El consejo general de enfermería de España ha pedido a los minoristas que dejen de vender disfraces de Halloween de «enfermera sexy», quejándose de que los trajes dañan la percepción que el público tiene de la profesión y perpetúan una imagen «sexualizada, trivial y frívola» de la mujer.
El consejo, que representa a 330.000 enfermeros y enfermeras de toda España, dijo que los disfraces no tenían cabida en una sociedad moderna e igualitaria. También criticó los trajes de enfermera “zombies” y “asesinos”, diciendo que tampoco les hacían pocos favores a las enfermeras.
«Mientras la gente se prepara para celebrar Halloween y el Día de Todos los Santos, el consejo general de enfermería lamenta la proliferación de disfraces que tienen connotaciones ofensivas y degradantes para la profesión», afirmó en un comunicado.
“Tomemos, por ejemplo, los trajes de enfermera muy cortos y sexys que no se parecen en nada a los uniformes reales. Y luego están los trajes bañados en sangre, los de asesinos y los de muertos vivientes, que ahora son propios de esta celebración que tanto se ha arraigado en nuestro país, especialmente entre los niños y jóvenes”.
El consejo renovó sus llamamientos a las tiendas y minoristas en línea para que dejen de vender disfraces que “vinculan paradójicamente la muerte y el asesinato” con los profesionales cuyo trabajo es ayudar a curar y cuidar a las personas.
“A las y los enfermeros no les gusta tener que soportar la oleada anual de disfraces de ‘enfermero sexy’, ‘asesino’ o ‘zombi’ porque los desconcierta y ofende», afirmó el presidente del consejo, Florentino Pérez Raya. “[These outfits] dañar la imagen pública de una profesión cuya dedicación exige no sólo calificaciones académicas y universitarias de primer nivel, sino que también es reconocida como un bastión de la calidad de la atención sanitaria”.
El consejo dijo que los padres y otras personas tenían un papel importante que desempeñar a la hora de abordar las imágenes dañinas de la enfermería.
“No sólo criticamos Halloween”, afirmó su vicepresidenta, Raquel Rodríguez Llanos. “También son fiestas, despedidas de soltero, fiestas privadas y carnavales. Hacemos un llamado a todas las madres y padres a no vestir a sus hijos e hijas con trajes ofensivos para la profesión porque así es como estas prácticas se normalizan y se prolongan hasta la edad adulta”.
Las enfermeras de Canadá emitieron un alegato similar el año pasado, diciendo que la “erotización de la profesión” con los disfraces era social y profesionalmente inaceptable.
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“La profesión ha evolucionado pero los estereotipos persisten”, afirmó Luc Mathieu, presidente de la Orden de Enfermeras de Quebec (OIIQ). “Las enfermeras ejercen una profesión científica y su experiencia debe ser mejor conocida y valorada. Es hora de que cambien las percepciones”.