A punto de comenzar el encuentro de alto nivel de Pedro Sánchez en Marruecos, la Guardia Civil ha hecho público este martes en su boletín oficial el traslado del actual jefe de la comandancia del instituto armado en Melilla, el coronel Jesús Torresano, a un despacho en el Mando de Enseñanza del cuerpo, tras durar apenas dos meses en el puesto. El cese, oficialmente motivado por «necesidades del servicio» y que fuentes de la Guardia Civil califican como «cambio pactado de destino», ha sido decidido por la directora general, María Gámez, después de que lo pidieran dos mandos directos del coronel, los generales jefes de Operaciones de Fiscal y Fronteras, que han considerado que Torresano «no reúne condiciones» para seguir en el cargo.
A Torresano, que había accedido al mando vacante de Melilla en diciembre pasado, se le aparta de la jefatura de uno de los puntos más delicados del despliegue del Ministerio del Interior después de días de total falta de sintonía con sus jefes. Este cese, o abrupto cambio de destino, es secuela de los trágicos sucesos de la valla de Melilla del pasado 24 de junio y de la tensión interna que en el Cuerpo había incrementado el propio coronel a cuenta de la investigación emprendida por la Fiscalía.
Torresano inquietó a sus mandos cuando, en diciembre pasado, al poco de llegar a su nuevo puesto en Melilla, requirió que la Guardia Civil se querellara contra la fiscal Beatriz Sánchez, coordinadora de Extranjería de la Fiscalía General del Estado, que ha investigado al caso, por supuestas prevaricación y malversación. Días antes de que la fiscal terminara archivando sus pesquisas y exonerando a la Guardia Civil, se habría manifestado ante miembros de su unidad de forma airada y con gruesas palabras contra la fiscal, diciendo que a quien debía investigar era a los migrantes que asaltaron la valla e hirieron a medio centenar de agentes y no a los guardias civiles.
Crispación No ha sido posible obtener la versión del coronel destituido, que no está haciendo declaraciones. La Asociación Unificada de Guardias Civiles, entidad sindical veterana del instituto armado, ha calificado de «repentino y sorpredente» el cese. Las fuentes consultadas desmienten que el cambio de destino del coronel tenga que ver con expediente alguno abierto a los guardias que participaron en el operativo de la valla de Melilla en la mañana del 24 de junio, día en que al menos 23 migrantes murieron aplastados en las puertas del recinto aduanero del Barrio Chino, entre la ciudad española y la marroquí de Nador.
No hay expediente disciplinario abierto. La Fiscalía de área de Extranjería, que investigó el caso, en el escrito en el que exculpó a la Guardia Civil de responsabilidad penal por su actuación ante la valla, recomendó al director adjunto operativo del Cuerpo investigar la actuación de algunos guardias antidisturbios que arrojaron piedras a los subsaharianos encaramados en la valla fronteriza. Y el instituto armado ha abierto una investigación interna, pero esta no ha terminado aún, y por tanto no ha desembocado en apertura de expedientes.
La solicitud acrecentó el nerviosismo interno en una unidad de la Guardia Civil de por sí crispada desde hace meses. Fue uno de los incidentes que han desembocado en que dos de sus jefes hayan pedido cambiarlo de destino. El coronel Torresano procedía de la plana mayor de la Zona de Madrid de la Guardia Civil, y no había tenido experiencia operativa en puestos como Melilla. En otoño pasado, su primera opción de destino expresada, según fuentes de la Guardia Civil, había sido precisamente la Jefatura de Enseñanza, adonde se le destina ahora.
