Hace 13 años decidieron dejar todo lo que ocupaba sus vidas, juntarse y empezar a hacer música. Luis Rodríguez, Eduardo Bos, César Verdú y Abraham Boba son León Benavente. Después de un parón para reflexionar y redirigir el camino, en octubre de 2024, ‘Nueva Sinfonía Sobre el Caos’ vio la luz. Un disco que invita a bailar y a reflexionar sobre el sentido de nuestro lugar en el mundo; dos premisas que parecen en un primer momento contradictorias, pero cuya coexistencia han logrado León Benavente en diez canciones que transitan entre la electrónica y el rock. Hablamos con Abraham Boba, vocalista y teclista de la banda.
¿Cómo llevan la gira? ¿Qué sensaciones tienen hasta ahora?
La verdad es que muy bien. Es la mejor gira que hemos hecho, sinceramente lo pensamos los cuatro. A nivel de repertorio y de como están yendo los conciertos que se están agotando las entradas. Estamos muy contentos.
¿Se imaginaba llegando hasta aquí, con giras, haciendo sold outs, haciendo la música que les gusta, cuando empezaron?
Nunca lo pienso. Si te metes a hacer música con ese objetivo es bastante posible que lo pases muy mal; es mejor hacer las cosas porque te apetece hacerlas. Nosotros montamos este grupo con 40 años. Veníamos de una trayectoria previa, cada uno con sus proyectos por separado. Si lo hicimos no fue realmente por intentar pegar el pelotazo, lo hicimos porque nos apetecía, porque nos llevábamos bien y queríamos poner cosas en común que nos gustaban a nivel musical. A partir de ahí, fuimos haciendo todo este trabajo a lo largo de los años. Muchos conciertos, intentando hacer discos distintos, arriesgando, no repitiendo siempre la misma fórmula. Y eso es lo que nos mantiene vivos. Supongo que no, no lo esperábamos, pero sí que hemos luchado con un objetivo muy claro desde que empezamos.
Llevan más de diez años en la música, ¿en qué punto de su carrera diría que están?
Supongo que en un momento como de madurez dulce, se podría decir. Yo creo que esta gira para nosotros también era un poco prueba de ver dónde estaba el grupo después de todo este periodo extraño de la pandemia. Nosotros sacamos un disco justo cuando todavía había restricciones, fue un momento difícil, creo que para todos los músicos de España, de hecho. Y, después de hacer este disco, decidimos presentarlo en las salas haciendo una gira y ver realmente cuál era la respuesta de nuestro público. Y en ese sentido, se han agotado las entradas en casi todos los conciertos que hemos hecho. Es muy importante darse cuenta de que la gente está pagando una entrada para ir a ver a tu grupo, que sigue ahí y que le interesa lo que estás haciendo.
Para nosotros, cada disco es un nuevo comienzoDicen que con ‘Nueva sinfonía sobre el caos’ han llegado al lugar donde se dirigían, ¿significa eso el fin de algo? ¿O el comienzo?
Para nosotros cada disco es un nuevo comienzo y un fin del anterior. Obviamente, el grupo ya tiene una personalidad bastante marcada, pero lo que nos mueve a hacer un disco nuevo siempre es intentar hacer algo que nos sorprenda a nosotros, en primer lugar, y después a nuestro público. Y puede ser que le guste más o menos, la gente tiene muchas posibilidades de música que escuchar, sobre todo hoy en día. Los oyentes tienden a clasificar la música y a los grupos para momentos determinados. Entonces, ir jugando al despiste como hacemos nosotros en cada disco, a lo mejor puede ser un suicidio comercial, pero es lo que nos mueve. Y cuando acabamos un disco y vemos que hemos arriesgado, que hemos hecho algo distinto al anterior y nos ha salido y nos gusta, es una gran satisfacción.
¿Qué tiene este disco de León Benavente que no hubiésemos oído antes?
Creo que las canciones con estructuras más clásicas que hemos hecho. Estrofa, estribillo y puente. Todas las canciones del disco son así. Que sean canciones cortas, con estribillos que se repiten, bastante cantables, es algo que tampoco habíamos hecho en otros discos. También creo que es el disco donde mejor ha quedado reflejada la conexión, o la unión, entre electrónica y rock, que es algo que llevábamos experimentando ya en varios discos. Por eso llamamos a Martí Perarnau, para que nos ayudase en el proceso, como una cabeza pensante más. Es la primera vez que incorporamos a una figura de productor dentro de nuestros discos, con el objetivo de que sonase, como mínimo, totalmente distinto que el anterior.
Describen este disco como bailable y reflexivo, ¿querían romper con algún tema en concreto de su discografía?
No, romper no, porque nos gusta abrazar todo lo que hemos hecho. Ahora en esta gira, que teníamos que elegir entre las canciones que hemos hecho a lo largo de la historia del grupo, nos hemos dado cuenta de que nuestro estilo ha ido pasando por diferentes sitios, el grupo ha pasado por diferentes sitios, pero luego todas las canciones conviven. Nosotros en esta gira estamos tocando las diez canciones del disco nuevo y canciones de todos los otros discos y en ningún momento sentimos que sea como volver a un pasado con el que queramos romper. Creo que León Benavente funciona como una batidora de estilos musicales en la que caben todos, prácticamente, a través de nuestra visión. También es una forma de tomárnoslo con tranquilidad a la hora de elegir el estilo cada vez que grabamos un disco.
