‘Salvados’ ha dedicado su nueva entrega a algunos futbolistas a los que la carrera les cambió por culpa de las drogas, y entre ellos se encuentra Dani Benítez, un exjugador del Granada C.F. al que un control antidoping en el que dio positivo en cocaína le costaría su carrera en el fútbol español.
El futbolista contaba que “mis años en Granada fueron clave”, llegando al club nazarí como una promesa del fútbol español. Sin embargo, la muerte de su madre, con tan solo 45 años, cambió todo para el joven futbolista: “Ahí se paró todo. Fue el momento más duro de mi vida. Mi madre siempre me decía que tenía que llegar a Primera, y lo conseguí, pero ya no fue lo mismo”.
El éxito y el dinero, una vez conseguido este objetivo, nublaron su juicio. Benítez reconoció haber malgastado mucho de su dinero: “Sabes que al mes siguiente vas a volver a cobrar. Sabes que lo tienes, y te lo gastas. He hecho locuras, Gonzo. Una noche me gasté 25.000 euros. En una noche de fiesta, casinos… de todo”. El fubtolista añadía que «claro que piensas que tienes la vida solucionada. Con lo que me queda de contrato, con lo que firmaré en algún equipo seguro de los buenos o cuando vaya al extranjero… claro que lo piensas. Luego llega el batacazo»
Pero su caída llegó en marzo de 2014, cuando dio positivo en cocaína tras una fiesta que “se alargó demasiado”. Según cuenta, «organicé una fiesta en mi casa… y la noche se alargó. Al día siguiente tenía que ir a entrenar. Estaba muy borracho. Había allí unos amigos míos, algunos más conocidos que amigos, y me dijeron ‘tómate esto». Era cocaína. Benítez cuenta que «eso fue un sábado, y no pasaron ni 24 horas porque jugamos a las doce del domingo. Me tocó el control antidoping y di positivo. Es que en ese momento todo me daba igual. Estaba sentado en la sala y le dije al doctor lo que hice. ‘Reza todo lo que puedas’, me dijo». Esto le costó una sanción de dos años apartado de su puesto.
En aquella época, Dani Benítez no estaba bien. El propio deportista reconoce que «comparas un partido en los que estaba bien y luego uno de ese año… es que era para dejar el fútbol. Yo había logrado ya todo lo que quería, que era jugar en Primera… y perdí la ilusión. Me mató no tener el apoyo de la gente. Para evadirme un poco quedaba con los amigos y si me bebía un par de cubatas se me olvidaba todo. Cuando todo saltó me di cuenta. Lo perdí todo. Me faltó la respiración. Apagué el teléfono y me encerré en casa. Tenía hasta 30 cámaras en la puerta, todos los días».
Sobre sus compañeros de equipo, reconoce que «alguno cercano me escribió en plan ‘la que has liado’, pero poco más. Era un apestado, y nadie quiere tener cuentas contigo. No se lo echo en cara, lo entiendo. No quieren arriesgar lo que yo acabo de perder», aunque él tiene claro que actuaría de distinta forma: Yo no lo haría, porque soy de otra condición».
Benítez reconoció incluso que por su cabeza pasó la idea de quitarse la vida: «Llega un día en que o me quito de en medio, o me suicido… o cambio de forma radical. Y me costó. No digo que fuese de un día para otro o que todo fuese bonito, pero me perdoné. Eso es lo más importante. Si no lo haces… los demonios llaman a tu puerta todas las noches y te dicen ‘eh, que estamos aquí». En cambio, ahora todo es distintos, pues «puedo tener un día de bajón, pero al día siguiente me levanto y sigo otra vez. Me siento super orgulloso de la persona que soy, lo puedo decir con la boca bien grande».
Dani Benítez ha transformado su vida por completo, compatibilizando su carrera como futbolista en el Arenas de Armilla con nuevos proyectos personales, reconociendo también que «llegar a Primera división era uno de mis sueños… pero estoy mucho más orgulloso de lo de ahora. Es diferente. Tengo 100 veces menos que cuando estaba en Primera, pero la felicidad no es el dinero».