No es Leonor de Borbón y Ortiz (Madrid, 2005) una más entre las princesas de Asturias que ha habido desde finales del siglo XIV en España, que son unas cuantas, como reseña el historiador ovetense Álvaro Solano Fernández-Sordo. «En los primeros siglos hubo varias, pues eran herederas al trono castellano, pero luego eran desplazadas cuando nacía un hermano suyo varón, por la prevalencia masculina».
No será el caso de la primogénita de los Reyes, Felipe VI y Letizia, que será la cuarta mujer de la historia en acceder al trono tras Isabel la Católica, su hija Juana e Isabel II. «A ellas parece que se unirá Leonor porque, si no cambia el sistema, estamos ante la siguiente vez en la que una mujer ostenta el título de Princesa de Asturias con claras posibilidades de convertirse en reina por derecho propio, sin necesidad de una crisis sucesoria», añade Solano.
Como reinas veinteañeras se estrenaron Isabel I (23 años) y Juana (27). Y a punto de entrar ya en esa etapa vital está Leonor, quien cumplirá los 20 años el 31 de octubre, pocos días después de visitar Asturias para entregar los premios «Princesa». «No sabemos si su vigésimo cumpleaños estará cercano a ese previsible momento de ser reina», reflexiona Álvaro Solano, profesor especializado en la Edad Media de la Universidad de Oviedo y autor del libro «Las reinas de la monarquía asturiana y su tiempo (718-925)».
Lo que está claro es que, cuando llegue el momento, la Princesa de Asturias estará perfectamente formada gracias a un itinerario que es prácticamente clavado al que siguió en su día su padre, Felipe VI.
Intensa agendaEl catedrático de Historia Contemporánea ovetense Enrique Moradiellos habla de una heredera que tras jurar la Constitución en 2023, al ser mayor de edad, «ha ido asumiendo progresivamente un papel más activo en la esfera pública». Desde aquel día y hasta el pasado marzo, Leonor ha participado en cerca de un centenar de actos y audiencias, ha pronunciado veinte discursos en público y ha realizado un viaje de Estado en solitario a Portugal. Este año ha empezado su último curso de formación militar en la Academia del Aire (San Javier, Murcia), tras pasar por Infantería y la Armada.
«Ese itinerario de actividades tan intenso en tan poco tiempo revela claramente que la Princesa de Asturias sigue la estela de conducta de su padre, el Rey Felipe VI», apunta Moradiellos, quien recuerda el discurso del Monarca cuando, al cumplir 50 años, en 2018, le concedió a su hija el Toisón de Oro: «Le recordó a su heredera los principios que deberán regir su vida y conducta, siempre al servicio de su país y de los españoles. Ante todo, exhortó a la Princesa a asumir como propios los valores del sentido de la dignidad, la ejemplaridad, la honestidad y la integridad, con permanente espíritu de superación y de renuncia y sacrificio en su entrega al cargo que habrá de ocupar en su momento».
Álvaro Solano. / Irma Collín
Un mandato paterno y regio que atendió a la perfección la Princesa pese a su juventud entonces, ya que en enero de 2018 contaba 12 años. «Todo hace pensar que ha comprendido y asumido esas lecciones y orientaciones. Y que está ejerciendo sus funciones constitucionales con la misma dedicación, ejemplaridad, templanza y buen tino que sus padres», constata el historiador, comisario de la exposición fotográfica «Felipe VI. Una década de la historia de la Corona de España», que se puede visitar hasta el 31 de este mes en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo.
Un Principado para foguearseEn todo este tiempo de preparación y formación de Leonor como heredera ha tenido gran importancia sin duda Asturias, tierra natal de su madre. Su título de Princesa de Asturias pretendía en origen (1388), explica Álvaro Solano, facilitar al heredero un territorio «desgajado» de la Corona de Castilla para que lo gestionara y pudiera «entrenarse» en esas labores de gobierno que tendría al llegar al trono.
«No deja de ser cierto que nuestro Principado está sirviendo en algunos aspectos para algo parecido, salvando las distancias. Tanto Leonor como su padre se ‘han fogueado’ en buena medida en lo referente a actos públicos, discursos y representación institucional en Asturias»Álvaro Solano
— Historiador
«Evidentemente, en nuestro actual sistema político esto no es posible ni se pretende ese ‘ensayo de reinado’ en Asturias, pero no deja de ser cierto que nuestro Principado está sirviendo en algunos aspectos para algo parecido, salvando las distancias. Tanto Leonor como su padre se ‘han fogueado’ en buena medida en lo referente a actos públicos, discursos y representación institucional en Asturias. Podría decirse de algún modo que hoy, como en la Edad Media, la Princesa aprende en el Principado ‘tareas de gobierno’, en lo que será un monarca que reina pero no gobierna», concreta el historiador.
«Ha ido asumiendo progresivamente un papel más activo en la esfera pública»Enrique Moradiellos
— Catedrático de Historia Contemporánea
En el horizonte más inmediato en la agenda de Leonor de Borbón está la entrega de los premios «Princesa de Asturias», donde ofreció su primer discurso, con 13 años, y en los que en esta edición tiene reservada una cuota mayor de independencia, al asumir toda la responsabilidad institucional en la entrega del galardón «Pueblo ejemplar» –Valdesoto, Siero– el próximo sábado, día 25, ya que su intervención será la única, tal y como avanzó su padre, Felipe VI, hace un año en el acto de entrega del premio a Sotres (Cabrales).
La Princesa de Asturias y su padre, Felipe VI, en Madrid, durante el desfile militar de la Fiesta Nacional, el pasado 12 de octubre. / Chema Moya
Y todo será pocos días antes de cambiar de década e ingresar, además, en el «club» de herederas de las monarquías europeas de su generación, mayoritariamente mujeres. El «asalto» a Europa y su mayor proyección en el continente es uno de los retos de la agenda de la, en poco tiempo, veinteañera futura reina de España.
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