La cantera de Starlite Occident, en Marbella, ha vuelto a vibrar este pasado viernes por la noche al ritmo del urbano con la llegada de Jhayco, quien protagonizó su primer concierto en este emblemático escenario, y desde el que hizo bailar a más de 3.000 personas que colgaron el cartel de ‘Sold Out’.
La ciudad costasoleña se sumó así al «Vida Rockstar Tour», una gira en la que el artista presenta en vivo su más reciente álbum, desplegando una propuesta escénica única inspirada en los cuatro elementos de la naturaleza.
Con apenas once años, Jhayco ya mostraba su talento componiendo sus primeras canciones. Desde entonces, ha evolucionado tanto dentro como fuera del estudio: primero destacándose como compositor para grandes artistas, luego consolidándose como solista, y hoy posicionándose como una de las figuras más influyentes del panorama latino.
Con más de 17 mil millones de reproducciones en plataformas digitales, ha colaborado con estrellas como Bad Bunny, Rosalía y J Balvin, y ha dejado su huella en éxitos mundiales como «No me conoce (Remix)», «Dakiti» o «Tarot».
El concierto comenzó con fuerza desde una tarima elevada, arrancando con «Holanda», uno de sus últimos temas. Sin pausas, Jhayco enlazó una selección cuidada de canciones que incluyó «512», «Memorias», «Corazón roto» y «No me conoce», combinando lo más reciente con grandes clásicos que han marcado su carrera.
A diferencia de otros espectáculos cargados de efectos, esta presentación apostó por la autenticidad: sin cuerpo de baile ni excesos visuales, el foco estuvo en la música, la conexión con el público y la narrativa del concierto, que se desarrolló en fases representando fuego, agua, aire y tierra, acompañadas de juegos de luces y visuales.
Tras el concierto de Jhayco, la cantera de Starlite Occident se transformó en un universo paralelo con la llegada de Bresh, «la fiesta más linda del mundo». Por primera vez en Marbella, Bresh desplegó todo su arsenal.
Originaria de Buenos Aires, Bresh se ha convertido en un fenómeno global y anoche volvió a demostrar por qué. Con una mezcla impredecible de música que saltaba sin complejos del reguetón al trap, pasando por electrónica, pop e incluso himnos nostálgicos, todo convivía en armonía bajo las estrellas de la cantera: DJ sets explosivos, lluvia de confeti, euforia colectiva y una pista de baile inagotable.