A sus 17 años, Blanca Soroa se ha convertido en una de las revelaciones del cine español gracias a ‘Los domingos’, la película de Alauda Ruiz de Azúa que acaba de ganar la Concha de Oro en San Sebastián y que llega este viernes a las salas. Aunque ahora vive en el País Vasco, Blanca nació en A Coruña, donde comenzó su formación artística. La joven debuta en el cine poniéndose en la piel de una adolescente que sorprende a su familia cuando plantea hacerse monja de clausura.
Su primer papel en el cine y la película gana la Concha de Oro. ¿Qué sintió al ver que ‘Los domingos’ se llevaba el premio?
Mucha alegría. Lo vi con mis amigas desde el sofá de mi casa; las invité a todas. Fue una sorpresa y muy gratificante.
Fue seleccionada para la película en un casting abierto con más de 600 participantes. ¿Qué cree que vio la directora en usted?
En una entrevista conjunta nos preguntaron, y ella dijo que lo primero que vio en mí fue misterio. Ella quería saber qué había en mi cabeza, qué estaba sintiendo. Sí que es verdad que a Alauda yo la conocí en la última fase del casting, que fue la séptima, pero ella ya me estaba viendo en Madrid en los vídeos.
¿Qué la llevó a presentarte al casting de la película?
Siempre me ha gustado mucho el arte. Desde que era muy pequeña, en el colegio teníamos conservatorio dentro, y me apunté. Siempre me apuntaba a todas las cosas relacionadas con lo artístico. Nunca me había planteado dedicarme al arte porque no pensaba que iba a ser capaz. Un día, en el colegio, en Bilbao, me dijeron que iban a venir unas directoras de casting a hacer una entrevista de cinco minutos a chicas de primero y segundo de Bachillerato para una película de Alauda, y yo pensaba que buscaban figurantes. Me presenté y dije: ‘¿Por qué no? A lo mejor un día me cogen y voy a un rodaje’. Me presenté así, pero sin saber muy bien para lo que era.
Su personaje es una joven que siente la llamada religiosa. ¿Cómo se preparó para abordar algo que realmente no es tan habitual hoy entre la gente joven?
Como no era actriz y era una cosa tan nueva para mí, hice lo único que podía hacer: estar abierta a todas las propuestas que Alauda hiciese, escucharla y crear con ella, poco a poco, el personaje. Luego me empecé a documentar viendo vídeos de chicas contando sus testimonios. Hay en internet monjas de clausura que se graban contando su testimonio, cómo fue el proceso de contárselo a su familia. Estudiaba mucho y tomaba apuntes para entenderlo.
Hay estudios que hablan de un repunte de la fe en la generación Z. ¿Qué explicación cree que puede tener?
Creo que ahora tenemos más libertad para decidir, para definir nuestras creencias, para ver si creemos o no, no tanto basado en lo que nos inculcan desde el pasado, como podía pasar antes, que ya desde pequeño nacías en una determinada religión y te morías así. Ahora podemos explorar más. Con las redes sociales se puede conocer más sobre otras culturas y otras religiones. Yo, como adolescente que soy, aún estoy buscando el sentido de mi vida.
Usted canta en un coro, como su personaje.
En A Coruña estudiaba en un ccolegio que tenía un conservatorio dentro. Entonces, los músicos que estudiaban en el conservatorio, en lugar de ir a otro centro por la tarde, podían coger media hora del recreo para ir a estudiar piano. Durante el horario escolar ya podías hacer las extraescolares. No sé si nací con un talento artístico o no, pero sin duda ese colegio me lo potenció muchísimo, porque me enseñaron desde pequeña a hablar en público. Teníamos un montón de actuaciones y tuve unos profesores maravillosos que recuerdo con muchísimo cariño.
Podría ser candidata al Goya a mejor actriz novel, ¿piensa en ello o prefiere no planteárselo todavía?
Si pasa me llevaré una sorpresa y una alegría tremenda; lo celebraré muchísimo. Y si no pasa también, porque para mí el premio ha sido hacer la película y aprender todo lo que he aprendido, sin quitarle, claro, el prestigio al premio, que es increíble. Me alegra mucho que la gente se plantee que podría pasar.
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