Tan importante como el número de tanques Leopard 2 que pueda enviar España a Ucrania para que el país se defienda de la agresión de Rusia es la formación de la tripulación que los manejará en la guerra y el mantenimiento de los mismos. Es lo que sostiene la ministra de Defensa, Margarita Robles, que este martes participa en Bruselas en la reunión de coordinación del grupo de contacto para la defensa de Ucrania y la reunión ministerial posterior de la Alianza Atlántica. Robles no ha concretado el número de unidades de tanques Leopard 2A4 que enviará el Gobierno pero sí ha anunciado que en los próximos días llegarán entre 50 y 55 militares ucranianos para recibir formación y que el envío final sobre el terreno será a finales de marzo.
«España ya ha dicho que va a cooperar y enviar, en colaboración con sus aliados, pero hay que tener en cuenta varias cosas: que España va a enviar (Leopard) 2A4, que estaban en Zaragoza en desuso desde hace mucho tiempo y algunos en un estado lamentable que hace necesaria su reparación. Se ha empezado la reparación de algunos de ellos y vamos a ver a la hora de definir el numero total lo que es necesario en coordinación con otros países», ha señalado desde el cuartel general de la OTAN, donde se analizan este martes nuevas aportaciones militares ante un final del invierno y un comienzo de primavera que se presenta con unas perspectivas «muy, muy preocupantes», ha admitido Robles.
Según la ministra, tan importante como el número de carros de combate que envíen al frente ucraniano es la formación de las tripulaciones y el mantenimiento y la disponibilidad de piezas de recambio. «Hoy vamos a seguir avanzando en la coordinación entre todos los países donantes para ver qué numero total se va a aportar y España, dentro de las limitaciones que tenemos y las disponibilidades que tenemos respecto a los (Leopard) 2A4 y que puedan ser objeto de una reparación adecuada, va a contribuir», ha añadido recalcando que los envíos se realizarán con «prudencia y en coordinación con los socios y aliados». Por ejemplo, también se tendrá en cuenta la interoperabilidad con otros países que disponen de otros modelos como Challenger (Reino Unido) o Abrams (Estados Unidos). España forma parte de una coalición de países que han mostrado su disposición a enviar carros de combate Leopard y en la que también figuran Alemania, Polonia, Canadá, Portugal, Noruega, Dinamarca y Holanda.
Dos meses de formación La ministra también ha explicado que a lo largo de esta semana o principios de la próxima empezarán a recibir a militares ucranianos para recibir formación sobre el uso y mantenimiento porque se trata de carros de combate que requieren de «un mantenimiento diario». En total, esperan a entre 50 y 55 militares que se sumarán a los 300 que ya han recibido formación militar especializada. Los expertos militares estiman que el plazo para formar a tripulaciones ya experimentadas oscila entre los dos y los dos meses y medio lo que significa que el envío final sobre el terreno será a finales de marzo. «Todo hace pensar que a finales de marzo o principios de abril todo podría estar terminado», ha concretado Robles.
Lo que descarta España es enviar los aviones de combate que ha pedido Ucrania en las últimas semanas. «Nosotros no los tenemos y por tanto no entra dentro de las capacidades militares de España», ha dicho en referencia a los F-16 solicitados por el Gobierno de Volodímir Zelenski. Se trata de un debate que los países aliados afrontan con muchas cautelas. «Es cierto que ellos (el Gobierno ucraniano) también han solicitado F-16 (aviones de combate) y esto también es algo que nos tomamos muy en serio. Por supuesto, se trata de un sistema de armamento complejo y tenemos que debatirlo con nuestros socios -también con Estados Unidos- y tenemos que pensar en la viabilidad, y es algo que llevará tiempo», ha explicado la ministra de Defensa holandesa, Kajsa Ollongren, a su llegada a la reunión que abordará este martes y miércoles la situación en Ucrania, el aumento de la capacidad de producción de munición así como la protección de infraestructuras críticas.
