Isabel Díaz Ayuso ha advertido que ni ella ni su partido cejarán en su pelea contra los separatismos y quienes los acepten. Génova ha anunciado ya una catarata de mociones contra el pacto catalán en ayuntamientos y parlamentos autonómicos, y ella ha espoleado la carrera que comienza a partir de septiembre en la arena política señalando que no habrá descanso: «No cejaremos hasta su destrucción electoral total, hasta que cedan».
«Arrancando a Cataluña de España no va a venir nada bueno», ha incidido, y Madrid estará en frente de todos aquellos que quieran «destruirla (España) por intereses abrazados al nacionalismo y al independentismo. Sin detallar hasta dónde están dispuestos a llegar los populares, ha vuelto a repetir la idea de que irán a los tribunales «y a donde haga falta», pero la pelea jurídica no será inmediata y, de momento, los populares solo han puesto sobre la mesa las iniciativas políticas anunciadas por Génova a la espera de una reunión de Alberto Núñez Feijóo con todos los presidentes autonómicos del PP y sus dirigentes regionales.
La presidenta madrileña ha realizado estas declaraciones al finalizar el acto oficial que cada 15 de agosto organiza el Ayuntamiento de Madrid en el Patio de cristales de la Casa de la Villa de la capital con motivo de la festividad de la Paloma, patrona popular de la ciudad y de los bomberos, en el que el alcalde y ella misma han entregado las tradicionales ‘Palomas de bronce Bomberos de Madrid’.
Madrid, al frenteAyuso, que hace unos días tachó de «secesión fiscal» el acuerdo para investir a Salvador Illa, ha intentado mostrar una posición positiva de Madrid respecto a lo que pueda suceder tras el pacto alcanzado para la financiación singular de Cataluña. «Vamos a apelar a las causas comunes, a las causas buenas, a la unidad, a las alianzas para dar la mejor versión de esta nación». Lo ha repetido en dos ocasiones para intentar que se identifique con ella y su partido, también con la Comunidad de Madrid, todo lo que pueda haber de positivo en la batalla política que va a protagonizar el nuevo curso: «Ellos dan su peor versión, Madrid va a dar la mejor».
Pero el tono que suaviza cuando habla de Madrid se eleva cuando se trata de los independentistas o el Gobierno de Pedro Sánchez y sus aliados parlamentarios. Se niega a «la creación de una supuesta España federal» que insiste en «nadie ha explicado» y que, según sus augurios, terminará llevando a España «a una república federal plurinacional y laica, que es ilegal» y que, además, cree que «va a afectar a los recursos de todos los españoles de otras comunidades autónomas que tienen problemas verdaderos de falta de trenes, de falta de infraestructuras, pero son leales con España y, por tanto, no importan para el Gobierno».
Ayuso ha reaparecido tras sus vacaciones para poner pie en pared y decir que «el papel de Madrid es fundamental» en esta contienda por la financiación de los territorios y ha calificado de «farsa» todo lo que llega de boca del Gobierno y sus socios, desde «los plurispluris» hasta la moderación.
El fondo y las formasEl pacto por la singularidad financiera de Cataluña, que Almeida ha rechazado llamar así para dejar claro que «es un concierto» que saca a Cataluña del régimen común, «va a causar males mayores al conjunto de los españoles», ha advertido la presidenta regional. Y ahí ha vuelto a apelar a los socialistas para reclamar que levanten la voz ante Sánchez y los separatistas: «No termino de entender por qué los cargos socialistas de toda España se abandonan en manos del nacionalismo catalán, de sus privilegios y en su propósito de destrucción de la Nación». «Están buscando la destrucción de España, no lo mejor para los catalanes, la destrucción de España entera», ha señalado Ayuso y ha repetido más tarde con otras palabras el alcalde.
Aunque lo peor son las consecuencias, ha venido a decir Ayuso, su denuncia se ha centrado también en las formas: «Durante esta semana ha habido pactos ocultos, nada de debate y todo de manera profundamente autoritaria». A Carles Puigdemont apenas le ha dedicado unas palabras: «Después tenemos el caso de Puigdemont, que ya quisiera para él el mismo dispositivo que se puso para Begoña Gómez para evitarle la foto en Plaza de Castilla». De haber sido así, el «bochorno» de estos días atrás se hubiera podido evitar, ha rematado.