El Foro Transfiere de Málaga, inaugurado este miércoles, ofrece ejemplos de innovación a cada paso aplicada a los ámbitos más variopintos. Uno de los más curiosos con los nidos tecnificados que ha desarrollado el Instituto de Microelectrónica de Sevilla para el parque de Doñana, y que permiten recolectar todo tipo de datos de aves como los cernícalos o los murciélagos de gran utilidad para los biólogos. Estos nidos, que ya se han desplegado en otras zonas de Huelva como el silo de la Palma del Condado, cuentan con sensores y cámaras, y están alimentados con pequeños paneles solares y baterías de litio.
«Nos permiten disponer de imágenes y audios, cuyos datosluego se pasan a una plataforma web que los biólogos puedan analizarlos. Ahorra muchos costes y horas de trabajo y es, además una fórmula mucho menos intrusiva para las aves, que sufren mucho cuando se las captura con red», comenta Víctor Galvín, ténico del instituto sevillano.
Los individuos están localizados con anillas e identificadores de radiofrecuencia, e incluso hay alertas por móvil para que un biólogo sepa cuando hay nuevas apariciones de ejemplares. Estos peculiares nidos electrónicos podrían extenderse a otros parques españolas e incluso aplicarse en el ámbito industrial.
Una garra industrial hecha en la UMA La garra «rolling fingers» es otro de los prototipos expuestos en Transfiere, obra del departamento de robótica de la Universidad de Málaga. Se trata de un dispositivo capaz de agarrar objetos alargados por un extremo y, sin soltarlos, situarlos en la posición adecuada para manipularlos con facilidad, algo que podría tener una valiosa aplicación en el campo industrial, ya que podría servir para mover tuberías, vigas o cualquier otro objeto de elevadas dimensiones.
«La garra se diferencia de las otras que hay en el mercado en que no necesita coger los objetos por el centro, sino desde cualquier posición lo que puede propiciar que se puedan robotizar procesos de carga con menos artilugios o con robots más pequeños», explica José Manuel Gómez de Gabriel, profesor de robótica de la UMA. En un principio, esta garra se ideó para asistencia de personas, pero el equipo que lo diseñó ha visto su potencial para la industria.
Los drones también están presentes en Transfiere. El Instituto Universitario de Investigación en Telecomunicación (Telma) de la Universidad de Málaga ha desarrollado un hexacóptero (un dron de seis palas) capaz de soportar en vuelo una carga útil de 2,5 kilos e ideado para poder transportar un repetidor de 5G.
La idea es que el dron, suspendido en el aire, pueda dar cobertura de telefonía en lugares que necesiten satisfacer un pico puntual de demanda (por ejemplo, un estadio donde se celebra un acontecimiento deportivo o un concierto) o bien para ayudar en zonas de catástrofe, donde pueden ser muy útiles gracias a su rápido desplazamiento, según detalla Fernando Ruiz, unos de los investigadores que han puesto en marcha el proyecto. Este dron malagueño, de código abierto, cuenta con la colaboración de Telefónica.
Telma ha construido además un dron cuadricóptero que porta un dispositivo móvil 4G que transite datos en remoto. «Si el dron está ayudando a rescatar a un montañero en Finlandia, los datos los puede recibir alguien que esté ayudando desde Málaga, por ejemplo», apunta.
En Transfiere hay hueco también para el mundo del videojuego. El grupo de Aplicación de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (ATIC) de la UMA ha llevado al foro algunas de sus creaciones, como sus paneles musicales interactivos. Pueden utilizarse, por un lado, para terapias de personas con movilidad reducida o, por otro, para la iniciación en música o baile, según explica Juan Carlos Camuñas, técnico de modelado que colabora con ATIC y que ha colaborado en juegos como «Hammer Song».