La provincia de Málaga y, por extensión, la comunidad autónoma andaluza vuelven a ser tristes protagonistas de un verano con más ahogamientos de los habituales. Si el pasado año fallecieron 17 personas por este motivo en territorio malagueño, siete más que en 2023, Andalucía ya ha encabezado las muertes de toda España durante los seis primeros meses del presente ejercicio.
Este pasado sábado se vivía una auténtica jornada negra en las playas de la capital costasoleña. Dos hombres fallecían, uno por la mañana y otro por la tarde, en dos de los arenales de La Malagueta y El Palo. El primero de los bañistas, de 61 años, perdió la vida tras adentrarse en el mar sobre las once de la mañana. No tuvo fuerzas para volver a la orilla, debido al oleaje.
Emergencias 112 informa de que se le practicaron las tareas de reanimación cardiopulmonar en la carpa de asistencia al baño existente en la zona, pero nada pudo hacerse para salvar su vida. Nos recuerdan estas fuentes que Málaga se encontraba en aviso amarillo por parte de la Aemet, a raíz de los fenómenos costeros que generó el viento de poniente fuerte, con rachas hasta de 60 kilómetros por hora y olas de dos o tres metros. Ya por la tarde, en la playa de El Palo, otro hombre que se empezó a sentir mal tras introducirse en el mar. Pudo ser rescatado después de que se hubiese aferrado a unas rocas, si bien fallecería más tarde.
Si Málaga fue la provincia andaluza donde más aumentaron los fallecidos por ahogamiento en 2024, la tendencia parece que vuelve a ser parecida. Lo cierto es que el pasado mes de junio fue el más mortífero en aguas españolas de la última década, con hasta 73 personas fallecidas por esta causa, según el Informe Nacional de Ahogamientos elaborado por la Federación Española de Salvamento y Socorrismo.
Y es Andalucía la comunidad que lidera el listado nacional, con 39 muertes registradas en lo que va de año, 12 de ellas en junio. Los responsables del referido informe destacan que, además de los máximos históricos en temperaturas, España ha tenido un «junio negro» en el agua. La estadística dicta que se ha producido en el país un ahogamiento cada 10 horas. El primer semestre de 2025 ha sido «el más trágico desde que se recopilan datos», con un total de 211 víctimas mortales.
El informe pone el acento en ese repunte especialmente preocupante registrado en Andalucía, al superarse los 33 fallecidos registrados en el mismo periodo del año anterior. «Esta evolución rompe con la tendencia de estabilización observada en años anteriores y pone de manifiesto que estamos ante una emergencia que necesita respuestas inmediatas», alegan fuentes de la Federación de Salvamento y Socorrismo.
RecomendacionesLos expertos aconsejan a los bañistas que para escapar de la resaca es fundamental mantener la calma y no nadar directamente contra la corriente, ya que esto agotará nuestras fuerzas. En cambio, recuerdan que es necesario que nademos en paralelo a la orilla, y nos dejemos arrastrar por la corriente hasta que esta cese. Una vez liberados de la corriente ya podemos nadar en diagonal hacia la orilla, aprovechando las olas para regresar a la misma.
Según el estudio de los casos registrados durante el presente año, el 90% de los ahogamientos se han producido en lugares sin vigilancia activa o sin socorristas en servicio. Por ello, la petición de la Federación se basa en la necesidad de reforzar la prevención y ha reclamado «reforzar la presencia de socorristas, invertir en campañas de concienciación y establecer planes autonómicos y estatales de seguridad acuática».
Un total de 471 personas perdieron la vida en España el año pasado, en base a los balances aludidos por la citada Federación nacional. La mayoría de ellos fueron hombres y murieron en la playa. Los ahogamientos suceden principalmente en verano, aunque por las altas temperaturas, cada vez son más los bañistas que se animan a darse un chapuzón antes de la etapa estival, como ha ocurrido este año durante un mes de junio excepcionalmente cálido.
El perfil de las víctimas durante el primer semestre del año apunta que el 78% eran hombres, la mayoría de nacionalidad española, y que el grupo de edad más afectado es el de entre 45 y 74 años.
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