¿Cómo se debe despedir a un antihéroe? La bastante buena reputación de los finales de ‘Los Soprano’ y ‘Breaking bad’ parece apuntar a la existencia de un imperativo moral: podemos aplaudir a un desalmado durante varias temporadas, pero no aceptamos, no podemos hacerlo, que acabe saliendo con vida de su odisea. Eso explicaría también la bastante mala reputación del final de ‘Dexter’, que no era un abrupto e inquietante corte a negro ni un tiroteo épico con elemento sacrificial.
Recordemos, si es que alguien ha podido olvidarlo: en los últimos minutos del éxito de Showtime, el técnico forense y asesino en serie justiciero titular, encarnado con autoridad por Michael C. Hall, simulaba su propia muerte para marcharse a Oregón e iniciar una nueva vida como leñador. Fue un final tan chocante como el de la cuarta temporada (el asesinato de Rita, esposa de Dex, a manos del Asesino de la Trinidad), solo que en el peor sentido posible. El resbalón definitivo de una octava temporada considerada universalmente la más floja de la serie, a pesar de tener a Charlotte Rampling como experta en psicópatas y presunta coautora del Código de Harry, el conjunto de reglas que ayuda a Dexter a canalizar sus impulsos homicidas.
Por supuesto, lo único que casi todo el mundo recuerda de ‘¿Recuerdas los monstruos?’, como se llamó el episodio, era la camisa de franela final. Pero por hacer un poco de (se supone) necesario ‘recap’, recordaremos también que en el mismo Dexter se decidía a dar caza definitiva al Cirujano del Cerebro (el gélido islandés Darri Ingólfsson), villano que había dejado a su hermana adoptiva policía Deb (Jennifer Carpenter) al borde del estado vegetativo. Una vez logrado su objetivo, con un bolígrafo apuntando a la yugular, nada menos, aprovechaba las tropelías de un huracán para simular su propia muerte y renunciaba así a la posiblidad de una nueva vida en Argentina con su novia Hannah (Yvonne Strahovski), aquella jardinera que resultó ser envenenadora en serie, y el pequeño Harrison (Jadon Wells), el hijo que tuvo con Rita. Quería protegerles de sí mismo, dejarles vivir lejos de un monstruo.
Rómpelo y empieza de nuevo El delirio ‘lumbersexual’ levantó, con toda lógica, la ira de muchos fans y la risa de muchos críticos. Su mala recepción, que solo fue empeorando con los años, no escapó a ninguno de los involucrados. De hecho, la miniserie de 2021 ‘Dexter: New blood’ nació como claro intento de correr un tupido velo e imaginar un final a la altura de lo que los fans esperaban. En conversación con EL PERIÓDICO y algunos otros medios por la promoción de dicho ‘spin-off’, Hall admitía que la serie original no había tenido el final más satisfactorio. «Yo tampoco quedé contento», afirmó. «Por eso tenía el deseo de visitar a Dexter y descubrir qué había pasado con él».
Pasaba que Dexter Morgan se llamaba ahora Jim Lindsay (en homenaje a Jeff Lindsay, el autor de los libros que dieron pie a la serie) y vivía en la ficticia Iron Lake (Nueva York), donde ya no cargaba con troncos, sino que trabajaba en una tienda de caza y pesca. Había conseguido vivir sin matar, pero eso no significaba que estuviera más lúcido: se pasaba el día dialogando internamente con Deb, quien no siempre le dedica las palabras más amables. El oscuro pasajero reaparecía en su interior gracias a (o por culpa de), en parte, un hijo reaparecido (Jack Alcott) al que acabamos viendo convertido en su ejecutor, después de que Dexter violara el famoso Código. Siguiendo la estela de Tony Soprano (no se engañen, está muerto) y Walter White, esta vez nuestro antihéroe moría, como había sido el plan de Clyde Phillips, el primer ‘showrunner’ de la serie, al que relevó Chip Johannessen en la quinta temporada.
¿Moría… o solo lo parecía? Las extensiones de ‘Dexter’ no hacen más que multiplicarse y el pasado julio se estrenaba en Estados Unidos (aquí lo hará el 11 de septiembre) ‘Dexter: Resurrección’, cuyo título lo dice todo. Dex sobrevivió (como algunos fans aún creen que hizo Walter White) y se dirigió a Nueva York en busca de su hijo para tratar de dejar los viejos disparos atrás. En esta ocasión, el giro sorpresa es la aparente eficacia de la serie, mejor recibida que la también reciente ‘Dexter: Pecado original’, sobre los días del personaje como becario forense en el ficticio Departamento de Policía Metropolitana de Miami.
Suscríbete para seguir leyendo