A falta de pocos días para que los superhéroes asalten el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga para la primera edición de la San Diego Comic-Con Málaga, la provincia vive con orgullo un inesperado prólogo a la esperada cita: la rondeña Candela Sierra ha ganado el Premio Nacional de Cómic, gracias a su obra ‘Lo sabes aunque no te lo he dicho’ (Astiberri), una singular ficción entre el costumbrismo ácido y la sátira humanísima sobre las relaciones interpersonales en la actualidad.
«Ahora mismo estoy en una nube», nos comenta por teléfono Sierra, que reside en Madrid desde hace 9 años. «Cuando me llamaron [primero, la directora general del Libro, del Cómic y de la Lectura del Ministerio de Cultura, María José Gálvez Salvador; después, el propio ministro, Ernest Urtasun] tuve que preguntar si aquello era verdad, porque no me lo esperaba para nada», dice ya con la noticia algo más digerida.
La pregunta más complicada que se le puede formular a alguien que acaba de recibir un galardón es siempre ésta: ¿Por qué cree que han decidido que es usted la más apropiada? Candela no lo tiene claro pero apunta una hipótesis: «El Nacional de Cómic no es un premio a una trayectoria, sino a una obra publicada el año pasado. Y en mi caso creo que ‘Lo sabes aunque no te lo he dicho’ ha conectado de alguna manera especial con la sensibilidad de los lectores, de los miembros del jurado. Hay veces que hay momentos justos para las obras», argumenta. Y también esgrime: «No es una novela gráfica como tal, sino un montón de historias breves. Quizás esa singularidad ha jugado en mi favor».
Un premio como éste puede recibirse de dos maneras: como un respaldo al trabajo realizado y un honor o como una elevación de la vara de medir, de la marca a batir, una mayor responsabilidad a partir de ahora. A la malagueña precisamente no le abruma que en las solapas de sus próximos álbumes figure la leyenda ‘Premio Nacional de Cómic 2025’: «Por mi carácter me tomo un premio como éste como un honor más que como una responsabilidad».
«Multitasking»Candela Sierra nació en Ronda en 1990; en la Ciudad del Tajo pasó su adolescencia pero terminó recalando en Granada, primero, y después en Bruselas, Quebec y París, tres de las grandes capitales del cómic. Ahora, como tantos profesionales del cómic, se dedica al noble arte del «multitasking»: ha montado una agencia de comunicación, imparte clases en la Escuela Minúscula de ilustración de Madrid y, claro, prepara su siguiente obra como autora. El Nacional de Cómic le viene, claro, de perlas para la cuota de autónomos: «Los 30.000 euros me vendrán muy bien para pagar mis impuestos, porque para mí lo público es muy importante, y poder vivir con más tranquilidad», asegura con lo que desde el otro lado del teléfono se adivina como una gran sonrisa.



