La cultura está de luto y, en especial, los miembros del Museo Automovilístico y de la Moda debido al fallecimiento de Joao Magalhaes, fundador y propietario de la colección.
Según ha informado el museo en un comunicado, Magalhaes falleció este pasado miércoles 9 de agosto.
Por respeto hacia él y su familia, el museo permanecerá cerrado durante la jornada de hoy 10 de agosto, así como la mañana del 11 de agosto, en la que se le despedirá de forma privada entre familiares y allegados en el interior del museo, el que ha sido su casa durante casi 13 años. Desde el equipo aseguran que «se suman al dolor de la familia por esta gran pérdida del que fuera el alma de este espacio cultural tan emblemático para la ciudad de Málaga».
Tras el triste anuncio, han comenzado a llegar los mensajes de condolencia como el del Museo Picasso de Málaga, que enviaba «mucho ánimo» tanto a su familia, amigos y al equipo del Museo Automovilístico.
Joao Magalhaes posa para una entrevista en 2011. Gregorio Torres.
De Portugal a Málaga Este espacio museístico abrió sus puertas en septiembre de 2010 tras una inversión de 9 millones de euros para habilitar la planta baja de uno de los pabellones principales de Tabacalera. En total, casi 7.000 metros cuadrados y 85 vehículos de diferentes épocas que, como contaba a este periódico en una entrevista en 2011, estaban guardados en Portugal, cerca de Galicia, por lo que se necesitaron 30 camiones de gran envegardura para desplazarlos hasta la Costa del Sol. «Yo lo llamaba la Armada de Málaga», confesaba.
Primera piedra del Museo Automovilístico de Málaga. Carlos Criado.
Antes que Joao fue su padre el que comenzó la colección, que después el continuó. Según relataba, ambos tenían un taller en tierra portuguesas donde obreros y artesanos se encargaban de restaurar los coches que ellos compraban «deshechos».
El poder de «atraer» Durante la inauguración, su fundador defendió que el museo tenía el poder «para atraer a gente de fuera de Málaga y desarrollar proyectos para potenciar este espacio» y ya compartía una visión amplia para las relucientes instalaciones, donde auguraba la organización de desfiles de moda, galas temáticas, fiestas y exposiciones temporales.
El objetivo era, según Joao Magalhaes, que se consiguiera «rentabilizar la inversión que ha realizado en el museo» -aunque él mismo reconoció que lo invertido nunca llegaría a recuperarse, más allá de tener «algún rendimiento»- y colaborase con el impulso del sector turístico malagueño.