Es el elefante en la habitación al que nadie quiere prestar atención. El Brexit, el asunto que durante años ocupó portadas en los periódicos, debates interminables en la Cámara de los Comunes y negociaciones eternas con la Unión Europea, ha desaparecido del mapa y ha sido relegado al fondo de un armario que nadie está dispuesto a abrir. A pesar de que las elecciones generales del próximo 4 de julio en el Reino Unido serán las primeras tras la salida efectiva de la UE, ni el Partido Conservador ni el Partido Laborista han dado prioridad a este tema durante la campaña y han preferido esconderlo debajo de la alfombra ante el temor de que pueda perjudicarles en las urnas.
La falta de resultados positivos tangibles cuatro años después de la salida del Reino Unido del club comunitario, especialmente en términos económicos y en el control de las fronteras, han obligado al primer ministro, Rishi Sunak, a pasar de puntillas por el Brexit. «Es evidente que los votantes a favor del Brexit están cada vez más insatisfechos con todo el proceso», explica la subdirectora del centro de pensamiento e investigación UK in a Changing Europe, Sarah Hall, quien apunta además a un desinterés creciente de la población. «Para el público en general, el Brexit ha caído en la lista de temas sobre los que quieren hablar y ha sido eclipsado por otros asuntos, como el aumento del coste de la vida».
Acuerdo de WindsorEsta mezcla de hartazgo y desinterés por el Brexit es uno de los motivos por los que ha sido aparcado de la agenda política, a pesar de que uno de los principales logros de Sunak durante su mandato fue la firma del Acuerdo Marco de Windsor, que garantizó el mantenimiento de la frontera invisible con Irlanda y evitó, al mismo tiempo, la rebelión interna de los miembros del ala dura de su partido. El primer ministro ha logrado incluso convencer a los unionistas del DUP y restablecer la normalidad institucional en Irlanda del Norte tras dos años de bloqueo institucional, poniendo fin a un rompecabezas que ni Theresa May ni Boris Johnson consiguieron resolver.
Pero a pesar de cumplir con el ‘Get Brexit Done’ (resolver el Brexit) –el principal eslógan de la campaña de los conservadores en 2019– el primer ministro ha evitado hacer referencia al asunto durante esta campaña. «El Acuerdo Marco de Windsor fue una historia de éxito. Pero es una historia de éxito que [Sunak] no puede contar, porque al contarlo parece que Europa está más cerca de lo que a él le gustaría», explica Stephen Coleman, profesor de comunicación política en la Universidad de Leeds. «Incluso aunque la UE ofreciera el mejor acuerdo posible, no se le puede ver haciendo ese trato porque se ha situado en un rincón en el que la retórica es siempre antieuropeísta», añade.
Prudencia del Partido LaboristaMás allá de los acuerdos alcanzados con la UE, lo cierto es que una parte significativa de los votantes a favor del Brexit reconocen que no fue una decisión acertada. Según una encuesta de YouGov publicada a mediados de junio, un 53% de los británicos consideran que los efectos negativos de la salida de la UE han sido mayores que los efectos positivos, frente a un 15% que opina lo contrario. Otra encuesta realizada en agosto de 2023 apunta a que un 49% de los británicos votaría a favor de un reingreso al club comunitario, frente a un 33% que apuesta por mantener al Reino Unido en su situación actual.
A pesar de ese cambio de tendencia en las encuestas, el Partido Laborista ha evitado utilizar estos datos para echar en cara al Gobierno conservador los fracasos del Brexit. Algo que, según Coleman, responde al hecho de que a muchos votantes todavía les cuesta reconocer que fue una mala decisión. «El Brexit es un tema emocional y muchas personas sienten que están siendo humilladas si reconocen que no ha salido bien. Así que hablar del tema no es la mejor manera de ganar sus votos», asegura.
Para la subdirectora de UK in a Changing Europe, la decisión de los laboristas demuestra la prudencia que han mostrado a lo largo de la campaña. «Su estrategia tiene sentido, porque las encuestas revelan que muchos votantes quieren echar del poder a los conservadores, más allá de las propuestas que los laboristas quieran ofrecer». Los dos expertos coinciden en que, en caso de confirmarse la victoria laborista en las elecciones, se producirá un acercamiento con Bruselas, especialmente en un contexto de dificultad económica y de inestabilidad en el escenario global. Mientras tanto, el Brexit seguirá siendo un tema tabú para los dos grandes partidos en lo que queda de campaña electoral.