Una comisión presidida por el ex primer ministro de Nueva Zelanda y ex científico jefe de la OMS pide al Banco Mundial y a otros que actúen contra la contaminación del aire.
Dieciocho figuras globales influyentes están pidiendo medidas más sólidas para abordar la contaminación del aire antes de las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el FMI en Washington DC la próxima semana.
La Comisión «Nuestro Aire Común» dice que las toxinas transportadas por el aire son actualmente una amenaza para nuestro clima, salud y economía, pero que el tema aún no recibe la atención que merece.
Se estima que la contaminación del aire causa siete millones de muertes prematuras al año, en particular porque está relacionada con enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
«El aire limpio no es sólo algo que cuesta dinero lograr, sino que es un activo que puede mejorar la salud y la productividad, e impulsar nuevos modelos de crecimiento económico y desarrollo sostenible en general», afirmó Helen Clark, ex Primera Ministra de Nueva Zelanda y co -Presidente de “Nuestro Aire Común”.
El Dr. Soumya Swaminathan, ex científico jefe de la Organización Mundial de la Salud y también copresidente, añadió: «Limpiar nuestro aire consiste en crear un activo compartido que permita a los niños correr libremente sin respirar con dificultad, a los ancianos disfrutar de una vida activa y a las comunidades y la fuerza laboral». para prosperar.»
La comisión «Nuestro Aire Común» está formada por funcionarios gubernamentales y expertos en salud y clima de una docena de países.
Los miembros incluyen a Yvonne Aki-Sawyerr, alcaldesa de Freetown; SE María Espinosa, ex Ministra de Relaciones Exteriores de Ecuador y Presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas; Gina McCarthy, exadministradora de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y Shirley Rodrigues, teniente de alcalde de Londres.
El grupo espera que las instituciones financieras, en particular el Banco Mundial, hagan más para rastrear los beneficios económicos que provienen del aire limpio, para que se reconozca su valor.
Además de las implicaciones directas para la salud, el aire sucio también se ha relacionado con menores resultados educativos y una reducción de la productividad laboral.
La inhalación de toxinas puede causar deterioro cognitivo, y los efectos físicos y mentales de la contaminación pueden provocar mayores tasas de inasistencia al trabajo o a la escuela.