Faltan 48 horas para que se voten en el Congreso las tres enmiendas a la totalidad contra la reducción de la jornada laboral presentadas por Junts, PP y Vox. En la práctica se trata de un veto que, de aprobarse, haría descarrilar la medida estrella del Ministerio de Trabajo. Por ahora, Junts mantiene su rechazo a la propuesta y sigue negociando con Sumar el redactado de la ley, pero las conversaciones no avanzan. Uno de los principales puntos de bloqueo es que Junts ve un «riesgo» en que no se contemplen «compensaciones» de acuerdo con las particularidades y singularidades de las pequeñas y grandes empresas. El mismo escollo que ya había antes de verano.
Hace meses que ambos partidos están paralizadas en esta cuestión. El vicepresidente y portavoz de Junts, Josep Rius, lo ha vuelto a confirmar este lunes en una rueda de prensa en la sede del partido, tras la reunión ejecutiva. «Existe un riesgo de que, queriendo reducirla [la jornada] muchos trabajadores pasen de 40 a cero», ha declarado. El dirigente de Junts ha asegurado que, pese a estar lejos de un acuerdo, las negociaciones seguirán abiertas hasta el último momento.
Estas conversaciones con el Ministerio de Trabajo las lleva a cabo el equipo de Junts en Madrid, liderado por Míriam Nogueras. Aun así, Rius ha confirmado que «ha habido y hay» contactos «ocasionales» entre la Minitra Diaz y el presidente de Junts, Carles Puigdemont. Lo ha calificado de «intercambios de mensajes», pero no cuestiones de letra pequeña, que ha matizado que siempre se negocian con el grupo del Congreso.
Una negociación «acelerada»Junts no tiene prisa en cerrar un acuerdo antes del miércoles si no se cumplen sus condiciones. El partido defiende que la falta de protección a las pymes les legitima para justificar ante la ciudadanía su rechazo al actual redactado, pero no a que se trabajen menos horas. No es fácil, pues uno de cada ocho catalanes respalda esta medida, según la última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió. Un escenario que fuerza a los partidarios a exigir el apoyo del partido de Puigdemont, necesario para que la norma se pueda debatir.
Este lunes, la portavoz de los Comuns en el Congreso, Aina Vidal, ha hecho recaer sobre Junts el peso de no permitir que esta medida se debata con su enmienda a la totalidad, lo que considera una «bofetada a la democracia» y una forma de desoír también a sus votantes y al «consenso» social que genera. Rius ha evitado entrar en ese cruce de reproches y ha señalado a Sumar como responsable de que haya una negociación «acelerada», por lo que ha considerado que fue un «error en el procedimiento» de la Junta de Portavoces. Según ha explicado Rius, el partido de Díaz contaba con que tendría mayoría en el órgano y que la votación se fijaría para esta semana, cuando su intención inicial, de acuerdo con la versión dels posconvergente, era posponerla.
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