La reunión anual de los directores del Instituto Cervantes ha concluido este miércoles en Granada con el reto de reforzar el trabajo en red entre los distintos centros de la institución para fomentar las conexiones internacionales y promover actividades transversales cruzadas de unos países con otros.
La secretaria general del Instituto Cervantes, Carmen Noguero, que ha informado en conferencia de prensa de las conclusiones, ha señalado que no son una agrupación de centros a los que se une la sede, sino una red cuyo valor es el de estar presente sobre un territorio, lo que permite crear vínculos con las personas e instituciones de ese territorio.
Y esa intercomunicación, ha dicho, es la que aporta al Cervantes un valor distintivo que «hay que aprovechar» en el momento actual de evolución y transformación digital para «trascender las fronteras».
«Pero no olvidemos la posibilidad de conocer nuestro entorno como lo conocemos, creo que no hay una institución que trabaje de esta manera», ha reflexionado Noguero, para quien ahí entra también «el problema de encontrar el equilibrio entre lo global y lo local, cuándo tememos que actuar de una forma más global o más local».
Noguero, que ha llamado a trabajar con «ambición y realismo», ha manifestado que el reto futuro es sacar el mayor partido posible de la red de centros Cervantes para llevar a cabo los proyectos pendientes, porque solo desde la sede y sin la participación de quienes trabajan en los centros, «no funcionará».
Y ha apuntado a la posibilidad de generar una nueva red: la de las conexiones internacionales entre centros, que permitiría hacer «actividades transversales cruzadas de unos países con otros».
Todo ello en un contexto de cambios en el que se aventuran transformaciones como la que llegará de la mano de la inteligencia artificial, ha recordado.
Previamente intervino el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, para quien la defensa del idioma, de la cultura española y de la cultura en español es una tarea que va adquiriendo importancia conforme avanza la globalización.
Con los avances de la ciencia y la técnica «se va tomando conciencia de lo importante que es contar con un idioma como el español que nos ha acostumbrado a respetar la diversidad», ha dicho García Montero, que ha defendido ese respeto a la diversidad porque «nadie es dueño del idioma».
García Montero se ha referido a las dificultades económicas y laborales para admitir que el trabajo se hace a veces «cuesta arriba», pero la vocación de los directores de centros del Instituto Cervantes repartidos por el mundo «permite solventar los problemas».
Durante el acto se ha emitido un mensaje enviado por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, quien ha considerado al Instituto Cervantes una herramienta esencial, durante sus más de 30 años de vida, para la promoción internacional de la lengua española.
El ministro ha dicho que el 2022 ha sido el de la vuelta a la normalidad, pero que la realidad digital obliga a encarar nuevos desafíos, y la participación del Instituto Cervantes en el plan de resiliencia del Gobierno con un programa de digitalización proporcionará «una base sólida para aprovechar todas las posibilidades de lo virtual».
En la elaboración de estrategias del fomento del español, el observatorio global del español con sede en La Rioja será una pieza clave, ha dicho el ministro, para quien la inteligencia artificial abre además un horizonte de posibilidades en el que el español debe convertirse en motor de empleo y crecimiento económico.
«El objetivo es conseguir un mundo que piense y hable cada vez más en español», ha concluido.
Durante tres días, más de 70 directivos del Cervantes procedentes de todo el mundo, han hecho balance del año, han fijado estrategias desde el punto de vista académico, cultural y administrativo y han debatido sobre retos futuros como el del lenguaje en la transformación tecnológica y digital.
