Jorge Javier Vázquez ha aprovechado su blog en ‘Lecturas’ para expresar su opinión sobre Gonzalo Miró. El presentador destaca la evolución de Miró en televisión y lo elogia tanto por su estilo como por su capacidad para argumentar.
«Cuando lo veo subo el volumen de la tele. Cuando hablan algunos de sus compañeros lo bajo porque no quiero empezar la semana encabronado», confiesa Jorge Javier, quien asegura que «después de unos principios titubeantes ha encontrado su lugar en la televisión». Además, añade: «Como es de los míos, me parece que habla con solvencia y con rigor. Siempre estoy de acuerdo con lo que dice y cuando mi argumento se me queda corto, ahí está él para ayudarme a reafirmarme en mis ideas».
El rostro de Mediaset menciona que, aunque sabe que Miró también colabora en la COPE comentando fútbol, no lo sigue en ese ámbito: «El fútbol me interesa menos que Carmen Lomana». Sin embargo, admite que sigue su perfil en Instagram, donde lo ha visto compartiendo momentos divertidos con figuras como Loles León y Boris Izaguirre. «Ya le he dicho a Boris que tiene que llevarme un día con ellos», bromea.
Otro de los aspectos que Jorge Javier destaca es el papel de Gonzalo Miró a la hora de criticar a figuras históricas del socialismo como Felipe González y Alfonso Guerra. «Cuando cierta prensa los saca a pasear como si fueran santos con el fin de cargarse el socialismo actual, Miró destapa con conocimiento de causa las contradicciones de estos popes que han devenido en resentidos señoros», asegura.
En su blog, también recuerda la relación personal de Miró con Alfonso Guerra, aludiendo a un episodio con la madre del colaborador, Pilar Miró. «Guerra se la jugó a su madre con muy malas artes y eso Miró no lo perdona. Estaría bueno», comenta Jorge Javier, quien concluye con una contundente crítica hacia esos políticos: «No soporto a estos provectos políticos que juzgan con infinita condescendencia e incluso compasión la labor de los más jóvenes. Por mucho que se empeñen en recordárnoslo, cualquier tiempo pasado no fue mejor ni sus gobiernos un dechado de ejemplaridad. Que se compren un púlpito y machaquen a sus parientes los domingos por la tarde y nos dejen en paz a los ciudadanos de buena voluntad».