¿Cómo ha sido el proceso de crear ‘Nueva Sinfonía sobre el Caos’?
Siempre solemos hacer más canciones, esta ha sido la vez que más hemos hecho. En total habría unas 17 o 18 terminadas. No hay discusiones a la hora de elegirlas, de alguna forma te das cuenta de cuáles van a ser las que compongan el disco. De alguna manera tienen relación entre ellas, sin ser discos conceptuales lo que hacemos, y tienen un hilo conductor. Es muy fácil, en el fondo, elegir las que se quedan dentro. En cuanto a la composición, nosotros vivimos cada uno en una ciudad, no somos de quedar todas las semanas a ensayar en un local y ver qué sale. Siempre vamos con ideas bastante claras, a las les hace falta desarrollo para convertirlas en canciones. En este disco hubo un proceso de grabación en el estudio bastante largo. Las canciones iban más abiertas porque queríamos tener el punto de vista de Martí. No tenemos un método concreto, eso hace que las canciones salgan distintas y el disco sea distinto.
Juntarse en el estudio para componer, ¿es un proceso más divertido o más serio?
Tiene que ser divertido. Aunque el proceso de composición siempre es duro porque te enfrentas a tus mayores miedos. Y cuando sale bien, es de las mejores alegrías que te puedes llevar si te dedicas a esto. Es como no tener nada y de repente tener una canción.
No sé cuántos nuevos discos y canciones han salido hoy… Creo que eso hace que se pierda un poco la importancia que tienen las canciones¿Ha habido alguna referencia musical para la creación de este disco?
Siempre las hay, pero no es algo que pongamos en común, nunca. Por ejemplo, sí que sabemos que queríamos hacer un disco más de una electrónica un poco más expansiva, pero no ponemos encima de la mesa nombres de grupos. Creo que cuando ya llevas muchos años en esto, las influencias están bastante asimiladas. Entonces van saliendo, están en algún lugar de tu cerebro al que tú vas accediendo, pero no de forma consciente, lo cual lo hace mucho más interesante porque sino acabaría convirtiéndose en una copia, ¿no? Nosotros tenemos muchas cosas en común pero cada uno se ha formado de una manera distinta en la música, esa mezcla también acaba dando personalidad a la música que hacemos.
¿Cómo perciben el panorama musical actual del país?
El negocio de la música va cambiando, con internet hubo un cambio drástico, ahora se publica muchísima más música. No sé cuántos nuevos discos y canciones han salido hoy… Creo que eso hace que se pierda un poco la importancia que tienen las canciones. En nuestra generación, te comprabas un disco y lo escuchabas de arriba abajo, ahora a los dos días de haber escuchado una canción te olvidas de ella. Los discos nuevos tienen muy poca vida por tener toda la música del mundo al alcance de un click. Y puede ser beneficioso, sinceramente, yo consumo muchísima música pero hay que dar tiempo a lo que estás escuchando, saber por qué las canciones están hechas de una manera y no de otra.
¿Entonces cree que hay sobrecarga de música?
De información directamente, a todos los niveles. Nunca ha sido tan fácil hacer música. Y creo que hay música súper interesante que se está haciendo en nuestro país y la están haciendo generaciones mucho más jóvenes que la nuestra. No somos un grupo nostálgico, no vamos a decir que lo que se hacía antes es mejor que lo que se hace ahora porque es una tontería. Hay música genial ahora, igual que hay música mala, y lo mismo pasaba hace veinte años.
No somos un grupo nostálgico, no vamos a decir que lo que se hacía antes es mejor que lo que se hace ahora porque es una tonteríaSanti Carrillo, director de ‘Rockdelux’, dijo que los grupos del «pseudoindie» como Arde Bogotá o Viva Suecia son «vulgares».
Sí y me hace bastante gracia porque entre esos nombres podría haber estado León Benavente. Lo que pasa es que Santi Carrillo ya lleva unos cuantos años que a nosotros directamente nos ignora. No sé, yo he crecido leyendo ‘Rockdelux’, creo que lo he hablado con él, incluso. Ellos siempre han tenido esta cosa de que saben lo que es bueno y lo que es malo, cuando en realidad no hay ni música buena ni música mala, solo música que le sirva a la gente para disfrutarla. Sinceramente, lo que más pena me da son todos los prejuicios que tienen. Estoy totalmente convencido de que Santi Carrillo no tiene ni puta idea de la música que hace León Benavente en este momento y también estoy convencido de que si viniese a un concierto se daría cuenta de que somos un grupo infinitamente mejor que muchos de los de los grupos internacionales a los que llevan al Primavera Sound.
¿Usted escucha todo tipo de música?
Sí, yo escucho de todo, los cuatro del grupo somos súper eclécticos. Escucho todo lo que me emocione. Creo que una de las cosas más bonitas, de lo más bonito que puedes hacer si te gusta realmente la música, es precisamente no tener esos prejuicios de los que hablábamos y tener las orejas abiertas para escuchar algo y decir: “Ah, pues esto igual no está dentro de mis códigos, pero oye, me está generando una emoción”. Creo que darse cuenta de eso es muy gratificante porque lo disfrutas como oyente y si eres músico o creador, también de alguna manera lo vas a incorporar a tus influencias o a tu forma de hacer. Y eso me parece que da una riqueza a toda la música que se hace que todo el mundo debería tener en cuenta.