“La peor de todos los tiempos”. Así ha reaccionado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la foto que la revista ‘Time’ ha elegido para la portada de su último número. Se trata de un retrato del mandatario tomado con un plano contrapicado, con la cámara enfocando de abajo hacia arriba.
El poder de la imagen y la vanidad han hecho que Trump ponga el foco más en ese retrato poco favorecedor que en el titular de portada y el artículo, colgado el viernes, que hablan de su “triunfo” por haber logrado el acuerdo entre Israel y Hamás que ha puesto, de momento, fin a la guerra en Gaza.
En un mensaje que colgó en Truth Social de madrugada, cuando aún estaba volando de regreso de la ceremonia de firma del acuerdo en Egipto en el Air Force One, Trump reconoce que el artículo que origina la portada es “una historia relativamente buena” pero denuncia la foto y explica su crítica con detalle.
“Han ‘desaparecido’ mi pelo y puesto algo flotando sobre mi cabeza que parece una corona flotante, pero una extremadamente pequeña”, escribe. “¡Es realmente raro!”.
Trump explica también que “nunca” le han gustado los planos contrapicados, pero dice que esta imagen en particular es “una fotografía super mala y merece ser denunciada”. Y acaba su mensaje planteando un interrogante: «¿Qué están haciendo y por qué?»
La fotografía, según los créditos de ‘Time’ en su cuenta de Instagram, fue tomada por Graeme Sloan, un fotoperiodista freelance y productor multimedia basado en Washington según explica su página web. El crédito de la foto incluye Bloomberg, uno de los medios que Sloan cita como sus clientes, y Getty Images.
El artículo de ‘Time’, firmado por Eric Cortellesa, valora que el acuerdo de paz puede convertirse en un logro que defina el segundo mandato de Trump y podría también marcar un punto de inflexión para Oriente Próximo
El enfado de Trump suma un nuevo capítulo a una relación con la revista que está llena de altibajos. Durante un tiempo, cuando era empresario, colgó en varios de sus clubs de golf una portada falsificada que le declaraba «Persona del año». La revista le dio ese reconocimiento por primera vez tras su victoria en 2016 pero lo enfadó al declararlo «Presidente de los Estados Divididos de América». El pasado diciembre, tras su segunda victoria electoral, la publicación volvió a nombralo Persona del año y entonces el republicano declaró que era «un honor» y presidió un acto de la revista en la Bolsa de Nueva York.
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