Las hombreras, el pelo engominado y los trajes de seda eran el sumun de lo “cool” en los años 80. Esa estética fue impuesta en buena medida por los protagonistas de la serie Corrupción en Miami, una influyente producción televisiva que revolucionó el panorama audiovisual ochentero con nuevas formas narrativas y una moderna imagen, más asociada con el cine que con la pequeña pantalla. En sus títulos de crédito aparecían una serie de tópicos asociados a la cosmopolita ciudad de Florida: playas paradisiacas, acristalados rascacielos, carreras de caballos, cuerpos esculturales, lanchas motoras… y cesta punta.
En aquel momento, este deporte vasco estaba en la cúspide de su popularidad en Estados Unidos, donde llegó a haber 16 frontones profesionales. El origen de esta relación se remonta a mediados del siglo XIX cuando un considerable número de vascos emigraron a Norteamérica, llevando consigo buena parte de sus tradiciones. En los años 80 del siglo XX, muchos vascos emigraron de nuevo, pero esta vez para ganarse la vida como pelotaris profesionales. Sin embargo, la popularidad de la cesta punta fue un caramelo envenenado. Debido a diferencias laborales con los organizadores, los pelotaris iniciaron una huelga duró tres años y dio por finiquitada su conquista al otro lado del Atlántico.
La catedral de la cesta puntaEn la actualidad, los interesados en descubrir los secretos de la cesta punta han de dirigir sus pasos a la comarca de Busturialdea-Urdaibai, ubicada en la zona noroccidental de la provincia de Bizkaia. La comarca está formada por 20 municipios, entre los que se encuentran localidades tan populares como Bermeo, Mundaka y Gernika-Lumo. En esta última se encuentra el que se considera el mejor frontón del mundo para disfrutar de la cesta punta. Construido en 1963 y con un aforo para 2.100 espectadores, este edificio modernista ha sido declarado de interés arquitectónico por el gobierno vasco.
La Cesta Punta o Jai Alai es uno de los deportes estrella en País Vasco. / Gonzalo Azumendi
Hay que puntualizar que frontón en euskera se denomina Jai-Alai (fiesta alegre, en español). Sin embargo, por un efecto metonímico, el deporte también se denomina Jai-Alai. Además de disfrutar de un partido profesionales en la “catedral de la cesta punta”, un buen plan para los visitantes del Jai-Alai de Gernika puede ser realizar una visita guiada y un pequeño curso introductorio al manejo de la cesta. El responsable de las demostraciones es Diego Beaskoetxea (1981), uno de los mejores pelotaris de su generación y licenciado en Dirección de Empresas por la universidad de Miami.
El simbolismo de GernikaMás allá de su vinculación con el Jai-Alai, Gernika-Lumo es conocida mundialmente por el bombardeo que sufrió durante la guerra civil española por parte de la aviación alemana. Tras aquel suceso, en 1937, Pablo Picasso pintó el inmortal cuadro homónimo, símbolo de los desastres de la guerra. En la actualidad, existe una réplica en cerámica de la obra picassiana, a tamaño real (3,49m x 7,77m), en un mural de la calle Allendesalazar 11. Para tratar de comprender el horror al que se enfrentó la población local durante aquellos días, es posible visitar el Refugio antiaéreo del Pasealeku, que aún mantiene su estructura original.
Este evento histórico es uno de motivos, pero no el único, por el que Gernika-Lumo se ha convertido en una localidad con un fuerte componente simbólico. El árbol de Gernika es otro buen ejemplo. El roble en cuestión se encuentra frente a la Casa de Juntas y simboliza el respeto a las libertades y derechos de todos los vascos. La forma del árbol, con sus tupidas ramas y un poderoso tronco, representa la unidad de los distintos municipios de Bizkaia. Es más, la hoja de roble es uno de los iconos de Bizkaia y se emplea, a modo de logo, en toda su promoción turística. La Casa de Juntas ha sido el máximo órgano de gobierno de Bizkaia desde la Edad Media. Tras la abolición en 1876 de las leyes que regían Bizakaia, conocidas como fueros, las Juntas se suspendieron. No obstante, 102 años después, en 1979, las Juntas fueron recuperadas tras el impulso democratizador de las primeras elecciones generales constitucionales, que se celebraron en España ese mismo año. Comienza así la segunda etapa en la vida de esta institución foral.
Además de su importancia política, la Casa de Juntas es lugar de visita imprescindible. Aviso: los amantes de la fotografía deben liberar memoria en sus cámaras antes de entrar en su Sala de las Vidrieras, lugar de reunión para los distintos grupos políticos de la asamblea. El nombre no engaña a nadie, pues alude a la grandiosa vidriera que cubre su techo. Aunque el espacio fue diseñado originariamente como un patio descubierto, en 1985 se cubrió con una vidriera realizada de forma artesanal por la empresa la empresa Vidrieras de Arte S.A. Gráficamente reproduce el árbol de Gernika, alrededor del cual se muestran las principales actividades económicas de la comarca y sus monumentos más significativos.
