Se ha cumplido ya una semana de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024. Desde entonces, una lluvia de críticas ha caído sobre los organizadores por escenas como la de ‘Fiesta’, donde la imagen de un grupo de drag queens y activistas LGTBIQ+ alrededor de una mesa que recuerda a la Última Cena, no sentó nada bien a los sectores más conservadores de Francia, pero tampoco fuera del país.
«Lamentablemente, esta ceremonia incluyó escenas de burla al cristianismo, que deploramos profundamente», se leía en un comunicado conjunto de varias organizaciones católicas de Francia, pero también líderes políticos internacionales, como Donald Trump o Erdogan reaccionaron negativamente a través de la red social X una vez finalizada la ceremonia. Críticas que han ido más allá de un tuit o un comunicado. En algunos casos, se han convertido en acoso y amenazas, obligando incluso al director de la ceremonia de apertura, Thomas Jolly, a interponer una denuncia este viernes por ello. Y la drag queen Paloma, que participó en la escena, se ha retirado un tiempo de las redes sociales ante el ciberacoso que sufre desde entonces: «Hay demasiada violencia. Demasiado desprecio por nuestras luchas. Demasiada ignorancia de lo que las minorías han estado pasando durante siglos. (…) Los queers no han terminado de tener que inclinarse ante la espada de la moralidad».
Como Paloma, también sus compañeras Piche, la mujer barbuda, o Minima Gesté, la primera drag queen en la historia en portar la antorcha olímpica en estos Juegos París 2024, se han visto afectadas por esa ola de odio. Minima Gesté, francesa de madre catalana (de Vilafranca del Penedés), ha hecho historia, sumándose a la larga lista de casi 11.000 personas en portar la llama, entre los que se encuentran deportistas, artistas o personalidades influyentes. “Mi experiencia fue muy positiva en general y fue un honor cuando desde el Ayuntamiento de París me preguntaron si quería llevar esa antorcha. Eso significa que conocían todo el trabajo que estoy haciendo para la comunidad queer en París, y en Francia, además de la lucha contra el VIH, que también es una cosa importante. Poder llevar esa antorcha por las calles de París, es un símbolo y un honor”, explica Minima Gesté para EL PERIODICO.
Aunque ella prefiere hablar de la parte positiva, detrás de ese momento “de honor olímpico” hubo una persona detenida y condenada a trabajos sociales por graves amenazas a la drag más famosa de Francia.
El comité organizador geobloquea la ceremonia No son solo críticas o, al menos, eso es lo que ha dado a entender el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos cuando decidió geobloquear la ceremonia de apertura de los Juegos en los países más conservadores, incluyendo Estados Unidos, y alegando ser un gesto relacionado con los derechos de imagen del espectáculo para posteriormente dar una rueda de prensa para disculparse por dichas escenas, “en caso de haber ofendido a alguien”. A ese perdón también se sumó el comediante Philippe Katerine, quién apareció sobre la mesa pintado de azul y se convirtió en todo un meme viral durante días: «Pido perdón si he ofendido. Los cristianos del mundo me lo concederán, estoy seguro».
Una polémica que continúa dentro y fuera de las redes, especialmente ahora que se acerca la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos. ¿Qué hará Francia en este espectáculo?, se preguntan algunos. Ante las críticas sobre esta actuación, Minima Gueté insiste para EL PERIODICO: “Hay gente que no sabe de qué estamos hablando, que no nos conoce. Tampoco sabe qué somos: ni hombres ni mujeres o hombres y mujeres, o personas trans. Nosotros solo somos artistas y queremos hacer llegar un mensaje de paz, de libertad, de aceptación. No es blasfematorio, solo es paz y libertad”.
El recorrido de la llama olímpica es uno de los eventos más seguidos a nivel mundial y, para las autoridades, incluir diversidad en esa lista de portadores de más de 11.000 personalidades ha sido un reto importante. Desde el futbolista Zinedine Zidane, pasando por el rapero Snoop Dog o la actriz Salma Hayek hasta el periodista francés, Remy Buisine o la activista Armel Agbobli. Y, entre todos ellos, también Minima Gueté.
Ahora, el geobloqueo de la ceremonia en algunos países algunos lo interpretan como un paso atrás o una batalla perdida, pero para la drag es algo que no va de batallas: “Tenemos tantas cosas que hacer en nuestro país, en nuestra ciudad. Pensar en todo eso está demasiado lejos y no es nuestro trabajo”, afirma esta hija de inmigrantes catalanes.
Drags y los JJOO, no es la primera vez 1 de octubre de 2000, más de 110.000 espectadores asistieron a la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Sídney. Un estadio abarrotado para un espectáculo colorido que sonaba al ritmo de ‘Finally’ interpretada por CeCe Peniston, mientras que decenas de drag queens desfilan sobre sus tacones infinitos frente a una enorme carroza. Un homenaje a la comunidad queer y al éxito cinematográfico, “Priscilla, Reina del desierto”.
Han pasado 24 años de los Juegos de Sídney, y curiosamente, aquella vez la presencia de drag queens en la ceremonia olímpica no generó tanto revuelo.