El PP ha llevado este jueves la campaña a «casa» del candidato, Alejandro Fernández, por cuarta vez en esta carrera electoral. Tarragona, además de ser la tierra natal de Fernández, es también el municipio donde empezó su carrera política como teniente de alcalde (2003-2007), antes de su paso por el Congreso de los Diputados, entre 2011 y 2015.
El ahora presidenciable popular al Parlament busca un resultado que convierta su partido en «relevante», en el peor de los casos, y «decisivo», en el mejor escenario. Mientras el partido sigue tratando de ensanchar el espacio «constitucionalista» a la caza de votos de Vox y a cuestas de la eventual desaparición de Cs, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, sigue protagonizando la campaña catalana y busca que el domingo el PP logre «acreditar el centroderecha catalán» con una cuarta posición que ahora ocupa la extrema derecha.
Así, el dirigente conservador ha cargado contra el «sanchismo» y el «separatismo», y ha asegurado que «el Govern no se va a decidir en Catalunya, sino que se decidirá en el Congreso, entre Sánchez y los separatistas», como réplica a las palabras del candidato socialista, Salvador Illa. Feijóo ha defendido que Sánchez «necesita el ‘procés’ para ser presidente de España» y «los separatistas» a él, para «seguir mangoneando Catalunya».
Reproches a IllaEn la misma línea, le ha reprochado a Illa que no haya aclarado en campaña con quién quiere gobernar. «Hasta el domingo» dice una cosa y «lunes dirá otra», ha subrayado, con lo que ha sugerido a los catalanes que «no tienen que elegir entre Junts, ERC o PSC», porque «son lo mismo con distintas marcas».
Su formación, ha aseverado Feijóo, se presenta como el «voto constitucionalista» y «reformista», que ofrece una «hoja de ruta» basada, «en la bajada de impuestos, la ampliación de libertades y la mejora de los servicios», en contraposición, ha apuntado, a «la deuda catalana,» la «lista de espera sanitaria» o el hecho de que «Cataluña lidere lo ranking de ocupaciones de vivienda y criminalidad,» cuya culpa atribuye a los últimos Governs. Por todo ello ha invitado a los catalanes a ir a las urnas: «Siempre vale la pena votar».
A la caza de los votantes de Cs y VoxSi estos últimos días la estrategia de los populares ha sido endurecer su discurso contra la inmigración ilegal -la cual la ha relacionado con la okupación-, en un intento de reclutar a posibles votantes a su derecha, este jueves el objetivo ha sido arañar votos al electorado del centroderecha y seducir a quienes duden entre la papeleta de los naranjas y la suya.
Fernández no suele referirse a Cs en sus discursos y rehúye hablar de sus contrincantes directos en las encuestas porque mantiene que sus rivales son los independentistas «y sus amigos», en alusión al PSC. Pero este jueves lo ha hecho y, tras reconocer que Cs logró en 2017 una victoria «histórica» que «generó ilusión al universo constitucionalista», ha recordado que «se truncó» con la fuga de sus dirigentes a Madrid, en alusión a Inés Arrimadas y Albert Rivera.
En este contexto, Fernández se ha presentado como la «tercera fuerza» que planta cara al «nacionalismo obligatorio en Cataluña», y ha considerado que el primer intento, antes que Cs, lo hizo el expresidente socialista Pasqual Maragall, a quien ha definido como «gran alcalde de Barcelona», pero «pésimo president de la Generalitat». «El domingo vamos a poner una primera piedra para acabar con el ‘procés’, para construir, y para mandar a Sánchez a su casa y a Feijóo a la Moncloa», ha setenciado el líder catalán, el clave nacional.