El Palacio Real de Madrid acoge desde este viernes una exposición de Joaquín Sorolla que ahonda en su tratamiento de la luz y lo hace con un novedoso proyecto que apuesta por combinar realidad virtual con una treintena de obras del artista.
“Realmente estamos ante tres exposiciones en una”, ha explicado este miércoles Blanca Pons Sorolla, máxima conocedora de la obra y descendiente del pintor en la presentación de la exposición.
La muestra, que forma parte del centenario del nacimiento del pintor, abre sus puertas desde el 17 febrero hasta el 30 junio en el Palacio Real de Madrid; y posteriormente viajará a Valencia y Dallas (Estados Unidos).
El recorrido comienza con una serie de salas con proyecciones en las paredes en las que el espectador se adentra en la biografía del artista, desde sus difíciles comienzos hasta ser coronado como el más importante pintor impresionista español.
A continuación se pueden ver una treintena de obras del pintor y, para finalizar, el espectador se coloca un casco para disfrutar de una experiencia de realidad virtual que le traslada de la playa de Valencia al taller del pintor en su casa de Madrid.
Las comisarias del apartado expositivo, Blanca Pons Sorolla (máxima experta del artista) y Consuelo Luca de Tena (exdirectora del Museo Sorolla), han seleccionado una treintena de obras en las que la luz juega un papel fundamental y las escenas tienen alguna relación con el Palacio Real y la monarquía española.
El pintor de la luz Apodado el Pintor de la Luz, Sorolla no es el único de su generación que se obsesiona con el tratamiento de la luz, pero sí es «único y excepcional» en su manera de captar y atrapar la luz en sus escenas, sobre todo al atardecer y el amanecer, ha explicado Consuelo Luca de Tena.
Las comisarias han seleccionado una serie de retratos de su familia y de la familia real española en los que se puede ver a su mujer Clotilde y su hija Elena recorriendo al atardecer las rocas de la playa de Javea, o dos retratos del rey Alfonso XIII -en los jardines de La Granja de Segovia- y de la reina María Eugenia, que rara vez ha sido mostrado al gran público.
“Los más bellos son los de su familia, que destacan por su originalidad, su naturalidad y el afecto que irradian”, ha señalado Blanca Pons. La pintura y la familia fueron las dos pasiones del artista, ha asegurado.
Pintó también numerosos jardines, como el patio del Alcázar de Sevilla o su propia casa en Madrid -ahora reconvertido en Museo Sorolla-, como se puede ver en la muestra.
El resto de obras, las más excepcionales, lo componen una serie de tradicionales vistas marinas con escenas de pescadores, barcos y trabajadores del mar que pintaba durante sus estancias en Valencia.
“El mar es la obra más reconocida por el gran público de Sorolla, no quiere decir que sea la mejor, pero es maravillosa. Todas las obras de la exposición han sido escogidas como joyas”, ha señalado Pons Sorolla, que cree que
Sorolla real y virtual “Sorolla a través de la luz” es una experiencia pionera en combinar de experiencia inmersiva y cuadros del artista, según ha subrayado hoy Pons, que está convencida de que la tecnología “amplía e intensifica” el efecto sensorial de la pintura y ayuda a disfrutar de los cuadros.
El proyecto técnico ha corrido a cargo de la empresa Light Art Exhibitions. Su responsable Gonzalo Saavedra Loring ha explicado que el proyecto original era puramente virtual, pero tras investigar experiencias similares -en Madrid se han podido ver exposiciones virtuales de Frida Khalo o Dalí- reconocieron que el público echaba en falta ver obras reales.
Para la directora de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva Fernández, la colaboración público-privada «ha sido esencial» para sacar adelante el proyecto. «Trabajando juntos las cosas salen mucho mejor», ha dicho.
