Pese a que la expectativa no es mala, el contexto económico y la situación política internacional han empezado a hacer mella en los planes de las compañías extranjeras que operan en España. El Barómetro del clima de negocios que elaboran el ICEX (empresa pública de promoción de la inversión extranjera), el conglomerado empresarial Multinacionales por marca España y la escuela de negocios IESE, muestra que ocho de cada diez empresas pretenden mantener o incluso aumentar sus porcentajes de inversión, más de un tercio contempla contratar y prácticamente la mitad prevé incrementar sus ingresos. La cuestión es que son, la mayoría, porcentajes menores a los de hace un año.
Para empezar, la puntuación de España en general como mercado de negocios (2,9 sobre 5) cae una décima, un descenso que los responsables del informe relacionan con la coyuntura actual y con las consecuencias de la crisis de la guerra en Ucrania. Pero además, el porcentaje de empresas que tiene previsto aumentar su plantilla pasa del 47% que se registraba a inicios del 2022 a un 36% de cara a 2023; y el de compañías que esperan elevar sus ingresos, del 59% del año anterior al 49% este. La estampa en cuanto a los planes de inversión es idéntica a la del año pasado -un 84% de las firmas pretende mantener o aumentar sus operaciones-, aunque esta proporción no recupera todavía el 88% identificado en 2021. Y lo mismo ocurre en el terreno de las exportaciones. Aquel año, solo un 8% de las empresas redujeron sus exportaciones; en 2022 fueron un 10%, y este año, a juzgar por el barómetro, volverán a ser un 10%.
“El contexto político, económico y social vigente durante el tiempo que se realizan las contestaciones a los cuestionarios afecta decisivamente a sus resultados”, introduce el informe, señalando como ejemplos el Brexit, el covid o, este año, la invasión rusa. De acuerdo con los autores del estudio, este escenario “ha generado un contexto de máxima incertidumbre en la economía global, está teniendo un severo impacto en la inflación, ha obligado a que se normalice la política monetaria a ambos lados del Atlántico y ha agravado las disrupciones en las cadenas de suministro globales”. “Todas estas circunstancias han supuesto un lastre en la dinámica de robusto crecimiento que estaba experimentando la economía española en el ejercicio 2021”, sintetizan.
Mejor situación que el entorno En cualquier caso, la lectura no es derrotista. La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, presente en el acto de presentación del estudio, ha asegurado que España mantiene una dinámica económica “más favorable” que los países de su entorno, en buena medida gracias a las exportaciones, pero también gracias al despliegue de los fondos europeos a través del plan de recuperación, que esperan que tenga un impacto positivo que se refleje, ha dicho, en las siguientes ediciones del informe.
De momento, el análisis actual ya da algunas pistas de qué valoran más y qué echan en falta estos empresarios en España. Las principales fortalezas, como en otras ediciones, están relacionadas con las infraestructuras (por este orden, aeropuertos, carreteras, disponibilidad de estructuras y servicios de telecomunicaciones, los puertos y el tren de alta velocidad), pero también se destaca la alta capacidad de aprendizaje de los trabajadores o la disponibilidad de universitarios. En el otro lado, como principales debilidades, destacan el coste del transporte, el volumen de gasto público en I+D+i, las cuotas a la seguridad social sobre el trabajador, la carga burocrática, la rapidez y eficacia de los juzgados mercantiles y los costes de energía y de la electricidad en particular.