series como Malaka y Estoy vivo, además de en, calcula, unos 40 cortometrajes, qué cine le gusta hacer, no responde con nombres propios de influencias ni corrientes estilísticas: «Siempre estoy escribiendo, tomando notas, siempre tengo una historia que contar, algo que expresar de forma artística. Me encanta ser flexible, aprender y probar cosas diferentes», apunta.
Secretos de Dublín es el cine que le gusta hacer en estos momentos, un drama que habla sobre «la sinceridad y la empatía». Una obra «un tanto autobiográfica» que nos presenta a Nacho, un chico de un barrio malagueño humilde, sin muchas oportunidades de cara al futuro. Nacho tiene un hijo al que debe pasarle una manutención mensual inalcanzable para él. Es por ello que decide mudarse a Dublín con el objetivo de lograrlo aunque suponga distanciarse de sus seres queridos, o al menos es lo que le cuenta a Nora, la madre de su hijo. El ambiente frenético de la ciudad, el ansia de dinero fácil le hace tomar ciertos caminos al margen de la ley que terminan por distanciarle de su objetivo principal.
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