Cualquiera que conduzca un scooter eléctrico en la acera o sin casco en Barcelona se enfrenta a una multa de hasta 500 euros (415 libras esterlinas) a partir del 1 de febrero como parte de una ofensiva contra el comportamiento antisocial relacionado con el rápido aumento del uso de scooters eléctricos en el Mediterráneo. ciudad.
En un paisaje urbano mayoritariamente llano, con más de 250 kilómetros de carriles bici, 2.500 horas de sol y apenas 55 días de lluvia al año, los patinetes eléctricos encajan perfectamente. Según las cifras del ayuntamiento, el número de personas que utilizan patinetes eléctricos desde la pandemia ha aumentado cuatro veces más rápido que los que optan por viajar en bicicleta.
Ahora se estima que los patinetes eléctricos representan unos 44.000 viajes al día, un enorme aumento en comparación con casi cero hace cinco años. Las mujeres representan el 31% de los usuarios de scooters, en comparación con el 19% de los ciclistas.
Sin embargo, los patinetes eléctricos han traído problemas además de beneficios. Con una velocidad máxima de aproximadamente 40 km/h, los patinetes eléctricos son mucho más rápidos y, en caso de accidente, más peligrosos que las bicicletas. También se han convertido en el vehículo de fuga favorito de los numerosos ladrones de bolsos y teléfonos móviles de Barcelona.
Según la nueva normativa, la velocidad de los patinetes eléctricos está limitada a 25 km/h (15,5 mph). Adrià Gomila, responsable de movilidad en Barcelona, dice que si la velocidad de los patinetes eléctricos supera los 25 km/h, deberían clasificarse como motocicletas y necesitarán una licencia.
Dijo: «Estas medidas están diseñadas para provocar un cambio de comportamiento por parte de algunos usuarios, mejorar la seguridad y ser de beneficio colectivo».
Si bien el plan de alquiler de bicicletas de Barcelona ha tenido un gran éxito, la ciudad prohibió el alquiler de scooters en 2023, el mismo año en que París impuso una prohibición. En su apogeo, había 15.000 patinetes eléctricos de alquiler en la capital francesa.
Los patinetes eléctricos están prohibidos en el transporte público desde que uno se incendió en un tren en 2023. Las últimas restricciones se producen tras intentos anteriores de tomar medidas enérgicas contra los recorridos en Segway y rickshaws tras las quejas de los residentes. Los rickshaws han desaparecido por completo.
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Barcelona también tiene más motocicletas per cápita (270.000) que cualquier otra ciudad europea y durante décadas no ha logrado abordar el problema del estacionamiento de motocicletas en las aceras. El nuevo reglamento evita el problema y dice que es preferible estacionar en las aceras que en la calle.