Los presidentes regionales de la federación española de fútbol han exigido que Luis Rubiales “dimita inmediatamente”, retirando su apoyo al jefe de fútbol días después de que sus miembros aplaudieran efusivamente su promesa de permanecer en el cargo.
El lunes, más de una semana después de que Rubiales agarrara a la delantera Jenni Hermoso por la cabeza y le plantara un beso en los labios, los presidentes regionales de la federación fueron convocados a una reunión “extraordinaria y urgente” en Madrid para evaluar el impacto de la crisis.
Seis horas después surgieron publicando una declaración conjunta unánime: “Tras los últimos acontecimientos y los comportamientos inaceptables que han dañado gravemente la imagen del fútbol español, solicitamos que el señor Luis Rubiales presente inmediatamente su dimisión como presidente de la Federación Española de Fútbol”.
En declaraciones a la Cadena Ser, un miembro del comité, Manu Díaz de Marcos, dijo que no habían analizado la idea de una moción de censura contra Rubiales, una medida que podría haber puesto fin rápidamente al reinado de Rubiales.
La demanda fue una aparente inversión de la escena que se había desarrollado en la reunión de la federación el viernes, donde Rubiales, de 46 años, repitió “No dimitiré” cinco veces ante un vigoroso aplauso de los miembros presentes. Su discurso, que criticó el “feminismo falso”, fue recibido con una gran ovación.
El comunicado del lunes, que no menciona a Jenni Hermoso por su nombre, señala que ha llegado el momento de una «nueva etapa» para la federación, que tras la suspensión provisional de Rubiales será encabezada por su mano derecha, Pedro Rocha. y pidió la “profunda e inminente reestructuración” del organismo institucional.
Si bien el comunicado añade que “mantendrá su compromiso de seguir implementando sus políticas de inversión e igualdad para el desarrollo del fútbol femenino”, el dirigente regional Díaz de Marcos dijo que en la reunión no se abordó si Jorge Vilda, el asediado entrenador de la selección femenina española selección, debería quedarse, a pesar de que no tiene equipo y casi ningún cuerpo técnico y técnico.
La declaración deja a Rubiales con pocos aliados. El sábado, Vilda, junto con el técnico de la selección masculina, Luis de la Fuente, emitieron comunicados condenando el comportamiento de Rubiales. Las declaraciones, que se produjeron un día después de que ambos aplaudieran su discurso en la federación, fueron vistas como una señal de que Rubiales se estaba aislando cada vez más de quienes lo habían protegido durante mucho tiempo. Los clubes de fútbol más poderosos del país, desde el Real Madrid hasta el Barcelona, también condenaron su comportamiento.
El lunes, los fiscales del máximo tribunal penal de España dijeron que habían iniciado una investigación preliminar para determinar si el beso no solicitado de Rubiales a Hermoso podría constituir agresión sexual.
Por la tarde, cientos de personas abarrotaron una plaza central de Madrid y pidieron a Rubiales que dimitiera. “No es un beso, es una agresión”, coreaban algunos, mientras otros agitaban carteles que decían “Se acabó”, o “Se acabó”.
Entre los que asistieron a la manifestación se encontraba Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y segunda viceprimera ministra del gobierno interino del país. «El viernes vimos lo peor de la sociedad española, del machismo estructural de este país», había dicho antes a los periodistas, en referencia al discurso de Rubiales ante la federación.
Los manifestantes salen a las calles para pedir la dimisión de Luis Rubiales. Fotografía: Aldara Zarraoa/Getty Images“Aplaudieron, humillaron y se burlaron de una persona a la que tenían la obligación de proteger según la ley deportiva y, lejos de hacerlo, le infligieron más daño, más dolor, más vejaciones”.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, también intervino el lunes sobre la saga. «Existe una cuestión crítica de sexismo que persiste en los deportes», dijo durante la rueda de prensa diaria. “¿Qué tan difícil es no besar a alguien en los labios? No veo ningún indicio de que algo haya sido consensuado.
Rubiales ha tratado de retratar el beso como consensuado, alegando que le había pedido a Hermoso si podía darle un beso y que ella le había respondido: «Está bien». Hermoso rechazó posteriormente cualquier sugerencia de que el beso fuera consentido. Calificó las palabras de Rubiales como “categóricamente falsas” y dijo que la “conversación no se produjo”.
Dijo que la situación la había dejado sintiéndose “vulnerable y víctima de agresión”. En su comunicado calificó el beso como “un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. En resumen, no me respetaban”.