Es hora de comer cuando JC Reyes llega al hotel donde se hará la siguiente entrevista. Juan (como le saludan) no ha comido nada todavía en este día de promoción en el que departe de sus nuevo lanzamiento (Nacer de nuevo es su álbum recién publicado), además de los conciertos que están por venir dentro del Tour KM 33, entre ellos, el 14 junio, el de Málaga (Auditorio Cortijo de Torres. «Gracias a Dios estoy bien», cuenta el sevillano, que no se ha desprendido de la gorra y la bufanda que se ha puesto por encima de la cabeza. Se mira al espejo para asegurarse el atuendo y le conducen hasta la sesión de fotos en una de las salas anexas. Cuando acaba, retoma: «Estoy bien gracias a Dios. Con un poquito de entrevistas por allí y por aquí, tú sabes… Dándole caña al disco a full, hermano». Su hablar es pausado, algo disperso. Vuelve a mirarse al espejo. La gorra (pone «Leganés» en ella) se la acaban de regalar y le gusta. Se gusta.
El cantante y rapero sevillano JC Reyes. / ALBA VIGARAY
Dice que no es un ejemplo a seguir, pero resulta que llena, la gente le sigue…
Sí, tío. En verdad, no es que no sea un ejemplo a seguir; creo que hay otras personas que son más correctas que yo en el mundo. Eso no significa que no sea una motivación para los chavales. Igual la gente está preparada para otros estereotipos de persona, aunque depende. Pero todo se basa en estereotipos.
¿Qué ejemplos tiene usted?
Yo no tengo ningún ejemplo, hermano. Cualquier persona te puede enseñar de la vida, que es lo que interesa. Y eso es lo que yo le explico a los chavales. Por eso a lo mejor yo digo que no soy quizás un ejemplo a seguir, por la manera en que la gente me ve. Pero eso no significa que mis principios no lleven a eso.
¿Cuáles son sus principios entonces?
Mis principios son tener a los míos bien: la gente que me rodea, mi madre, mis hijos, mis hermanos, los más allegados, ¿sabes? Pasar por aquí, hermano, y por lo menos para cuando me muera dejárselo a los chavales, a mis hijos y a todas las personas que quiero. Esa es mi meta en realidad.
Tiene… ¿cuatro hijos?
Cuatro y uno que va a venir ahora. Cinco.
¿Uno se mide más por los éxitos que por los errores?
No, al contrario. Por los errores más que por los éxitos.
¿Y cuántos errores ha podido cometer?
Muchos. Pero hay más éxitos que errores.
¿No se ve usted toda la vida haciendo lo que hace?
Ni yo ni nadie, creo. He visto gente cantando así, súper viejos, súper mayores, ¿sabes? Pero no sé, no creo que vaya con nuestro género. A lo mejor los americanos sí lo tienen más como cultura, pero aquí no tanto. No sé, igual rompo los prototipos, quién sabe, hermano. A lo mejor cuando seamos así me pongo a rapear otro estilo de cosas que vaya más acorde con la edad mía. Pero no sé, creo que conforme más conciencia vas teniendo y más adulto te vas volviendo, se limitan un poco más las cosas de las que puedes hablar en las canciones.
¿Qué le parece que digan que tiene canciones sexistas como Star o Ninfo?
Las canciones son como las películas, hermano. Hay películas para niños, hay películas para adultos, hay películas de violencia y hay películas porno. Tan sencillo como eso. ¿Qué van a hacer, prohibirlo? Las canciones son como pintar cuadros. Un día un chaval se dibuja con su novia besándose, otro día le hace un cuadro a su hijo, otro día dibuja a una chavala con un burka y otro día se levanta y tiene ganas de dibujar a una mujer desnuda. Hay 20.000 cosas en el mundo que a mí tampoco me gustan y se consienten. Lo que yo no te digo es que tú le pongas a tu hijo esas clases de canciones mías. Tengo una variedad grande. Métete, investiga y mira qué canciones le puedes poner a tu hijo que tú creas que lo eduquen o que le ayuden a tener algunos valores y le puedan sumar.
¿Sus tatuajes dicen más de usted que sus propias canciones?
Sí, bueno, las canciones también hablan demasiado. Pero estos tatuajes me gustan porque llevo esas imágenes conmigo. También me gusta que cuando la gente me vea lo sepa.
¿Qué significa el tatuaje que lleva usted en la mano izquierda, el feto?
Me lo hice cuando iba a nacer mi primera hija, Jimena. A mucha gente le llama la atención, tío. Me lo hice antes de que ella naciera.
¿Cuándo se hizo el primero?
Creo que el primero me lo hice con 16 años. Fue una frase que tengo aquí en la costilla. «Si estoy solo tú me acoges, eres mi fiel compañía». Está dedicado a mi padre, que era piloto de aviones.
¿Y su madre?
Mi madre nada, estaba siempre en casa cuidando de nosotros a full, sacándonos adelante.
¿Qué le ha enseñado?
Pues todo, hermano. Date cuenta que mi padre falleció siendo yo un niño, entonces con mi madre he aprendido todo.
¿Siempre ha sido creyente?
No. Hubo un tiempo en que no creía en Dios, pero retomé la fe, hermano. Me ayudó a salir de un mal sitio en el que estaba, ¿sabes? Me ayudó con mis hijos, con un par de cosas, unos percances por ahí… y me hace sentir que a uno nunca lo abandona.
¿Se refiere a lo sucedido en abril de 2021, cuando le detuvo la policía?
Bueno, sí… Te puedo decir que Dios está con uno y esas cosas, pero a fin de cuentas eso no está en sus manos, sino en la salud de la persona. Mis dos últimos hijos estuvieron delicados de salud y gracias a Dios se han recuperado bien y están de lujo, tío, pero he pasado también por ese momentillo un poco más complicado, cuando de verdad me di cuenta de que vino Dios y me puso la mano.
Le entregaron su primer disco de oro en la cárcel. ¿Cómo se disfruta algo así?
Yo no me lo creía. Pensaba que el guardia me estaba contando una mentira, que se estaba riendo.
¿Vio que tenía futuro?
Lo noté antes, en realidad. Lo tenía claro. Antes de entrar en la cárcel ya había firmado mi primer contrato en la música.
¿Cuándo comienza a creérselo?
Ahí, cuando empieza a llegar dinero, cuando veo que apuestan por mí y que la cosa da resultado.
Las historias, ¿mejor contadas que cantadas?
Siempre va a ser menos cantándolas que contándolas, creo yo. A fin de cuentas, las dos están describiendo, pero una la estás sintiendo y otra la estás redactando.
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