Muchas personas lidian con el estrés en su día a día: desde las responsabilidades diarias de la escuela, el trabajo y los hijos hasta situaciones que afectan a nuestras vidas como la crisis del coste de la vida. Sin embargo, la mayoría de las veces tampoco nos tomamos el tiempo necesario para combatir el estrés y relajarnos, por lo que este se acumula y el cuerpo reacciona. Algunas de las manifestaciones físicas del estrés pueden ser caída del cabello, cambios en la piel, cefaleas, alteraciones del ciclo menstrual y en nuestra vista.
Nimmi Mistry, óptica profesional en Vision Direct, nos informa sobre el modo en que el estrés podría estar dañando nuestra visión y aporta algunos consejos para evitarlo.
El estrés y cómo afecta a la visión
Es cierto que nuestros cuerpos pueden soportar periodos aislados de estrés ante cambios repentinos o factores estresantes como acontecimientos vitales inesperados, una muerte, perder un empleo, etc.; sin embargo, altos niveles continuos de estrés, o estrés crónico, pueden causar alteraciones en el sistema nervioso autónomo. Esto podría acabar provocando enfermedades y problemas de visión.
Aquí encontrarás algunos de los trastornos oculares más frecuentes asociados al estrés y sus síntomas:
Blefaritis: la blefaritis consiste en una inflamación de los párpados que provoca, entre otras cosas, visión borrosa o distorsionada, enrojecimiento y picor de los ojos.
Temblores en los ojos (mioquimia): el músculo responsable de estos temblores en los ojos es el músculo de Müller. Se encarga de dirigir el movimiento del párpado y es controlado por el sistema nervioso simpático.
Fatiga visual: los síntomas más frecuentes son visión borrosa o doble, ráfagas, ojos secos y dolor de cabeza.
Amaurosis o pérdida de visión: esta enfermedad es quizás la más grave de todas. Niveles altos de estrés pueden provocar una fuga de líquido a la mácula, que se encuentra dentro de la retina. Esta fuga puede causar una maculopatía serosa central, que tiene como consecuencia una visión borrosa o distorsionada y pérdida de agudeza visual. En casos más graves, puede provocar una pérdida repentina de la visión.
Estos síntomas son transitorios y la visión se recupera en cuanto los niveles de estrés disminuyen. Sin embargo, es importante que acudas a un oftalmólogo si experimentas algunos de estos síntomas.
¿Cómo evitar los problemas de visión provocados por el estrés?
Con frecuencia, los periodos de estrés son inevitables, pero el problema se acentúa si estos periodos se prolongan y van acompañados de malos hábitos. Un estudio reciente realizado por Lepaya descubrió que más de la mitad de los trabajadores holandeses (56 %) sufre niveles de estrés excepcionalmente altos. Nimmi Mistry ha reunido aquí siete consejos útiles para evitar la aparición de problemas de visión relacionados con el estrés.
- Mantén los ojos hidratados
Como hemos visto, el estrés puede provocar sequedad en los ojos. Usar lágrimas artificiales, especialmente si llevas lentillas, es importante para combatir los síntomas del ojo seco. Este tipo de gotas para los ojos pueden adquirirse sin receta médica en farmacias, supermercados e incluso a través de Internet.
Puede parecer obvio, pero también es esencial permanecer hidratado para ayudar a la hidratación de los ojos. Los adultos deberían beber al menos 2 litros (o 6-8 vasos) de agua al día; porque si tú estás hidratado, tus ojos también lo están.
Es importante mencionar que el café, el té, las bebidas gaseosas y el alcohol son diuréticos, lo que significa que eliminan el agua del cuerpo. Aunque muchos son diuréticos suaves, es mejor asegurarse de estar consumiendo la cantidad recomendada diaria tanto de agua como de estas bebidas.
- Sigue la regla 20-20-20
La fatiga visual es otra dolencia que podemos padecer como consecuencia de altos niveles de estrés, especialmente si sufrimos estrés relacionado con el trabajo y si pasamos muchas horas delante de la pantalla.
Para combatir estos síntomas, deberías seguir una sencilla regla: hacer una pausa cada 20 minutos para mirar durante 20 segundos a un punto fijo que se encuentre a unos 20 pies (6 metros) de distancia. Este ejercicio te ayudará a aliviar el estrés de los ojos y, si no es así, puedes probar estos otros ejercicios oculares.
