Con el desolador panorama que el fuego está dejando en la Península, bien podría haber pospuesto el presidente de España, Pedro Sánchez, el encuentro programado para la tarde de hoy (16.30 horas) con su homólogo canario, Fernando Clavijo, en el Cabildo de Lanzarote. Sin embargo, el objetivo principal que se ha marcado Moncloa para el inicio del nuevo curso político es conformar una mayoría que permita a España tener un presupuesto para el próximo curso tras dos ejercicios de prórrogas consecutivas. Para alcanzarlo necesita de todos los votos posibles, incluido el de Cristina Valido, única representante que los nacionalistas que gobiernan el Archipiélago –Coalición Canaria (CC)– tienen en el Congreso de los Diputados.
El presidente español, que ayer visitó zonas afectadas por las llamas de Orense y León, puso de nuevo el avión rumbo a las Islas para cumplir con la cita. Los temas a abordar por parte canaria son muchos, con la migración o la futura financiación autonómica bajo el foco principal. La cuestión a dilucidar es hasta dónde puede llegar Sánchez cuando Clavijo plantee sus demandas.
La agenda canariaVarias de ellas fueron la condición sine qua non para que Valido apoyara su investidura en 2023: entre otras, atender las necesidades derivadas de la alta tasa de pobreza que soporta Canarias, el problema habitacional que genera la falta de vivienda o la puesta en marcha de un nuevo convenio de infraestructuras hidráulicas que aleje a la comunidad autónoma de las emergencias hídricas que ya han tenido que declararse en el pasado reciente. Estos y otros asuntos son los que conforman la agenda canaria. Por sí mismos, suficientes para que la reunión sea «interesante e intensa», como avanzó esta semana el presidente de Canarias en una entrevista concedida a TVE.
El estado de las relaciones actuales entre ambas administraciones admite lecturas de todo tipo. Por fin los menores migrantes no acompañados comienzan a salir de Canarias, pero los encontronazos se mantienen por el ritmo que sigue el proceso. El Gobierno autonómico mantiene que con el actual, cumplir con la sentencia del Tribunal Supremo que dejó en manos del Estado la solución del problema llevará al menos un año.
Falta de vigorSerá el momento para que Sánchez pueda preguntar al mandatario canario por la falta de vigor que en varias ocasiones ha tenido para denunciar los obstáculos colocados en el camino a la solución por los socios que lo sostienen al frente del Ejecutivo, el Partido Popular (PP).
Esta es la cuestión más apegada a la actualidad y que, además, requiere atención en previsión de la llegada de más cayucos con las calmas marinas de otoño. Sin embargo, hay otra cuestión de fondo que preocupa, y mucho al Gobierno de Canarias: la del nuevo sistema de financiación autonómica. Sobre todo, salvar el panorama que se les presenta a las Islas si se hace realidad el conocido como cupo catalán o, lo que es lo mismo, que Cataluña deje de meter dinero en la caja común que financia los servicios esenciales de las comunidades autónoma: sanidad, educación y políticas sociales.
La financiación autonómica tras el, aún potencial, cupo catalán preocupa seriamente al Gobierno canarioLa consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, Matilde Asián, ha cifrado en más de 2.500 millones de euros la suma que perderían las Islas en esa nueva realidad. En la reunión estará presente el ministro de Política Territorial, el canario Ángel Víctor Torres, que expondrá una vez más el estado larvario en el que se encuentra el concierto catalán. No lo habrá si no lo acuerda el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), y se cambian leyes orgánicas; ni lo uno ni lo otro es posible en el actual escenario de frentismo político.
En este contexto, Canarias ha alertado de la multiplicación de voces que intentan colocar de nuevo los fondos que reciben las Islas para igualarlas al resto de España –consagrados por el REF– en una resta de lo que percibe por el sistema de financiación. Todo ello lo escuchará Sánchez como hace no tanto tiempo y ante el surgimiento de casos de presunta corrupción en la órbita del PSOE y el Gobierno oyó a Clavijo darle a elegir entre someterse a una cuestión de confianza o convocar de inmediato una cita electoral.