Sala de las Vidireras. / Gonzalo Azumendi
A la hora de planificar la visita a Gernika, es útil tener en cuenta que el último lunes de octubre es uno de sus días grandes. En esta fecha se celebra el mercado tradicional más grande de la comarca y, probablemente, el más importante de todo Euskadi. En la feria se venden numerosos productos con el sello Eusko Label, marca que certifica la calidad de los alimentos locales: queso, miel, frutas, hortalizas, conservas… La jornada suele estar amenizada por pasacalles y los tradicionales bertsolaris (improvisadores de poemas en euskera). Obviamente, el programa de festejos suele incluir partidos de cesta punta.
Reivindicación del txakoliLas delicias gastronómicas suelen degustarse mejor acompañadas de un buen vino. Y hablar de vino, en Bizkaia, significa hablar de txakoli. Mientras que hace décadas, este vino era considerado de baja calidad, en la actualidad han proliferado un puñado de bodegas que están llevando su calidad a cotas insospechadas. Los aficionados al enoturismo harán bien en acercarse a la bodega Berroja, situada en plena naturaleza en el término municipal de Muxika. Fundada por José Ángel Carrero Arqueta en 1997, la bodega se alza en un promontorio desde el que se avistan las vides –a su alrededor-, las montañas -al sur- y el mar –al norte-. Además de la calidad de sus vinos, en Berroja se apuesta por la sostenibilidad. La bodega utiliza técnicas de agricultura regenerativa; tras la vendimia, por ejemplo, las ovejas pastan entre los viñedos, limpiando el campo y devolviéndole nutrientes. Además, la mayor parte de los vinos que elaboran emplean la variedad autóctona hondarrabi zuri.
Viñedos de la Bodega Berroja. / Gonzalo Azumendi
Lo mejor para disfrutar del txakoli es degustarlo sin complejos. En Berroja, el vino se disfruta con productos locales de kilómetro cero, quesos, bonito, anchoas… Por cierto, en lo que se conservas pesqueras se refiere, una empresa de Busturialdea-Urdaibai, llamada Zallo, es todo un referente. Sus anchoas premium son para volverse loco. Eso sí, no son baratas. La lata de 110 gramos cuesta 25 euros.
La bodega Baroja se encuentra en pleno corazón de la Reserva de la Biosfera Urdaibai, otro de los grandes centros de interés turístico de la comarca. La reserva se extiende por la cuenca del río Oka, a lo largo de 220 kilómetros cuadrados. Se trata de uno de los lugares de mayor diversidad paisajística y natural de todo Euskadi: marismas, acantilados, bosques, playas, dunas… Debido a esta riqueza natural, Urdaibai es un lugar privilegiado para el avistamiento de aves. El Urdaibai Bird Center es un referente internacional al respecto. Se trata de un lugar de peregrinación, no solo para las aves, sino para los ornitólogos.
A vista de pájaroEl centro de visitantes se ha diseñado como un aeropuerto, para llamar la atención sobre las grandes rutas de aves que, recurrentemente, transcurren por la zona. En un gran monitor, por ejemplo, se anuncian las llegadas, en las que se describen las especies que están haciendo en esos momentos una parada en la reserva. Durante nuestra visita, acababan de “aterrizar” busardos ratoneros, verderones comunes y silbones europeos. Conviene explicar que la migración de las aves no está causada por frío, como se suele pensar, sino por la escasez de comida. El corazón del centro es su sala de observación, situada frente a un humedal. Los trabajadores ofrecen prismáticos y explicaciones sobre los animales que se pueden ver en cada momento. Entre octubre y febrero es la época de mayor actividad animal.
Dentro de los límites de la reserva de Urdaibai también se encuentra uno de los parajes más populares, e instagrameables, de todo Euskadi. Se trata de la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, sita en la costa de Bermeo. Este pintoresco enclave se ha hecho internacionalmente conocido gracias a su aparición en la serie Juego de Tronos. Comenzamos este breve recorrido por la comarca de Busturialdea-Urdaibai con una producción televisiva de los años 80 y finalizamos con otra del siglo XXI. Las formas televisivas han cambiado mucho entre ambas series, pero las dos mantienen la atracción por el entorno y las tradiciones bizkainas. Llegados a este punto, lo mejor es apagar el televisor y disfrutar de todos estos estímulos con nuestros propios ojos.
Abre tus ojos: las casas más bonita de EuskadiHay otro lugar en las estribaciones de la comarca de Lea-Artibai en el que, también, merece la pena tener los ojos abiertos. Las Casas de Ea Astei es lo más parecido a presenciar la belleza, el cuidado y el deleite de la naturaleza aderezada con unas estancias en las que predomina el lujo y el cuidado.
Aquí encontraremos, primero, un precioso caserío vasco en el que se suceden la habitaciones con vistas a un jardín con un césped cortado al milímetro. Y, después, un puñado de casas de diseño fabricadas en madera sobre onduladas colinas de un perfecto verde entre las que trepan las plantas. Sus camas, como cuenta su dueña, son nórdicas porque son “las mejores del mundo”, y además de casas completamente equipadas frente a la desbordante naturaleza también encontramos una piscina climatizada, una sauna y un parque para que jueguen los niños. Imprescindible es, también, pasar un rato frente a su templete en plena entrada. Cuando te des cuenta será hora de cerrar los ojos, pero con el ansia de volver a abrirlos para despertar en este lugar de ensueño.