– Parpadear de forma consciente: consiste en mantener los ojos cerrados durante medio segundo antes de volver a abrirlos. Repetir este parpadeo 20 veces ayudará al ojo a restablecer su hidratación natural.
– Palmeo: coloca las palmas de las manos ligeramente ahuecadas sobre los ojos, sin hacer presión. Deja que las puntas de los dedos se superpongan, descansando sobre la frente e intenta que no pase luz a través de ellas; respira profundamente durante un minuto.
– Rotación de los ojos: siéntate con la espalda recta y, sin mover la cabeza, mira a la derecha. Desde ahí, conduce lentamente la mirada hacia el techo y después hacia la izquierda y hacia abajo. Repite estos movimientos diez veces en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario a las agujas del reloj
- Practica una buena higiene visual
El estrés combinado con una mala higiene ocular puede ser desastroso, por eso es importante tener una buena higiene ocular. Esto implica no frotarse los ojos, porque esto podría irritarlos, transmitir bacterias y provocar pequeños arañazos en la delicada piel de alrededor de los ojos. Una buena higiene significa también no compartir maquillaje, no utilizar maquillaje que haya excedido su fecha de caducidad y limpiar con regularidad las brochas; todo esto te ayudará a evitar bacterias dañinas para los ojos.
Si usas lentillas, las lentillas diarias facilitan la higiene ocular, ya que, desechando las lentillas después de cada uso, te aseguras de que no crezcan bacterias en ellas que puedan ir a parar a los ojos.
- Lleva una dieta sana y equilibrada
Una dieta sana e incorporar alimentos buenos para tus ojos puede evitar que los picos de estrés afecten la salud ocular.
Algunas vitaminas pueden ayudar a incrementar la cantidad de nutrientes que reciben tus ojos. De este modo, no solo mejoran la salud de los ojos, sino que reducen el malestar provocado por el ojo seco, así como los problemas y enfermedades oculares. Las vitaminas más efectivas para los ojos son la luteína y la zeaxantina. Algunas investigaciones también recomiendan la vitamina A, la vitamina D y ácidos grasos omega-3 para lubricar el ojo y reducir los síntomas de sequedad ocular.
Algunos alimentos que contienen ácidos grasos omega-3 son:
- Salmón (2,150 mg por porción)
- Semillas de chía (5,050 mg por porción)
- Caballa (4,580 mg por porción)
- Nueces (2,570 mg por porción)
- Intenta permanecer activo
Una vida activa, alejada de las pantallas y de un estilo de vida sedentario, dará a tu salud física y visual los cuidados que necesita.
Según las recomendaciones internacionales sobre actividad física de la OMS, los adultos entre 18-75 años deberían realizar actividad aeróbica de intensidad moderada al menos 150 min a la semana o actividad aeróbica de alta intensidad al menos 75 min a la semana.
Si haces ejercicio al aire libre, asegúrate de proteger tus ojos contra los dañinos rayos UV.
- Recuerda revisar tus ojos periódicamente
Es importante revisarse la vista cada 2 años. Además, si sufres alguno de los síntomas anteriores durante un periodo prolongado, es esencial que visites a tu oftalmólogo para evitar que aparezcan problemas de salud ocular más graves.
- Cuida tu sueño
Según un estudio realizado por BMJ Open, las personas que no duermen suficiente tienen un mayor riesgo de desarrollar glaucoma, una enfermedad ocular frecuente en la que se daña el nervio óptico que conecta el ojo con el cerebro. Si no se trata a tiempo, puede provocar ceguera. La falta de sueño puede contribuir también a la aparición de otros problemas en los ojos que podrían afectar a la visión, como el síndrome del ojo seco, las moscas volantes y la mioquimia o temblores en los párpados.
Trata de dormir lo suficiente siguiendo una buena higiene del sueño, evitando, por ejemplo, la exposición a la luz azul 1 o 2 horas antes de ir a la cama, siguiendo una rutina para ayudar a tu ritmo circadiano y evitando la ingesta de cafeína al menos 5 horas antes de acostarte.