Un centenar de personas se ha concentrado este jueves ante la Oficina de Turismo de Mijas para exigir el fin del servicio de los burro taxis, cuyos propietarios, arropados por algunos vecinos y comerciantes, se han manifestado también para defender esta actividad orientada al turismo.
Hace años que los grupos animalistas exigen la abolición de este servicio, especialmente en verano, cuando los animales pasan horas al sol paseando a los turistas bajo un intenso calor.
En esta ocasión la protesta ha sido promovida por Anne Blitz, una francesa residente en Mijas y defensora de los animales que ha lanzado también una campaña de micromecenazgo para sufragar el coste de rescatar a los burros que dejen de prestar el servicio y mantenerlos en un santuario en buenas condiciones.
Los participantes en la protesta de este jueves, muchos extranjeros, iban ataviados con caretas, orejas de burro y cuerdas en el cuello, y han mostrado pancartas como «Me obligan a trabajar los 365 días del año», «Tengo una vida de explotación» o «Nunca me dejan tumbarme a descansar».
Frente a ellos, a unos metros de distancia, se han concentrado también arrieros, comerciantes y vecinos de Mijas en defensa de una actividad que se remonta a 1962.
Los defensores de los burros-taxi sostienen que quitarle la funcionalidad al burro andaluz es condenarlo al matadero y que estos animales son el sustento del municipio desde hace sesenta años.
Efectivos de la Policía Local, la Policía Nacional y la Guardia Civil han establecido un dispositivo de seguridad para evitar el encontronazo entre los dos colectivos, que se han cruzado algunos gritos e insultos.