Las familias que reserven sus vacaciones y se vean sorprendidas por temperaturas extremas como las que se viven esta semana la provincia, con registros de más de 40 grados, podrían tener acceso a un reembolso por no poder disfrutar adecuadamente de sus días libres.
Las olas de calor, cada vez más acuciantes en zonas como la Costa Blanca, empiezan a ser tenidas en cuenta como fenómenos extraordinarios por las aseguradoras de viaje, que se plantean incluirlas entre las coberturas que se ofrecen habitualente.
De esta manera, las olas de calor podrían añadirse a las pólizas como coberturas adicionales, al igual que ocurre con otros fenómenos atmosféricos, y facilitar un reembolso parcial o total del dinero invertido en las vacaciones si el calor no permite disfrutar del destino elegido.
Es lo que plantea la compañía americana Sensible Weather, que ya ofrece seguros a sus clientes para viajes que se vean interrumpidos por la lluvia, siempre que las precipitaciones duren al menos tres horas, y ahora anuncia que está trabajando en incorporar también cláusulas que contemplen las altas temperaturas como motivo de reembolso.
Para tener acceso a este tipo de coberturas, según la fórmula planteada por la compañía, sería necesario abonar entre un 10% y un 15% del importe de la póliza para añadir esta condición adicional. Después el reembolso se realizaría de forma automática siempre que se cumplan las condiciones acordadas.
En este caso, de acuerdo con lo expuesto por el director de Sensible Weather en varios medios anglosajones, la devolución podría ser parcial cuando se den temperaturas prolongadas de más de 35 grados y llegar a ser total si se supera la barrera de los 40.
Una indemnización que no se aplicaría al viaje completo, sino que se gestionaría un pago individual por cada uno de los días del viaje que se supere la temperatura.
Cambio de hábitos Los fenómenos climáticos son cada vez más importantes para los turistas a la hora de programar un viaje. De acuerdo con un reciente estudio de la Comisión Europea de Viajes -en la que se engloba una treintena de patronales turísticas- cerca del 8% de los encuestados consideran las condiciones extremas un motivo de preocupación a la hora de planificar sus viajes.
Además, la Comisión Europea de Viajes también recoge en su informe que algunos destinos tradicionalmente más fríos, como pudiera ser Irlanda, Dinamarca o Bulgaria, están viviendo un auge de popularidad que podría atribuirse a que los viajeros buscan «destinos menos masificados» y también «temperaturas más suaves».
