La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Baleares ha denunciado públicamente la «situación crítica y reiterada de abandono» que sufren los migrantes que llegan a las islas en patera y mantiene que los responsables de Salvamento Marítimo tienen un «doble rasero» de actuación en función de si la personas que solicitan el auxilio son turistas o migrantes irregulares. Como ejemplo, desde la asociación recuerdan que una embarcación de Salvamento Marítimo tardó siete horas para acudir al rescate de catorce migrantes que habían llegado a Cabrera el pasado 18 de agosto.
Según informa la AUGC , el pasado 18 de agosto una patera arribó a Cabrera a las cuatro y media de la tarde. La embarcación había sido detectada por el radar del sistema SIVE y varios de los propios migrantes habían pedido ayuda al 112. Sin embargo, la lancha de Salvamento Marítimo no se presentó hasta las once y media de la noche. «Durante esas siete horas», afirma la asociación de guardias civiles, «los catorce migrantes quedaron desatendidos en condiciones extrmas de cansancio, hambre, sed y desesperación. Dos de ellos vomitaron y precisaron asistencia médica, y los otros protagonizaron enfrentamientos debido a la tensión acumulada».
Además, según prosigue la AUGC, cuando llegó la lancha de Salvamento arribaron tres pateras más. La dotación de la Guardia Civil de Cabrera, con una barca neumática y dos guardias de servicio, tuvo que acudir a interceptarlas dejando a un único agente de servicio en tierra, junto a tres militares, custodiando a los catorce migrantes. El traslado de estas personas no se completó hasta las tres de la madrugada.
La asociación de guardias civiles mantiene que esta situación de abandono se ha convertido en algo habitual, lo que deja a los propios agentes muy expuestos y obligados a realizar joradas de más de 24 horas seguidas sin el respaldo necesario.
Migrantes llegados en patera a Cabrera la semana pasada. / DM
«Queremos dejar claro que esta denuncia no va dirigida contra los tripulantes de las lanchas de salvamento, profesionales que cumplen con su labor con responsabilidad y eficacia. Ellos acuden cuando son activados. El problema reside en las decisiones que se toman desde el Centro Coordinador de Salvamento Marítimo, que demora o directamente niega salidas a pesar de contar con llamadas de emergencia al 112 y datos confirmados por el sistema SIVE, sometiendo a los inmigrantes a esperas inhumanas y a los agentes a situaciones de riesgo inaceptables», prosigue la AUGC.
Estas críticas no son nuevas, y recientemente hubo una reunión entre los responsables de la Guardia Civil y representantes de Salvamento Marítimo en la que estos últimos se comprometieron a intervenir en cuanto tuvieran un aviso del 112. «Sin embargo, este compromiso se está incumpliendo sistemáticamente cuando los que llaman son migrantes».
La embarcación de la Guardia Civil, junto a una patera con migrantes, la semana pasada en la Colònia de Sant Jordi. / Joan Gelabert
La asociación denuncia también que la Guardia Civil está dedicando la mayor parte de su medios marítimos a la vigilancia de las costas de Formentera. Este verano se concentran allí dos patrulleras, el Río Segura y el Río Gállego -esta última se desplaza cada día desde el puerto de Palma, lo que supone una travesía de cinco horas, para realizar diez horas de patrullaje y luego regresar a su base- y una neumática. Mientras tanto, en Cabrera, donde en las últimas semanas han arribado el doble de pateras que a Formentera, solo cuentan con una embarcación neumática con una tripulación de dos guardias.