El plan original pactado entre Madrid, París y Lisboa pasaba por unir los tres países con un corredor con dos tramos que está previsto que estén operativos entre 2028 y 2030. Un tramo unirá España con Portugal (entre Celorico da Beira y Zamora) y el otro con Francia (entre Barcelona y Marsella, con un tubo submarino). Tras sumar también a Berlín, la red de tubos se extenderá por suelo francés hasta llegar a Alemania y la pretensión es acabar desplegándolos a otros países del norte y el centro de Europa.
Ya durante la presentación del proyecto el mes pasado en Alicante por los mandatarios de los tres países -Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Antonio Costa- hubo una fricción entre Moncloa y el Elíseo en torno a qué tipo (o tipos) de hidrógeno iban a transportarse por el futuro hidroducto. Y es que Macron aprovechó para deslizar que la infraestructura se utilizaría no sólo para llevar hidrógeno verde (producido con electricidad procedente de energías renovables) sino también el conocido como hidrógeno rosa (generado con energía de los reactores nucleares).
El comentario del presidente galo escamó al Gobierno español. Moncloa se apresuró a aclarar su pretensión de que el corredor Portugal-España-Francia se utilice para transportar exclusivamente hidrógeno verde, el producido con la electricidad generada por energías renovables. Y, de hecho, España sí que se garantizó que H2Med hasta llegar a Marsella servirá sólo para transportar hidrógeno renovable. Sólo hasta Marsella. Pero una vez que los tubos empiecen a subir hacia el norte de Europa, Francia podrá ir inyectando su propio hidrógeno producido por con electricidad generada por su enorme parque de centrales nucleares.
“Naturalmente, el H2Med hará circular hidrógeno que, en el caso de Francia, puede proceder de la energía nuclear”, señalan a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, fuentes oficiales de la Embajada francesa en Madrid. “Cada país lo hará en función de su combinación energética”. De hecho, fuentes diplomáticas francesas subrayan que así se confirmó en la cumbre hispano-francesa de Barcelona del pasado 19 de enero.
Y es que en la propia declaración conjunta de ambos gobiernos tras la cumbre presidida por Sánchez y Macron se subraya que “España y Francia reconocen la importancia de la producción, transporte y consumo de hidrógeno limpio como el producido a partir de fuentes de energía renovables y bajas en carbono”. Esto es, no sólo hidrógeno verde, también el producido con las nucleares francesas.
Solo verde hasta llegar a Francia Los tres países presentaron el mes pasado a la Comisión Europea la candidatura del H2Med para ser considerado proyecto de interés común (PCI, por sus siglas en inglés) y obtener ayudas por hasta la mitad de los 2.850 millones de euros necesarios para construir los dos tramos de hidroductos para conectar Portugal, España y Francia.
El proyecto técnico enviado a Bruselas contempla que el H2Med sólo se utilizará para transportar hidrógeno verde y que únicamente servirá para exportar el gas renovable de la Península Ibérica hacia Francia, sin estar previsto el sentido inverso en el flujo, según confirman varias fuentes oficiales conocedoras del contenido de la propuesta. “El H2Med se ha presentado a la Comisión como proyecto sólo de hidrógeno verde”, sentencian.
La documentación remitida a la Comisión Europea para obtener financiación europea establece claramente que no está previsto utilizar el hidroducto en ningún caso para que España importe hidrógeno desde Francia -que podría estar producido con la electricidad de las nucleares galas- y en las instalaciones diseñadas no se incluye un compresor en Marsella que haría posible invertir el flujo, explican fuentes gubernamentales. Pero una vez que la red de hidroductos se extienda más allá de Marsella, el hidrógeno que se transportará no tiene por qué ser exclusivamente renovable.
Para la producción de hidrógeno como fuente de energía hace falta electricidad. Con ella se produce la electrólisis del agua, que separa el hidrógeno (H2) del oxígeno (O). Se considera “hidrógeno verde” aquel en el que esa electricidad necesaria se ha obtenido de fuentes renovables de energía, como la eólica o la solar. El “hidrógeno rosa” es aquel en el que la electrólisis se hace con energía proveniente de centrales nucleares y, como Francia es una potencia de la energía nuclear, el hidrógeno que produzca utilizará este tipo de energía.