Alberto Núñez Feijóo fue este domingo algo más claro de lo que es habitual en él. En el discurso de 45 minutos con el que cerró el 21º congreso nacional del PP en Madrid, el presidente de los conservadores habló como si estuviera a punto de entrar en la Moncloa y debiera pensar en la gobernabilidad de España, que en muchas etapas de la historia reciente ha recaído en los nacionalistas y, en el último lustro, también en los independentistas.
El jefe de la oposición no obvió esta circunstancia y quiso dar algunas pistas de cómo afrontaría ese reto. Aseguró que está dispuesto a hablar con todos los grupos salvo con uno: EH Bildu. Dijo que no se sentará en una mesa con ningún representante de la formación independentista vasca ni tampoco les va a «abrir el Palacio de la Moncloa», algo que sí hizo Pedro Sánchez en marzo en su ronda de contactos para abordar la política de defensa. Para Feijóo, ese acercamiento es impensable mientras que los abertzales «no pidan perdón a todas las víctimas de ETA y no ayuden a esclarecer todos los crímenes».
Sí que se mostró predispuesto a aproximarse a los nacionalismos y al independentismo catalán, a los que no descartó pedirles su apoyo para convertirse en presidente. Sus afirmaciones en el congreso delante de todo el partido son muy relevantes no solo por el lugar donde las hace, sino porque llegan cuatro días después de decirle a Carles Puigdemont que Sánchez le ha «estafado» con la amnistía y ofrecerle «abrir un nuevo periodo y poner el contador a cero».
Feijóo introdujo el tema así: ¿qué pasara si al PP le faltan votos para la investidura, como ocurrió en 2023?, se preguntó. «Lo que ya pasó hace unos años. Yo no voy a dar al independentismo lo que no quiero y lo que no puedo, ni a firmar nada que vaya en contra lo que hemos aprobado hoy aquí», se respondió. ¿Y que han aprobado en el congreso nacional sobre este asunto? Pues un párrafo en la ponencia política en el que, pese a la petición de Alejandro Fernández, presidente del PP de Cataluña, el partido no se cierra a pactar con Junts. El texto final, con un leve retoque tras la enmienda de Fernández, ha quedado así: «Para alcanzar el Gobierno, no vamos a renunciar a defender la nación, la Constitución y el interés general, ni entraremos en subastas políticas. La defensa del Estado, la nación y el orden constitucional, serán objetivo irrenunciable de cualquier pacto de gobierno”. Se puede decir que el traje se ha dejado ancho y las costuras tienen margen suficiente como para encajar algunas cosas.
El indulto al ‘expresident’Hay que recordar que Feijóo reveló en un almuerzo con 16 periodistas en Lugo, en febrero de 2024, que cuando intentó convencer a Junts de que apoyara su investidura tras ganar las elecciones de 2023 pidió a sus asesores jurídicos que estudiaran la amnistía que le exigía Puigdemont. Feijóo la descartó a las «24 horas» por considerarla inconstitucional. Lo que también explicó en esa comida es que estaba dispuesto a analizar, como alternativa a la amnistía, un indulto al propio Puigdemont como parte de un «plan de reconciliación» para Cataluña siempre que el ‘president’ aceptara someterse a la justicia española y se arrepintiera.
Desde esas declaraciones, en 2024, el PP ha avanzado en el acercamiento a Junts, al negociar algunas leyes y votaciones en el Congreso, aunque los posconvergentes (por ahora) no quieren oír hablar de ningún apoyo a una posible moción de censura del PP contra Sánchez.
Peor es por ahora la relación con el PNV. Los populares no se olvidan de citar estos días cómo los nacionalistas vascos respaldaron la moción contra Mariano Rajoy, en 2018, y ven muy difícil recuperar esa conexión por la dependencia que el PNV tiene de los socialistas en el Gobierno de Euskadi.
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