La Fiscalía General alemana ha asumido la investigación del atentado terrorista de Solingen y busca «intensamente» los vínculos entre su presunto autor, un sirio de 26 años llegado a Alemania como refugiado en 2022, y el Estado Islámico (EI), la red yihadista que anoche se atribuyó la autoría. El detenido, que se entregó a la policía sobre las 23.00 horas del sábado, se ha confesado autor del ataque a cuchilladas contra una fiesta popular en que murieron tres personas y quedaron heridas otras ocho, cinco de las cuales de gravedad. Prestará declaración ante el fiscal Jens Rommel a lo largo de este domingo, según el semanario ‘Der Spiegel’.
Su participación en el atentado «está siendo analizada intensamente», según un comunicado policial. Al detenido se le investiga por los presuntos delitos de asesinato triple, intento de asesinato múltiple y militancia en EI. Ha sido identificado por los medios alemanes como Issa al H., recibía protección subsidiaria desde 2023 y las autoridades no tenían hasta ahora indicios de comportamientos radicales o conexiones con el yihadismo.
«Der Spiegel» sostiene que el sospechoso debería haber sido entregado en 2023 a Bulgaria, país al que corresponde su acogida en virtud del Acuerdo de Dublín. Las autoridades búlgaras dieron luz verde, pero entonces desapareció de su centro de refugiados. Estas informaciones comprometen a las autoridades de Interior, que se han comprometido a agilizar las expulsiones. En el primer trimestre del año se ejecutaron 6.300 órdenes, un aumento de un tercio a efectos interanuales. Pero es una cifra baja, siendo que hay 243.000 órdenes de expulsión. La gran mayoría no son viables por razones humanitarias, burocráticas o porque el país receptor los rechaza.
El sensacionalista diario ‘Bild’ afirma que, antes de lanzarse a cuchilladas sobre la multitud concentrada en un concierto de la llamada «Fiesta de la Diversidad», había gritado ‘Allah Akbar’ (Alá es grande), según declaró un testigo presencial a la policía. En el ataque murieron dos hombres de 67 y 56 años, así como una mujer también de 56 años.
El atentado se produjo la noche del viernes y a la mañana siguiente se procedió a una primera detención, un adolescente de 15 años y procedente de Kirguistán, residente en una casa de acogida. Se le imputa no haber denunciado los planes del atentado. Según dos mujeres que alertaron a la policía, el joven se encontró poco antes del ataque con su autor, quien le contó sus propósitos. Ya en la noche del sábado, un comando del cuerpo especial de la policía SEK irrumpió en otro centro de refugiados, donde según los medios citados se localizó el arma y se detuvo como posible testigo a otro sirio.
Ropa manchada de sangreUnas horas después, el presunto autor se entregó a una patrulla policial. Llevaba la ropa sucia y manchada de sangre, ya que supuestamente había permanecido más de 24 horas oculto en un patio.
El atentado de Solingen, una ciudad de provincias del populoso ‘Land’ de Renania del Norte-Westfalia, en el oeste del país, ha sacudido a Alemania en medio de la alarma creada por el incremento de los delitos, agresiones y ataques con arma blanca. El Gobierno del canciller Olaf Scholz había anunciado ya un plan para prohibir su porte en la vía pública, mientras desde la oposición conservadora se reclama más contundencia en la expulsión de refugiados u otros migrantes irregulares que hayan delinquido o radicalizado.
Todo esto ocurre a una semana de las elecciones regionales en dos estados del este del país, Turingia y Sajonia, donde los sondeos apuntan a que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), defensora de la via más dura contra el asilo y las expulsiones masivas de los irregulares, quedará en primera posición.
Para Solingen, la matanza del viernes es otro trauma, que sigue al impacto por los atentados racistas de 1993. Cinco mujeres turcas murieron entre las llamas, en un ataque incendiario contra su casa perpetrado por cuatro neonazis. Para muchos alemanes, el nombre de Solingen sigue remitiendo hasta ahora al que por entonces fue el peor atentado racista de la Alemania moderna.