Mientras las bombas caen sobre Gaza, dejándola irreconocible, hay otra realidad que muta en silencio. En Cisjordania, de donde los focos mediáticos se han alejado, los colonos se van haciendo con el poder de la tierra. Una orden del Ejército israelí publicada a finales del mes pasado transfiere importantes poderes legales en los territorios ocupados palestinos a los colonos que trabajan para el ministro de extrema derecha y habitante de un asentamiento ilegal, Bezalel Smotrich. Los expertos señalan que esta transferencia de leyes, que ha pasado desapercibida en un Israel enfrascado en la guerra contra Gaza y las protestas contra el Gobierno, supone el paso definitivo para la anexión israelí de la Cisjordania ocupada.
Con esta medida, los colonos siguen haciéndose más y más fuertes. Gracias a esta transferencia, este grupo de judíos radicales pasará a controlar docenas de estatus de la Administración Civil, el organismo israelí que gobierna en Cisjordania y que, hasta ahora, estaba gestionado por el Ejército como parte de la ocupación militar de más de medio siglo que asfixia a este territorio. Hace tiempo que Smotrich y sus aliados persiguen hacerse con el control de este organismo, o de parte de él, como herramienta para extender la soberanía israelí en Cisjordania. Al estar en manos del Gobierno central y sus ministerios, habría menos controles legales sobre la expansión y el desarrollo de los asentamientos. En definitiva, podrían multiplicar las colonias a su gusto sin obstáculos.
Netanyahu, rehén de los ultrasLa Administración Civil se encarga de la planificación y construcción en el área C de Cisjordania, que supone el 60% de los territorios palestinos ocupados bajo pleno control administrativo y de seguridad israelí. Este organismo también se encarga de supervisar la aplicación de medidas contra las construcciones no autorizadas, ya sea por parte de colonos israelíes o palestinos autóctonos. En medio de las protestas contra el primer ministro, Binyamín Netanyahu, en las que la población le acusa de ser rehén de sus aliados más ultras, la transferencia de poderes legales a los colonos supone una victoria para Smotrich. Este líder colono tiene un rol dual en el Gobierno de Netanyahu como ministro de Finanzas y ministro adjunto en el Ministerio de Defensa.
Tras cuatro meses en el Ejecutivo, en febrero del año pasado, se le confió gran parte de la administración de la Cisjordania ocupada con el objetivo de desarrollar los asentamientos y unificar su administración con la del territorio israelí. En un Estado hebreo que ha virado alarmantemente hacia la derecha, esta nueva medida cumple las fantasías de muchos políticos derechistas que, durante mucho tiempo, han abogado por hacerse con los territorios palestinos que Israel ocupa desde 1967 y anexionarlos. «La gran historia es que esto ya no es una ‘anexión progresiva’ o una ‘anexión de facto’, es una anexión real», denuncia la analista israelí del Crisis Group, Mairav Zonszein, a The Guardian. «Esta es la legalización [y] normalización de una política de largo plazo», constata.
Anexión jurídicaHace tiempo que los expertos alertan de que una transferencia de poderes de los militares a los funcionarios públicos y ministros supondría una anexión de iure, porque Smotrich «se considera comprometido ante todo a promover los intereses de los colonos israelíes en Cisjordania, en lugar de que el bienestar de los residentes palestinos», según una opinión jurídica publicada por tres juristas israelíes el año pasado. Con la guerra contra Gaza de fondo, que ya ha provocado la muerte de 37.423 gazatíes, los colonos, liderados por Smotrich y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, han aprovechado la coyuntura para conquistar más territorios y competencias sobre la Cisjordania ocupada. En marzo, el Gobierno israelí aprobó los planes para 3.400 nuevas viviendas en asentamientos. La mayoría se construirán en Jerusalén Este, supuesta capital de un futuro Estado palestino.
Sin ningún tipo de freno en Israel, más bien, al contrario, Washington se plantea en privado la posibilidad de imponer sanciones a Smotrich por su impacto desestabilizador en Cisjordania, donde él también reside en una colonia ilegal de acuerdo al derecho internacional, según informan los medios israelíes. Desde el inicio de la guerra, varios países, incluso la Unión Europea, han impuesto sanciones a los colonos radicales que habitan en los territorios ocupados, responsables de actos provocativos contra los palestinos y sus propiedades. Desde el 7 de octubre, más de 500 palestinos han muerto en la Cisjordania ocupada por la violencia del Ejército israelí y de los colonos que actúan con impunidad y bajo la protección de los soldados.